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La suerte del Barcelona cuando juega mal
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un gol de messi salva un partido muy flojo

La suerte del Barcelona cuando juega mal

El primer tanto de Messi al Chelsea evita una derrota que el Barça se buscó después de completar 90 minutos sin crear ocasiones y permitiendo a Willian intentarlo hasta acertar

Foto: Messi e Iniesta vuelven a tomar Stamford Bridge. (Reuters)
Messi e Iniesta vuelven a tomar Stamford Bridge. (Reuters)

Si en el imaginario, el corazón y la mente de cualquier culé está el gol de Iniesta en 2009 en semifinales de la Champions en el 93’, no estaría de más añadir el de este martes de Leo Messi. Porque si la suerte hay que buscarla, en esta ocasión el FC Barcelona se la encontró. No fue por méritos propios, una buena triangulación, un tuya-mía, un espacio en medio del bosque ‘blue’, una genialidad del argentino; no, fue gracias al único error que cometió el Chelsea en defensa en todo el partido. Un centro mal medido en horizontal de Christensen que cazó Iniesta en su portería favorita para cedérsela al argentino, que fusiló. La fortuna, la ‘flor’, es un factor en el fútbol y el Barça la tuvo de nuevo en Stamford Bridge sacando petróleo en el desierto con un empate que sabe a gloria. Y jugando mal.

[Actualización: En directo el sorteo de los cuartos de final de la Champions League de 2018]

El equipo de Valverde fue capaz de arrancar un buen resultado en Londres porque tuvo suerte. Se puede y se debe decir, sobre todo si pretende seguir lejos en una competición que penaliza los errores como ninguna. Y el Barça cometió unos cuantos. ¿El principal? Dejar chutar sin impedimento alguno a Willian en el 62’, que adelantó a los suyos cuando el brasileño ya había avisado con dos tiros al palo en la primera parte. La posesión azulgrana no servía absolutamente para nada porque cada vez que el Chelsea se acercaba a su área, susto al canto. A los amantes de los dogmas tales como “el Barça para ganar necesita jugar bien”, les propongo que se revisen el partido. Ni profundidad por las bandas, ni un centro del campo dominador con criterio ni un Messi eléctrico. Nada.

Foto: El 6 de mayo de 2009, Iniesta marcó en Stamford Bridge el gol que le dio al Barcelona el pase a la final de Champions. (EFE)

Los de Conte no quisieron disputarle el balón al Barça. Agazapados atrás, ordenaditos y a la contra fue la fórmula, bien simple, para hacérselo pasar fatal. Los culés llegaron a la final de la primera mitad con la lengua fuera después de los dos tiros al poste de Willlian y sin haber chutado ni una sola vez a Courtois, que fue un mero espectador. Como al parecer no se habían dado cuenta de que al brasileño no se le podía dejar suelto, llegó el gol del Chelsea. La reacción del conjunto catalán fue nula. Paulinho, que pasó inédito por Stamford Bridge, dejó su puesto a Aleix Vidal mientras Dembélé —el segundo fichaje más caro de la historia del Barça— se ponía a calentar por la banda.

El Chelsea ya no es tabú para Messi

Y así, a lo tonto, llegó el error del equipo inglés que Iniesta, concentrado, supo aprovechar para dársela a Messi. Era el primer tanto del argentino al Chelsea en nueve enfrentamientos. Ya lo puede tachar de la lista. Otra víctima más, pero en esta ocasión sin épica, ni magia ni exquisiteces técnicas. Hay que estar ahí para meterla, claro, pero para un futbolista de la talla de Messi, que tan mal acostumbrados nos tiene con sus genialidades día sí y día también, hay que admitir que este tanto puede resultar providencial para la eliminatoria, pero nadie tirará cohetes ni descorchará el cava. Un día más en la oficina y con un traje gris, insulso y sin gracia.

placeholder Willian acertó a la tercera. (Reuters)
Willian acertó a la tercera. (Reuters)

“Ha sido un partido de Champions muy intenso delante de un grandísimo equipo. Nos ha faltado concretar, pero supimos aprovechar esa jugada para hacer el gol, que era lo importante. En nuestra casa todo será distinto”, resumió Iniesta al final del encuentro. Valverde ya había avisado en Ipurua: “Lo importante era ganar, no el juego”. Pues si no querías sopa, ahí tienes dos cazos. El eterno debate sobre el estilo del Barça no queda (ni quedará nunca) zanjado, pero cuando alguien vuelva a decir que el Barça no sabe ganar si no juega bien, habrá que ponerle la repetición de este Chelsea-Barça. En lo único que tendrán razón es en que no ganaron, pero este empate es un tesoro.

Si en el imaginario, el corazón y la mente de cualquier culé está el gol de Iniesta en 2009 en semifinales de la Champions en el 93’, no estaría de más añadir el de este martes de Leo Messi. Porque si la suerte hay que buscarla, en esta ocasión el FC Barcelona se la encontró. No fue por méritos propios, una buena triangulación, un tuya-mía, un espacio en medio del bosque ‘blue’, una genialidad del argentino; no, fue gracias al único error que cometió el Chelsea en defensa en todo el partido. Un centro mal medido en horizontal de Christensen que cazó Iniesta en su portería favorita para cedérsela al argentino, que fusiló. La fortuna, la ‘flor’, es un factor en el fútbol y el Barça la tuvo de nuevo en Stamford Bridge sacando petróleo en el desierto con un empate que sabe a gloria. Y jugando mal.

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