Un Real Madrid titánico en defensa elimina al Liverpool y pasa a las semifinales (0-0)
El Real Madrid se clasifica para las semifinales de la Champions con un excelente partido en defensa que hizo imposible el gol del Liverpool
El encuentro requería el esfuerzo de un Real Madrid titánico para evitar el hundimiento en Anfield. El equipo llegó al estadio siendo intimidado por los aficionados con el lanzamiento de un objeto que rompió la luna del autobús. El recibimiento fue hostil. Al equipo de Zidane, pese a que no había público en las gradas del mítico estadio, le esperaba un infierno. Respondió a la exigencia con una actuación defensiva de altura y con un colosal Courtois. Las paradas del belga fueron claves. El esfuerzo de todos los jugadores encomiable. El Real Madrid eliminó al Liverpool en un meritorio partido de vuelta, sin encajar gol en el temible Anfield y se clasifica para las semifinales. Le espera otro equipo inglés: el Chelsea.
El partido empezó siendo una carnicería por la banda que defendía Fede Valverde. Es el jugador que eligió Zidane para suplir la baja por lesión de Lucas Vázquez. El entrenador no confía en Odriozola. Un palo para el donostiarra por el que el club pagó 40 millones de euros a la Real Sociedad. Zidane quería consistencia, energía y contundencia y le pareció que el uruguayo es mucho más fiable que el español. Pero el plan de Klopp estaba ahí. En machacar la banda derecha que defendían Fede Valverde y Marco Asensio con la fuerza, velocidad y cambios de ritmo de Sadio Mané. El senegalés metió el cuchillo al Madrid por ese costado.
El plan, como decimos del Liverpool, pasaba por intimidar desde el minuto uno y lo primero que hizo fue propinar una dura entrada de Milner a Benzema. El francés tardó en reponerse. Quedó cojo. La fiereza del Liverpool iba a más. Mané puso un centro al área y Salah, solo, no pudo batir a Courtois. El portero belga aguantó, sacó la pelota con el pie. Era el segundo minuto del partido y habían pasado muchas cosas. Era un Liverpool agresivo, amenazante, vertical y muy peligroso.
Mucho carácter
Del Real Madrid se esperaba que saliera de su campo, que llegara arriba y pudiera quitarse la angustia. No lo conseguía. Modric y Kroos no entraban en juego. No tuvieron un partido tan cómodo como el de la ida. Era un día para sufrir y ponerle carácter. En diez minutos, el Liverpool ya llevaba tres saques de esquina y otro paradón de Courtois a disparo de Milner dirigido a la escuadra. El portero belga estaba en plan titán. No se hundió. Tampoco lo hizo el resto del equipo, que fue de menos a más.
El primer acercamiento fue un disparo de Modric que acabó en saque de esquina. Hasta el minuto 20, el equipo de Zidane estuvo más atenazado y preocupado por defender bien y tapar las grietas del costado de Fede Valverde que de atacar. Hasta que se recuperó Benzema del golpe y cogió una pelota para irse a la portería de Alisson. Se la jugó el francés y la acción acabó con el balón en el poste. El Madrid, por fin, llevaba peligro. La jugada ayudó a recuperar el pulso, la confianza y la seguridad de que se podía hacer ese gol que calmara a la fiera.
A partir de este momento saltaron las chispas. Una entrada por detrás de Fabinho a Casemiro dejó al brasileño dolorido y cojeando. El partido entraba en zona de guerra. El Liverpool quería arrollar con y sin la pelota. Casemiro se tomó la venganza en la siguiente jugada y se fue a desactivar una subida por la banda de Milner. Se lo llevó por delante y provocó un amago de trifulca con Klopp recriminando la entrada. El árbitro, Kuipers, mostró la tarjeta amarilla a Casemiro. Ya jugó el resto de partido condicionado. El Madrid decidió que si no tenía fútbol debía tirar de carácter y con Casemiro y la pareja Nacho-Militao entonados. Mantuvieron la estructura del equipo. Estos más las paradas de Courtois y las pocas veces que Benzema se lanzaba al ataque. Vinícius apareció poco en la primera parte. Esta vez estuvo más vigilado por su marcador, Alexander-Arnold. Asensio iba de un lado a otro, buscando espacios, pero el partido, de ida y vuelta, era para jugarlo con más amenaza.
Exhibición de Militao y Nacho
Con empate a cero se llegó al descanso y la sensación de que al Madrid lo salvó Courtois y lo mantuvo en pie Casemiro con la pareja Nacho-Militao. Empezó de la misma manera. En el inicio de la segunda parte, Courtois desvió con el pie un disparo de Firmino. El Liverpool salió a apretar fuerte, a poner centros al área y generar inquietud. Ahora el punto vulnerable que buscaba el equipo de Klopp estaba en la banda izquierda que defendían Mendy y Vinícius.
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El Madrid necesitaba oxígeno. Salir de su campo para respirar y dieron un paso adelante los dos laterales. Fede Valverde se estiró y llegó hasta la línea de fondo para poner un centro. No encontró rematador. Mendy también se atrevió a irse arriba. Otro centro atrás sin rematador. Lo bueno, que había llegadas. Lo malo, los problemas para acabar las jugadas. El Real Madrid tenía la necesidad de defender bien, juntos, pero también la idea de que un gol le daría la puntilla al Liverpool.
A media hora del final del partido, Klopp buscó darle un impulso al equipo con la entrada de Thiago por Milner y Diogo Jota por Kabak (un delantero por un central). El Liverpool ponía en el campo más munición ofensiva. Cuatro delanteros: Mané, Salah, Firmino y Jota para intentar la remontada. Enfrente seguía un Real Madrid que estaba sólido y ordenado. Excelentes las anticipaciones de Militao y cómo iba a taponar los disparos. Fundamentales los cortes de Casemiro y Nacho. Las ayudas de Modric para sacar la pelota desde atrás daban respiros. Todos trabajando lograron montar un contraataque para una carrera en la que Vinícius se plantó ante Alisson y no definió. El Madrid volvía a amenazar. Era importante no renunciar al gol.
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A veinte minutos para el final del partido el Madrid volvió a sentir el agobio con las llegadas de los cuatro delanteros. Militao, omnipresente, taponó otro disparo de Firmino dentro del área. Los defensas tenían que multiplicarse en un ejercicio de supervivencia. Había síntomas de fatiga y Zidane metió a Odriozola por Kroos y Rodrygo por Vinícius. Fede Valverde cambió el lateral derecho por el centro del campo y Odriozola se puso en el costado. Volvió a recuperar el aliento el equipo con los cambios. Pisaban, de nuevo, el área del Liverpool. Buena señal. Benzema tuvo un remate picado de cabeza a falta de 10 minutos. Asensio salió del campo y entre Isco. El objetivo estaba cerca. Lo logró con una versión sobresaliente en defensa de todos, pero muy destacable en la actuación de la pareja Nacho-Militao.
El encuentro requería el esfuerzo de un Real Madrid titánico para evitar el hundimiento en Anfield. El equipo llegó al estadio siendo intimidado por los aficionados con el lanzamiento de un objeto que rompió la luna del autobús. El recibimiento fue hostil. Al equipo de Zidane, pese a que no había público en las gradas del mítico estadio, le esperaba un infierno. Respondió a la exigencia con una actuación defensiva de altura y con un colosal Courtois. Las paradas del belga fueron claves. El esfuerzo de todos los jugadores encomiable. El Real Madrid eliminó al Liverpool en un meritorio partido de vuelta, sin encajar gol en el temible Anfield y se clasifica para las semifinales. Le espera otro equipo inglés: el Chelsea.