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Las malas formas de Simeone o cómo perder el control tanto dentro como fuera del césped
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DESCONTROL Y NERVIOS FINALES

Las malas formas de Simeone o cómo perder el control tanto dentro como fuera del césped

El Atlético llega a la vuelta de cuartos con una ventaja mínima, después de haber podido sentenciar un partido que fue perdiendo por la falta de frescura y los cambios tardíos

Foto: Simeone, en un momento del partido. (EFE/Kiko Huesca)
Simeone, en un momento del partido. (EFE/Kiko Huesca)

El Atlético de Madrid salió del Metropolitano con un sabor agridulce, a pesar de la importante victoria ante el Borussia de Dortmund (2-1). El conjunto español vivió dos partidos en uno, donde realizó unos primeros 45 minutos perfectos, bordando todas las facetas para, en la segunda parte, agarrarse al larguero y pedir la hora en un encuentro que, en la última jugada, pudo ser muy diferente si el cabezazo de Julian Brandt no se hubiera estrellado en la cruceta.

En la primera mitad, el conjunto de Simeone hizo un partido casi perfecto, donde todo lo hizo bien. Buena presión alta, maniatando al Dortmund, mucha velocidad en el desplazamiento de balón y verticalidad por ambos costados, con Griezmann y Lino haciendo mucho daño cada vez que entraban en contacto con el balón. De hecho, fueron los rojiblancos los que dominaban por completo, haciendo desaparecer al equipo alemán, que se defendía como podía.

Foto: Lino celebra el segundo gol del Atleti. (Europa Press)

Fruto de esa superioridad, llegaron los goles de De Paul y de Lino, que ponían en clara ventaja a los rojiblancos. El dominio era total y absoluto, dando la impresión de que la eliminatoria tenía un solo color y que la sentencia estaba al caer. De hecho, la tuvo el Atlético…, pero, de manera inexplicable, comenzó a perder el control del partido, dando varios pasos hacia atrás que le pudieron costar muy caro. Pero lo peor es la imagen que queda: en el Signal Iduna Park se va a sufrir.

Para alguien que solo haya visto la primera parte, es difícil de explicar cómo el partido no acabó en goleada rojiblanca. Sin embargo, algo cambió en el descanso, y el Atlético no supo interpretarlo. El Dortmund se estiró sobre el césped, subió líneas y, sobre todo, la entrada de Brandt y Haller revitalizó a los alemanes. El internacional germano comenzó a asumir responsabilidades con el balón, jugando entre líneas y comandado cada ataque; el costamarfileño era un peligro en el área.

Y el partido cambió. El Atlético no mató a su rival cuando le tenía con una rodilla en el suelo y el Dortmund se levantó. Y vaya si lo hizo. No solo por el gol de Haller, que deja la eliminatoria más que abierta para la vuelta, sino por los dos largueros casi consecutivos de Bynoe-Gittems y de Brandt que pudieron cambiar el marcador. De marcharte ganando con un más que posible 3-0 a hacerlo con un 2-3 hubo un paso. Al final, resultado intermedio de 2 a 1…, pero con la sensación de duda.

Simeone tuvo parte de responsabilidad en que su equipo perdiera la cabeza, donde las piernas tuvieron mucho que ver. Y es que se vio a un Atlético muy cansado, que perdió el medio del campo, y donde el técnico tardó mucho en revitalizar al equipo. El primer cambió llegó en el 64, quitando a Morata por Pablo Barrios, con un mensaje claro: un delantero menos para meter a un hombre más en el medio. O, dicho de otra manera, un paso atrás. Y el Atlético lo notó.

Trató de corregir el rumbo en el 80, metiendo a Correa por De Paul, pero ya era tarde. La dinámica del partido había cambiado por completo y al conjunto rojiblanco no le quedaba nada más que sufrir para tratar de mantener el marcador. El problema son las sensaciones: un partido que pudo ser cómodo y tranquilo se convirtió en una pesadilla y, de salir felices por la victoria, la sensación es de temor para la vuelta y de haber perdido una gran oportunidad de sentenciar.

El lío de Simeone con Kehl

Pero Simeone también perdió la cabeza fuera del césped. Sucedió en el minuto 58, cuando Emre Can cayó al césped del Metropolitano tras chocar con De Paul. El Borussia siguió la acción, que acabó en nada, y el Atlético inició el contraataque sin mandar el balón fuera. Fruto de esa acción, el exjugador Sebastian Kehl, director deportivo del Borussia, salió del banquillo para protestar la jugada…, momento en el que el técnico rojiblanco perdió el control.

Se fue directo a por el exjugador alemán, al que trató de intimidar acercando su cabeza contra la suya y dándole dos empujones. Se le podía entender que le decía que no comprendía las protestas cuando los alemanes no había echado el balón fuera, pero de una forma poco ortodoxa y fuera de lugar. ¿Una manera de tratar de parar el partido que, en ese momento, ya se estaba decantando en favor de los alemanes? Sin duda, una imagen nada bonita que fue el reflejo del sufrimiento rojiblanco.

El Atlético de Madrid salió del Metropolitano con un sabor agridulce, a pesar de la importante victoria ante el Borussia de Dortmund (2-1). El conjunto español vivió dos partidos en uno, donde realizó unos primeros 45 minutos perfectos, bordando todas las facetas para, en la segunda parte, agarrarse al larguero y pedir la hora en un encuentro que, en la última jugada, pudo ser muy diferente si el cabezazo de Julian Brandt no se hubiera estrellado en la cruceta.

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