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El Madrid vuelve a sentirse invencible y se queda con las ganas de cerrar el pase
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remontó con gran fútbol el gol de insigne

El Madrid vuelve a sentirse invencible y se queda con las ganas de cerrar el pase

Se enfrentó el Madrid al Nápoles y a sus nuevos miedos, que surgieron tras el gol visitante, pero una sensacional reacción pudo dejar totalmente sentenciada la clasificación a cuartos

Foto: No es para menos la celebración de Casemiro, qué gol marcó (Susana Vera/Reuters).
No es para menos la celebración de Casemiro, qué gol marcó (Susana Vera/Reuters).

Había dudas sobre este Madrid. Ya no era el mismo que había acumulado 40 partidos sin perder, en absoluto. Esa seguridad que había transmitido durante nueve meses se había perdido después de las dos derrotas consecutivas ante Sevilla y Celta. Fue un shock para el equipo, que de repente tenía que encontrarse consigo mismo, con la confianza de la cual le habían hecho dudar. Y no lo hizo con todas las de la ley hasta que se volvió a ver ante un cometido a la altura de la historia merengue. Este Madrid de Zidane, el imbatible, se crecía en los grandes partidos. De hecho, incluso en el Pizjuán contra el Sevilla jugó estupendamente durante 85 minutos. Y llegó el Nápoles al Bernabéu y de repente, el Madrid volvió a saber quién era y quién debía ser para volver a ser candidato a todo.

Foto: El Bernabéu vacío durante el Real Madrid-Nápoles

Apostó Zidane por James en lugar de Lucas Vázquez. El canterano había estado ocupando el lugar de Gareth Bale casi siempre que el resto de la plantilla había estado al completo, y había rendido a altísimo nivel. Pero Zidane desestimó la verticalidad de Lucas y eligió la técnica y la visión de juego del colombiano. Y la apuesta fue ganadora. No tanto por el partido de James, que fue soberbio, sino por la complexión general excelsa de todo el equipo de principio a fin... con un solo 'pero'. Un 'pero' gordo que, tras la reacción, duele menos.

Ese 'pero' fue el incomprensible error defensivo que originó el 0-1 de Insigne. Un simple pase entre líneas dejó descompuesto a todo el equipo, mientras Ramos se dolía de un golpe. El diminuto delantero napolitano ni siquiera pensó, hizo lo que le salía de primeras y pilló a Keylor Navas cubriendo solo un lado de su portería, el contrario al que eligió Insigne para marcar. Esa iba a ser la prueba del algodón de la recuperación del Madrid. Había comenzado muy bien. Ocho minutos dominando, presionando arriba y buscando el gol, pero la realidad le abofeteaba con dureza y alevosía. ¿Se levantaría o se caería como ante el Celta?

No, ni mucho menos. Maurizio Sarri, como era de esperar, posicionó arriba a sus jugadores para presionar la salida, robar y crear ocasiones. Sin embargo, la buena organización defensiva del Madrid, salvo esa excepción ya comentada, originó que no solo no se perdieran balones en campo propio, sino que fueran los partenopeos los que sufrieran las recuperaciones merengues en las inmediaciones de su área. Benzema se lució en esa situación. No está siendo su mejor temporada, pero surgió donde suele surgir, en la Champions, en la competición donde ya es el francés más goleador de la historia. Marcó el empate solo diez minutos después del tanto de Insigne y lideró el ataque blanco a su estilo, es decir, siendo más un '10' que un '9'. Jugando y haciendo jugar, apareciendo por banda, por dentro, por fuera. Mereció su gol y alguno más.

Foto: El exfutbolista Diego Maradona (i), junto a su novia, Rocío Oliva (c), tras su llegada a Madrid. (EFE)

Se fue el Madrid al descanso casi pidiéndole al árbitro que no pitase el final, que quería ir a por el gol que Reina estaba evitando. Hasta Cristiano Ronaldo estaba conectado como hacía tiempo que no sucedía. Participaba con los compañeros y no buscaba su lucimiento personal, ese gol que siempre tiene entre ceja y ceja y que le frustra no conseguir. Pudo buscar su tanto cuando sentó dentro del área a Koulibaly, pero levantó la cabeza, pensó y se la puso a Kroos para que hiciera lo que debería patentar, ese pase a la red marca de la casa. Cristiano incluso celebró el golazo de Casemiro. Cuando el portugués colabora en el lucimiento global, el Madrid lo agradece enormemente.

La renta es buena y aun con todo, el marcador para el Nápoles pudo ser casi inmejorable si Mertens hubiera hecho lo que hace siempre en Italia y no fallase un gol cantado (de lo poco destacado de los 'azzurri' en todo el segundo tiempo), pero se marchará a casa contento por el resultado. En el Madrid la tuvieron Marcelo, Benzema, Modric... Mucho se tiene que torcer la cosa para que haya sorpresas en San Paolo, pero cómo habría agradecido Zidane poder dejar de pensar en la vuelta y centrarse en alejarse aún más en Liga.

Ficha técnica

3 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos (Pepe, m.70), Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; James (Lucas Vázquez, m.76), Cristiano Ronaldo y Benzema (Morata, m.81).

1 - Nápoles: Reina, Hysaj, Raúl Albiol, Koulibaly, Ghoulam, Diawara, Zielinski (Allan, m.74), Hamsik (Milik, m.84), Callejón, Insigne y Mertens.

Goles: 0-1, m. 8: Insigne. 1-1, m.18: Benzema. 2-1, m.49: Kroos. 3-1, m.54: Casemiro Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a Ramos (17) y Modric (52) por el Real Madrid; y a Zielinski (37) y Mertens (76) por el Nápoles.

Incidencias: encuentro de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu lleno, con 83.500 espectadores en las gradas. Se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de Luis Gómez-Montejano, directivo del Real Madrid y expresidente del club.

Había dudas sobre este Madrid. Ya no era el mismo que había acumulado 40 partidos sin perder, en absoluto. Esa seguridad que había transmitido durante nueve meses se había perdido después de las dos derrotas consecutivas ante Sevilla y Celta. Fue un shock para el equipo, que de repente tenía que encontrarse consigo mismo, con la confianza de la cual le habían hecho dudar. Y no lo hizo con todas las de la ley hasta que se volvió a ver ante un cometido a la altura de la historia merengue. Este Madrid de Zidane, el imbatible, se crecía en los grandes partidos. De hecho, incluso en el Pizjuán contra el Sevilla jugó estupendamente durante 85 minutos. Y llegó el Nápoles al Bernabéu y de repente, el Madrid volvió a saber quién era y quién debía ser para volver a ser candidato a todo.

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