Es noticia
Cristiano Ronaldo, engullido por las expectativas utópicas de la Juventus
  1. Deportes
  2. Fútbol
Le llueven las críticas en Italia

Cristiano Ronaldo, engullido por las expectativas utópicas de la Juventus

La Juventus de Turín nunca estuvo tan lejos de ganar la Champions League como con el portugués. Ahora, el Inter de Milán está a punto de poner fin a su tiranía en la Serie A

Foto: Cristiano Ronaldo se lamenta tras fallar una ocasión ante el Genoa. (Reuters)
Cristiano Ronaldo se lamenta tras fallar una ocasión ante el Genoa. (Reuters)

Cuando Cristiano Ronaldo puso fin a su ilustre carrera en el Real Madrid en 2018 y decidió emprender una nueva aventura en la Serie A, los cimientos del fútbol continental se resquebrajaron. La Juventus, devoradora de títulos nacionales en Italia por excelencia, acababa de contratar al futbolista más decisivo de la Copa de Europa con el objetivo de cerrar un trauma atávico: su infausta relación con el torneo más pomposo del continente. Al fin y al cabo, nadie ha perdido más finales en la historia de Champions League (siete de las nueve disputadas). El astro luso les había endosado un doblete en la final de 2017 y un golazo de chilena en los cuartos de final de 2018, y aunque el de Madeira tenía 33 años, contratar a Cristiano Ronaldo por 100 millones de euros y abonarle un sueldo de 31 millones parecía el atajo más corto hacia un camino que ya duraba demasiado.

placeholder Cristiano Ronaldo, frustrado después de fallar un gol. (Reuters)
Cristiano Ronaldo, frustrado después de fallar un gol. (Reuters)

Expectativas por las nubes, la necesidad de demostrar lo mismo en una nueva liga, con otros compañeros de menor nivel y en un entorno inexplorado. Los aficionados turineses cantando "Portaci la Champions" en su presentación. El portugués, en su papel de animal ultracompetitivo que desafía los límites de la edad y el físico, quería recordar a todos que no existe reto que no pueda conquistar. Su arrogancia, orgullo y altivez impulsaron su lucha contra lo inevitable: el inexorable paso del tiempo. Del mismo modo, todo lo que no fuera levantar la Copa de Europa desataría una narrativa vestida de fracaso para muchos (medios de comunicación incluidos), era sencillo imaginar en caso de dejar de sumar trofeos que algunos ya entendían como propios (Serie A y Coppa Italia).

La tiranía bianconera, en duda

Después de embolsarse dos Serie A consecutivas, dos Supercopas de Italia, perder dos Coppas y caer en Champions por tercera vez consecutiva ante rivales de un calibre inferior (Ajax de Amsterdam en cuartos 18/19, Olympique de Lyon en octavos 2019/20 y Porto en octavos 2020/21), Cristiano Ronaldo ve amenazada la tiranía de la Juventus de Turín en liga. Hasta esta temporada, 'La Vecchia Signora' monopolizaba el campeonato con nueve trofeos seguidos (a falta de ocho jornadas, el equipo bianconero está a 12 puntos del Inter de Antonio Conte). Una situación que ha despertado una ola de críticas y ha derivado en miradas furtivas hacia la estrella portuguesa, más cuando este abandonó el último partido (frente al Genoa) lanzando la camiseta al suelo y, según cuenta 'La Gazzetta dello Sport', dando puñetazos a las paredes antes de marcharse a su casa sin cruzar ni media palabra con nadie.

placeholder El portugués calienta bajo la atención de Andrea Pirlo. (Reuters)
El portugués calienta bajo la atención de Andrea Pirlo. (Reuters)

Ayer, 'La Reppublica' desveló el mensaje de Massimiliano Allegri a los propietarios de la Juve, los Agnelli, cuando fue despedido como técnico de la Juventus. "Deshaceros de Ronaldo, está bloqueando el crecimiento del equipo". Y el mítico guardameta del Inter de Milán, Walter Zenga, cargó duramente contra él en Radio1 al asegurar que "Cristiano está enfadado consigo mismo porque se ha dado cuenta de que no genera el mismo impacto que antes sobre el equipo". Mientras que el exfutbolista y comentarista, Massimo Mauro, despojaba al atacante de su liderazgo en la 'Gazzetta dello Sport': "Nunca ha sido un líder donde ha jugado ni nunca lo será". Un 'timming' perfecto para ponderar el desempeño del '7' en Italia.

¿Un verdadero lastre?

¿Puede ser un estorbo un jugador que ha participado de manera directa en 94 goles repartidos entre 91 encuentros desde que llegó a la Serie A (un tanto cada 83.9 minutos) y en 19 goles entre 23 partidos en la Champions League (un gol cada 106.8 minutos)? ¿Alguien que suma 25 goles en 27 partidos de la presente Serie A (uno cada 91 minutos, el 41% de los que acumula la Juve)? No parecen las cifras de una estrella de 36 años venida a menos que representa un déficit competitivo, sino más bien de un individuo capaz de sostener a la peor Juventus de la década con un entrenador novato (Andrea Pirlo) que ha construido un equipo disfuncional y de una dirección deportiva que ha fallado gravemente en la contratación veraniega.

placeholder El '7' luso celebra un gol junto a Giorgio Chiellini. (Reuters)
El '7' luso celebra un gol junto a Giorgio Chiellini. (Reuters)

La Juventus de Turín ha sido dirigida por tres entrenadores distintos en las últimas tres temporadas (Massimiliano Allegri, Maurizio Sarri y Andrea Pirlo) con los consiguientes cambios estructurales. Mientras el equipo se deshacía de jugadores clave (Miralem Pjanic o Joao Cancelo), los futbolistas llamados a dar un paso adelante se quedaban por el camino (Arthur, De Ligt, Bernardeschi, Dybala, Kulusevski) y la columna vertebral envejecía (la que fuera la mejor defensa de Italia -Chiellini y Bonucci- ya tiene 36 y 33 años respectivamente). Así explicaba Arrigo Sacchi a 'The Athletic' la apuesta del club por Sarri el curso anterior: "Es como si tuvieses a Riccardo Muti, uno de los mejores directores de orquesta, y en lugar de traerle músicos para realizar una sinfonía, le traes a estrellas de rock. Son fantásticos, pero no se adaptan a él. Sarri encontró un equipo que ya estaba edificado, que había ganado mucho con Allegri y que veía el fútbol de una manera totalmente diferente a como él lo ve".

Después del fin de ciclo con Allegri, Sarri nunca pudo implantar la misma idea del Napoli ni en Londres ni en Turín. Si bien extrajo una de las mejores versiones de Paulo Dybala y maquilló la ausencia de un delantero centro que potenciase a Cristiano Ronaldo y aprovechase sus movimientos (como Mario Mandzukic), el proyecto ya nació hipotecado desde que en el mercado de fichajes no se diseñara una plantilla según sus deseos. La Juve más frágil defensivamente en tiempo (43 goles en contra) se subió a lomos del portugués para sellar una Serie A que estuvo en duda hasta el final y ganó por un punto. Cristiano cerró la campaña con 31 goles en los bolsillos. O dicho de otro modo, selló la temporada más prolífica de un delantero en la Juventus desde la 1932-33, en manos de Felice Borel.

placeholder Cristiano Ronaldo se sujeta en el aire durante un choque de Serie A. (Reuters)
Cristiano Ronaldo se sujeta en el aire durante un choque de Serie A. (Reuters)

El napolitano salió y llegó Andrea Pirlo. 'El Arquitecto' pasaba así de ser anunciado como nuevo técnico del filial bianconero a dirigir un transatlántico europeo en apenas nueve días. La directiva se protegió escogiendo una figura mediática y el aficionado se dejó llevar por la nostalgia y el carisma esperando que de esa unión brotara una simbiosis como la de Zinédine Zidane con el Real Madrid o la de Pep Guardiola con el Barça. Pero apretar los puños y encomendarse a un perfil sin experiencia no surtió efecto. Sin apenas pretemporada y con la economía apretando las tesorería del club, la Juventus de Pirlo es un equipo vulgar que se mueve por impulsos y es dirigido por una dirección deportiva que da bandazos.

Por paradójico que suene, su centro del campo (Bentancur, Arthur, Rabiot y McKennie) carece de creatividad y dinamismo. Al equipo le cuesta un mundo generar ventajas desde la salida de balón, el desborde recae íntegramente en los pies de Federico Chiesa y tampoco es un bloque sólido. Por supuesto, no potencia a Cristiano Ronaldo colectivamente (más allá de las carreras de Álvaro Morata al espacio) y cada vez practica un fútbol más simplón y vacío basado puramente en individualidades. Mientras Kulusevski declara que la Juve debe cometer el menor número de errores y "lo importante es que todos marquen porque no podemos esperar que siempre aparezca Cristiano", el portugués hace oídos sordos, encabeza la tabla de máximos goleadores de la liga y marca la diferencia en un conjunto mediocre.

placeholder El luso, durante el Porto-Juventus. (Reuters)
El luso, durante el Porto-Juventus. (Reuters)

Probablemente, la imagen y la floja actuación de Cristiano Ronaldo en la eliminación ante el Porto (abriéndose de piernas en el gol que significaba la remontada para los lusos), no ayude a difuminar un relato perverso. Ni aunque el '7' bianconero haya anotado el 63,3% de los goles de la Juventus en eliminatorias de Champions desde que llegó a Turín. Sin embargo, la pregunta no debería orbitar alrededor de si Real Madrid y jugador se equivocaron al separar sus caminos (algo conocido por todos), sino cómo un equipo que anhela tanto la Copa de Europa como la Juventus no ha trazado un camino que arrope y desarrolle los últimos años de calidad de un futbolista nacido para sumar 'orejonas' a su vitrina personal.

Cuando Cristiano Ronaldo puso fin a su ilustre carrera en el Real Madrid en 2018 y decidió emprender una nueva aventura en la Serie A, los cimientos del fútbol continental se resquebrajaron. La Juventus, devoradora de títulos nacionales en Italia por excelencia, acababa de contratar al futbolista más decisivo de la Copa de Europa con el objetivo de cerrar un trauma atávico: su infausta relación con el torneo más pomposo del continente. Al fin y al cabo, nadie ha perdido más finales en la historia de Champions League (siete de las nueve disputadas). El astro luso les había endosado un doblete en la final de 2017 y un golazo de chilena en los cuartos de final de 2018, y aunque el de Madeira tenía 33 años, contratar a Cristiano Ronaldo por 100 millones de euros y abonarle un sueldo de 31 millones parecía el atajo más corto hacia un camino que ya duraba demasiado.

Cristiano Ronaldo