La última chapuza de la UEFA: un once ideal sin Modric o Iniesta pero con Cristiano
El organismo europeo alaba un programa estadístico que, en teoría, es capaz de ordenar a los jugadores por su rendimiento. El once propuesto no resiste un análisis futbolístico
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La UEFA, en su afán por modernizarse, ha aplicado a esta Eurocopa de Francia un revolucionario sistema para evaluar el rendimiento de los jugadores. El barómetro, según dice la propia página web del organismo se basa en un sofisticado algoritmo que evalúa y pondera todos los datos estadísticos. Con eso se pueden hacer onces ideales que, en teoría, serán matemáticamente perfectos. En la realidad ha bastado una jornada del campeonato para revelarse como la última chapuza de la UEFA.
El once del barómetro es Neuer; Juanfran, Mustafi, Piqué, Alba; Dier, Katé, Kroos; Payet, Bale y Cristiano. Efectivamente, en este once no hay sitio para Iniesta, elegido mejor jugador del partido de España, pero sí para tres compañeros tuyos, todos ellos defensas. Curioso si se tiene en cuenta que en todo el partido la selección no tuvo prácticamente nada que defender. Tampoco está Modric, autor de uno de los mejores goles de la Eurocopa y, probablemente, el jugador más elogiado de cuantos han pisado los céspedes franceses.
Loas a Iniesta
Sí está Cristiano Ronaldo, la estrella del Madrid que no brilló en absoluto en su partido, un encuentro en el que su selección, portugal, terminó haciendo el ridículo al ser incapaz de ganar a la cenicienta Islandia en una de las sorpresas más grandes del campeonato -y casi de la historia de la competición-. La curiosa estadística considera que un jugador que no fue capaz de marcar y que, además, formó parte de un hundimiento, tenía lugar en el once ideal de la UEFA.
La UEFA, en su afán por modernizarse, ha aplicado a esta Eurocopa de Francia un revolucionario sistema para evaluar el rendimiento de los jugadores. El barómetro, según dice la propia página web del organismo se basa en un sofisticado algoritmo que evalúa y pondera todos los datos estadísticos. Con eso se pueden hacer onces ideales que, en teoría, serán matemáticamente perfectos. En la realidad ha bastado una jornada del campeonato para revelarse como la última chapuza de la UEFA.