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Ibra-Cristiano, dos egos y un destino: sólo batir récords con Suecia y Portugal
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Ser o no ser para ambos ante Bélgica y Hungría

Ibra-Cristiano, dos egos y un destino: sólo batir récords con Suecia y Portugal

Lo han han ganado todo como jugadores de club, pero una vez más están siendo criticados por su rendimiento en sus respectivas selecciones en esta Eurocopa de Francia

Foto: Zlatan Ibrahimovic felicita a Cristiano Ronaldo tras un Suecia-Portugal disputado en 2013 (EFE)
Zlatan Ibrahimovic felicita a Cristiano Ronaldo tras un Suecia-Portugal disputado en 2013 (EFE)

Uno gana (o ganaba) 18 millones al año en el PSG; el otro un kilo menos en el Real Madrid. Uno ha firmado de su puño y letra 452 dianas a lo largo de su carrera (62 con su selección); el otro suma ya 545 goles (58 con su selección). Uno acumula 28 títulos en sus estanterías, incluyendo 11 ligas, aunque ni una sola Champions; el otro tiene en su haber 19 títulos, entre los que se cuentan tres Champions y cuatro ligas (entre el United y el Real). Uno ha cerrado la temporada con 50 dianas en 51 partidos; el otro lo ha hecho con 51 goles en 48 encuentros… Y así casi hasta el infinito. Porque si de algo pueden presumir (y de hecho presumen) Zlatan Ibrahimovic y Cristiano Ronaldo es de ser dos devoradores de récords, con especial querencia hacia los logros individuales. El sueco ya ha anunciado que la de Francia es su última Eurocopa.

Bien es cierto que a nivel de clubes la cosa está más equilibrada por aquello de haber militado siempre (o casi) en equipos del máximo nivel. La cosa cambia cuando entran en escena sus respectivas selecciones. No estar rodeados de los mejores secundarios del mundo cada vez que se enfundan las elásticas de Suecia y Portugal (tanto monta) resulta un lastre demasiado pesado para este par de genios de acendrada personalidad y altanería cuyo descomunal talento les ha permitido modelar a su gusto el equipo del pueblo. El problema es que ese modelo, basado en la ‘ley del recreo’ ("el balón es mío, así que tú no juegas"), vulnera los principios fundamentales de un deporte en el que la fuerza acostumbra a estar en el bloque, por muy sobrenatural que pueda ser la magia que destilen sus estrellas.

Quiebro al fracaso

No es casualidad que ni lusos ni nórdicos hayan dicho esta boca es mía durante la década larga que cuentan en sus filas con semejantes máquinas de hacer goles. Ni Ibra (dos Mundiales y tres Eurocopas), ni CR7 (tres Mundiales y tres Euros) han sido capaces de provocar un impacto deportivo con sus equipos nacionales desde que gobiernan con puño de hierro sus vestuarios. Tampoco pinta que lo vayan a conseguir en Francia. Ambos dos llegan a la jornada que clausura la primera fase con los deberes por hacer a nivel colectivo y, lo que es peor para sus inflamados egos, sin haber podido anotar ese golito que les inmortalice como el primer futbolista que logró ver portería en cuatro ediciones diferentes de un Europeo.

Desde luego, en el caso del madridista no se puede decir que no lo haya intentado. Su veintena de remates contra Islandia y Austria le sitúan a la cabeza de los fusileros del torneo, por delante incluso de su compañero Bale, cuya actitud solidaria y humilde en el césped con Gales, en la que ejerce de líder ‘democrático’, le ha reportado quizás más beneficios de los esperados.

Con las fuerzas minadas por una campaña tremendamente exigente y una final de Champions que le llevó al límite de lo humano, Cristiano ha asumido con Portugal el rol de ariete de los de antaño, de manera que todo el fútbol que despliega el equipo de ‘As Quinas’ concluye obligatoriamente en los pies o la cabeza del madeirense. Él se ocupa del resto. Como quiera que la fortuna parece haberle dado la espalda, Portugal apenas suma un tanto en su casillero y deberá buscar ante Hungría, sorprendente líder de su grupo, un triunfo que le permita fintar al fracaso y meter la cabeza en los octavos de final. Si es como primeros, tanto mejor. “Si hay otro penalti, lo tirará él. Su gol va a llegar”, apuntó con determinación Fernando Santos, convencido de que el icono mayor de su país romperá el tarro frente a los magiares. Más les vale, porque André Gomes y Raphael Guerrero, los dos únicos futbolistas lusos que, junto con Quaresma, han asomado la nariz hasta el momento, están en duda por sendos golpes en un muslo.

Una estrella que no brilla

El panorama pinta mucho más sombrío para Suecia y su ‘Leyenda’. Con muchas menos dosis de calidad que el once lusitano y un mísero punto, el combinado nórdico ha sido víctima de la no aparición en escena de su rutilante estrella frente a Eire e Italia. Ni un solo remate ha efectuado Ibra en 180 minutos, aunque provocara con un centro el solitario tanto que luce en el casillero sueco, marcado en propia puerta por un zaguero irlandés. Ese autogol ha sido el único disparo escandinavo entre los tres palos hasta el momento… En el debe del futuro atacante del United queda además un gol clamoroso que se tragó frente a la Azzurra. Con Buffon ya batido, Ibra envió la pelota a las nubes sobre la misma línea de la portería.

Y aparecieron las malas pulgas habituales del ex azulgrana cada vez que se calza la amarilla ante la falta de chispa de buena parte de sus compañeros. “Sé que tengo que tener más paciencia con ellos”, ha llegado a comentar, palabras que no son de gran ayuda cuando formas parte de un grupo de trabajo que trata de remar en la misma dirección. Si además resulta que el de Malmoe decide tomarse el día libre porque se ha levantado con el pie torcido, a Suecia se le acaban por argumentos antes de pisar el verde, puesto que su único esquema previsto, como en el caso de los portugueses, es buscar todo el tiempo a su capitán y jefe absoluto del cotarro. Y así les luce el pelo.

Respuestas macarras

A Erik Hamren le han criticado precisamente el no tener un plan B para minimizar los efectos de las ausencias de su crack, amén de no contar con un lateral derecho específico desde que Lang se rompió en el primer partido. El seleccionador sueco está pagando caro el no haber incluido otro carrilero diestro en la convocatoria, lo que le ha obligado a colocar en esa demarcación al central Erik Johansson, de sorprendente parecido físico con Ibra (coleta alta incluida).

Suecia, al igual que Portugal, reza para que el enemigo público número uno de Guardiola aparque sus bravatas ante una potencia ‘dormida’ como es Bélgica y sea el ‘Ibracadra’ que ha hecho las delicias del Parque de los Príncipes durante cuatro años. Por mucho que haya superado a los míticos Nordahl y Rydell como mejores artilleros en la historia de la selección o haya sido elegido Futbolista del Año en 10 de las últimas 11 campañas, el aficionado nórdico está harto de sus excusas displicentes y sus respuestas macarras, como la que soltó tras el duelo con Italia cuando le preguntaron por sus roces con Chiellini: “¿Que si nos hemos dado una paliza? Que va, de lo contrario él estaría ahora en el hospital”.

Uno gana (o ganaba) 18 millones al año en el PSG; el otro un kilo menos en el Real Madrid. Uno ha firmado de su puño y letra 452 dianas a lo largo de su carrera (62 con su selección); el otro suma ya 545 goles (58 con su selección). Uno acumula 28 títulos en sus estanterías, incluyendo 11 ligas, aunque ni una sola Champions; el otro tiene en su haber 19 títulos, entre los que se cuentan tres Champions y cuatro ligas (entre el United y el Real). Uno ha cerrado la temporada con 50 dianas en 51 partidos; el otro lo ha hecho con 51 goles en 48 encuentros… Y así casi hasta el infinito. Porque si de algo pueden presumir (y de hecho presumen) Zlatan Ibrahimovic y Cristiano Ronaldo es de ser dos devoradores de récords, con especial querencia hacia los logros individuales. El sueco ya ha anunciado que la de Francia es su última Eurocopa.

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