Cuando le meten una manita a un Primera: la Copa del Rey impulsa a los modestos

El nuevo formato de la Copa del Rey, vigente desde hace dos temporadas, no ha hecho más que dar interés a una competición que estaba muerta. En estas dos primeras rondas, a priori intrascendentes, se ha demostrado. El Sevilla venció al Andratx en penaltis (5-6) tras empatar a uno y el Betis sufrió para vencer al Talavera (2-4), que forzó la prórroga. Conviene recordar que ambos son el segundo y el tercero en Liga. Peor imagen dio el Getafe, que cayó en casa del Atlético Baleras por 5-0. Una manita histórica por parte del conjunto de Primera División RFEF que los aficionados azulones tardarán en olvidar.

La primera sorpresa de esta edición la protagonizó el Alcoyano, igual que el año pasado. El conjunto alicantino doblegó al Levante en penaltis, donde la actuación de José Juan fue espectacular. No es la primera vez que el portero completa un partido excelente, ya lo hizo el año pasado cuando eliminaron al Madrid. Acontecimientos como ese se daban pocos en los últimos años en el anterior formato. Había que remontarse al 'Alcorconazo'.

El Valencia también sudó de lo lindo para vencer al Arenteiro (1-3). Al equipo de Bordalás no le fueron suficientes los 90 minutos, así que el partido se decidió en una prórroga en la que los valencianos sacaron su mejor versión para lograr el pase a la siguiente fase.

El Mirandés, el pionero

El Mirandés fue uno el pionero en demostrar por qué era importante este nuevo formato. Ya se plantó en semifinales con el anterior, el de partidos a ida y vuelta, tras eliminar a Racing, Espanyol y Villarreal. En aquella época estaba Pouso en el banquillo, pero el encargado de comandar la segunda sorpresa del conjunto burgués fue Iraola, el entrenador de moda de la Liga. En Miranda de Ebro vieron como su equipo apeó al Sevilla de Lopetegui, que ese mismo año se proclamó, por sexta vez, campeón de la Europa League.

La primera edición de este nuevo formato logró un hecho insólito que no se repetía desde la temporada 2009/10, que ni Real Madrid ni Barcelona llegaran a las semifinales. En la 2019/20, fueron Granada, Athletic de Bilbao, Real Sociedad y Mirandés los semifinalistas. Luego llegó el derbi vasco que, por desgracia y debido a la pandemia, tuvo que verse sin público. Una final que, de haber tenido el colorido en las gradas, hubiera sido aún más bonita.

El año pasado dejó las remontadas del Barça, que estuvo por detrás en dos eliminatorias, frente al Granada y ante el Sevilla. Ante los granadinos vencieron en una frenética prórroga (3-5) en la que la balanza pudo inclinarse hacia cualquiera de los dos lados, mientras que ante los sevillistas lucharon aún más. En las semifinales, los partidos sí son a ida y vuelta perdieron 2-0 en la ida. No obstante, empataron la eliminatoria en el descuento y luego remataron el pase a la final antes de llegar a los penaltis.

El año pasado fue el Almería

La temporada pasada, sin embargo, no hubo sorpresas de ningún equipo de Segunda, salvo del Almería, que se enfrentó al Sevilla (0-1). En esta ocasión, sin embargo, el equipo de Lopetegui no cometió ningún error, como el año anterior frente al Mirandés, y accedieron a las semifinales.

La Copa ha pasado de ser un torneo que pasaba desapercibido para el espectador a seguirse con asiduidad por gente que se había desenganchado del fútbol. Esto es importante para reconocer la esencia del fútbol, el modesto, el de barrio. Unos equipos a los que sólo se los ve una vez por televisión, pero que siguen presentes ahí cada año. Aunque los grandes no alineen a sus estrellas, ellos están dispuestos a dar guerra. Para algunos, es el partido de sus vidas. Así es la nueva Copa.