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Italia devuelve a España a la vida real
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se deja la corona de campeón en parís

Italia devuelve a España a la vida real

Un gol de Chiellini antes del descanso fue una losa casi definitiva. En el segundo acto mejoró España, pero entre Buffon y su defensa evitaron el empate. Pellè sentenció al final

Foto: Italia se vengó de la final de hace cuatro años. (Reuters)
Italia se vengó de la final de hace cuatro años. (Reuters)

La Selección española ya no es campeona de nada ni volverá a defender un título hasta que gane otro. Italia fue el rival contra el que todo empezó a cambiar y con el que todo ha acabado. El equipo que mejor fútbol ha hecho en el torneo hasta el momento se marcha a casa cuando todavía quedan tres partidos hasta la final que debía jugar. Cuando el juego de España dejó de ser perfecto, lo cual pasó hace años, no hubo una evolución, ni un cambio de estilo, ni de idea. Antonio Conte cambió la suya para ganar a un equipo superior al suyo y hacerlo con una suficiencia insultante.

España perdió el primer balón del partido. Puede parecer intrascendente, puesto que quedan por delante los 90 minutos de juego, pero ese detalle indica cómo está cada equipo. Los de blanco estaban tensos, mucho más de lo que deberían en un partido tan importante. Y los de azul querían hacer suyo el choque desde el primer momento con la presión alta tan propia de los equipos de Antonio Conte. No se le puede tocar la moral a Conte. No se debe. Conte es puro orgullo futbolístico y los retos le motivan más que nada en el mundo. Le dijeron que su equipo era peor que el contrario, lo comprendió y quiso ganar igualmente. Y no le valía de cualquier manera, porque él no es un entrenador más, sino uno de los mejores.

Es indudable que esta Italia no acumula jugadores de grandes cualidades técnicas, salta a la vista que en ese apartado es netamente inferior a España. Esa no es la guerra italiana. Es otra, la más vieja del fútbol, la que vino antes que la técnica. Antes de la belleza y la exquisitez práctica, apareció la táctica, la laboriosa teoría. En esa batalla, España siempre tiene las de perder. Es una realidad que el fútbol español se ha perdido en la idea de la posesión y en ocasiones se cree que con tener la pelota se ganan partidos. El trabajo táctico es secundario. El propio Morata dijo que “no tenía ni idea” de táctica antes de ir a Italia. Conte le ganó por ahí a Del Bosque, como ya hicieron Van Gaal y Sampaoli en Brasil. No ha habido evolución al respecto.

Una misma idea

Una aparentemente simple colocación correcta impidió que España trenzara más de dos o tres jugadas de asociación que acabaran con algo de peligro. No son solo los tres centrales, que es claro que dificultan a la Selección más que ningún otro sistema, son también los tres centrocampistas y los dos carrileros. Esos ocho jugadores crean una superioridad sistemática italiana en el centro del campo, y si España no domina la medular, es absolutamente imposible que genere juego. Y la figura fundamental en este trabajo es, curiosamente, el delantero centro. Graziano Pellè anuló a Busquets y no solo eso, sino que le hizo parecer un novato. Con el ‘5’ tapado, España tenía que salir en la mayoría de ocasiones con balones largos. Bonucci y Chiellini hacían imposible que Morata cazase alguno. Tampoco pudo Aduriz después.

Del Bosque planteó lo mismo de siempre, la misma idea que lleva desarrollando toda la Eurocopa y desde el Mundial de Brasil. Jugar con cuatro en el centro del campo, un extremo y un delantero. No hay más, es inamovible. Pero no consiguieron crearle una clara ocasión a Buffon en 90 minutos de partido. De Rossi, que ya no es el que enamoraba a toda Europa ya que la edad empieza a pesar, se comió a todos los españoles. Perdidos entre la falta de ideas y los balones aéreos.

Posesión italiana

Italia mandaba en el partido a través de la táctica, pero también a través de la iniciativa del juego. Durante toda esta semana previa al partido se habló del gran cerrojazo que iba a plantear Conte, que iban a rescatar el ‘catenaccio’ perfeccionándolo. Y sin embargo, Italia le ganó la posesión a España en el primer tiempo y convirtió a De Gea en el mejor jugador del partido. Al poco de empezar, el portero del United le sacó un remate abajo a Pellè que anunciaba lo que se venía, como las nubes grises anunciaban la tormenta que cayó sobre Saint-Denis. Apareció también ante un disparo colocado de Giaccherini y de nuevo al final del primer tiempo con otra fantástica mano. Pero ¿falló en el primer gol? Sí. Nunca se puede dejar un balón muerto en el área a un disparo raso. Nunca habría llegado a fallar si Ramos no comete una falta absurda a un jugador de espaldas en la frontal del área.

Llegó el gol en una jugada a balón parado, tras dos rechaces, pero bien pudo llegar mucho antes de manera más elaborada, más elegante, menos italiana. España esperaba el momento en que Italia le marcase un gol para reaccionar, para encontrar un motivo para dar un paso adelante en intención, en voluntad, para ver si así la inspiración aparecía de alguna manera, porque no parecía posible que surgiera de otra. Sobrecogía ver a Iniesta tan impedido para maniobrar, cayendo siempre ante la presión constante de sus contrarios. A Morata incapaz de cazar un solo balón aéreo. A Busquets sintiéndose inútil. Y al contrario, los italianos haciéndolo todo tan bien, siendo tan superiores que parecían la España de antes de 2013, pero vestida de azul.

Aduriz y Lucas

Del Bosque creyó que la solución era Aduriz. Pero Aduriz le duró poco más de un asalto. En un salto cayó mal y se hizo daño en la cadera. No podía saltar, ni bregar, ni prácticamente hacer nada de lo que sabe hacer. Y pese al cambio, nada varió en el sistema. Morata pasó adonde estaba Nolito y todo siguió como hasta entonces, con el agravante natural de los contragolpes italianos. Éder y Giaccherini son jugadores hechos para correr y encontraron detrás de Ramos y Piqué autovías sin peaje, de esas que son difíciles de encontrar en Francia. Con Lucas Vázquez, la Selección prometía brío, pero obtuvo lo mismo. Sin Aduriz ni Morata, no había tampoco remate.

Puso Conte a Darmian también para correr, y fue el lateral del Manchester United el que encontró el camino correcto hacia la sentencia. Lo hizo cuando España estaba volcada, pero sin que diera una verdadera sensación de peligro en ningún momento. Solo Piqué tuvo un remate franco que Buffon sacó con sencillez. Pellè, el jugador más importante de Italia en el partido, marcó su gol y mandó a casa a la poseedora del título de Europa, que a partir de hoy vuelve a ser una aspirante y no más una campeona.

Ficha técnica:

2 - Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Florenzi (Darmian, m. 84), Parolo, De Rossi (Motta, m. 53), Giacherini, De Sciglio; Éder (Insigne, m. 80) y Pellé.

0 - España: De Gea; Juanfran, Piqué, Ramos, Jordi Alba; Cesc Fábregas, Sergio Busquets, Iniesta; Silva, Morata (Lucas Vázquez, m. 69) y Nolito (Aduriz, m. 46 (Pedro, m. 80)).

Goles: 1-0, m. 33: Chiellini, tras un rechace de De Gea a disparo de falta de Éder. 2-0, m. 91: Pellé, de volea a pase de Giaccherini.

Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Amonestó a los italianos De Sciglio (m. 24), Pellé (m. 54) y Motta (m. 87), y a los españoles Nolito (m. 40), Busquets (m. 88) y Silva (m. 93).

Incidencias: partido de los cuartos de final de la Eurocopa 2016 disputado en el estadio de Francia, en Saint Denis, ante unos 80.000 espectadores. 

La Selección española ya no es campeona de nada ni volverá a defender un título hasta que gane otro. Italia fue el rival contra el que todo empezó a cambiar y con el que todo ha acabado. El equipo que mejor fútbol ha hecho en el torneo hasta el momento se marcha a casa cuando todavía quedan tres partidos hasta la final que debía jugar. Cuando el juego de España dejó de ser perfecto, lo cual pasó hace años, no hubo una evolución, ni un cambio de estilo, ni de idea. Antonio Conte cambió la suya para ganar a un equipo superior al suyo y hacerlo con una suficiencia insultante.

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