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Seguridad, confianza y buenas relaciones: lo que el Clásico ya no borra de la Selección
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ni rastro de problemas pasados entre jugadores del barcelona y el madrid

Seguridad, confianza y buenas relaciones: lo que el Clásico ya no borra de la Selección

El buen ambiente entre los jugadores del Barcelona y el Madrid durante la concentración en Las Rozas es un ejemplo de que algunos de los problemas que sufrió la Selección ya están olvidados

Foto: Entrenamiento de la selección española en Las Rozas (Efe)
Entrenamiento de la selección española en Las Rozas (Efe)

Al entrenamiento vespertino de la Selección en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas llegan primero Iker Casillas y Cesc Fàbregas. Unos metros por detrás, el resto de los convocados, entre ellos un grupo formado por cinco jugadores del FC Barcelona (Busquets, Alba, Bartra, Iniesta y Pedro) y uno del Real Madrid (Sergio Ramos). El ambiente entre ellos (y entre todos) es distendido, como suele pasar en la concentraciones, pero que quedó en un segundo plano no hace mucho.

En otro tiempo, una convocatoria de la selección española justo después de un Barça-Madrid habría estado rodeada inevitablemente de tensión, polémica y acusaciones cruzadas. En la de esta semana, en cambio, sucede todo lo contrario. La concentración es un remanso de paz. Los veteranos se resguardan y ceden el protagonismo a los novatos, que pasean una sonrisa de oreja a oreja ante su gran oportunidad. Ni siquiera la nueva baja de Diego Costa ha conseguido desestabilizar al equipo en la preparación del decisivo partido de clasifiación contra Ucrania y el amistoso contra Holanda.

El partido del pasado domingo no tuvo nada que ver con el de hace unos años. Ni tánganas ni quejas por el arbitraje, sólo la sensación de oportunidad perdida por parte del Madrid y el afianzamiento del Barcelona en el liderato. Hace tres años, el panorama era diferente. Vicente del Bosque tuvo que lidiar con uno de sus peores momentos en la gestión del grupo de internacionales. La tensión en los enfrentamientos entre ambos equipos en la época de José Mourinho y Pep Guardiola llegó a niveles desconocidos, y eso pasó factura en las relaciones entre los jugadores, que luego compartían equipo en la Selección.

Aquel episodio comenzó a cerrarse con la célebre llamada de Iker Casillas a Xavi Hernández. "Hablamos para reconducir lo que estaba pasando porque la estábamos cagando", dijo tiempo después el portero del Madrid al diario El País. Aquellos problemas internos no impidieron que España revalidara el título de campeón de Europa en el 2012. La cuesta abajo llegó después, cuando el bache en la relación entre varios jugadores de uno y otro equipo ya estaba superado. La situación ahora es mejor en lo interpersonal, pero más preocupante en lo deportivo.

Este martes, en un acto en el que se presentaba la renovación del acuerdo de patrocinio con la marca de neumáticos Continental, el seleccionador fue preguntado por los valores de dicha empresa, la seguridad o la fiabilidad, entre otros. Su respuesta destripó algunas de las claves para que un grupo funcione. Del Bosque dijo que tanto la confianza como la seguridad son importantes en cualquier equipo, "igual la buena comunicación y buenas relaciones entre sus integrantes". Justo lo que falló hace unos años.

Si por algo ha sido elogiado Del Bosque a lo largo de su carrera en los banquillos es por su capacidad para gestionar el vestuario. La selección española no ha sido una excepción, más allá de aquellos problemas derivados de los Clásicos. Aunque viendo la irregularidad actual del equipo, una cosa queda clara: el buen rollo entre los jugadores ayuda, pero no será suficiente para ganar a Ucrania el viernes en Sevilla.

Al entrenamiento vespertino de la Selección en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas llegan primero Iker Casillas y Cesc Fàbregas. Unos metros por detrás, el resto de los convocados, entre ellos un grupo formado por cinco jugadores del FC Barcelona (Busquets, Alba, Bartra, Iniesta y Pedro) y uno del Real Madrid (Sergio Ramos). El ambiente entre ellos (y entre todos) es distendido, como suele pasar en la concentraciones, pero que quedó en un segundo plano no hace mucho.

Vicente del Bosque
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