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Solo un Sevilla que quiere ser campeón puede tumbar al Madrid más sólido
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Solo un Sevilla que quiere ser campeón puede tumbar al Madrid más sólido

El líder sorprendió con defensa de tres y no permitió nada al aspirante hasta que, en un aquelarre final, los hispalenses remontaron el gol de Cristiano con un gol en propia de Ramos y otro de Jovetic

Foto: Jovetic marcó su segundo gol al Madrid en su segundo partido. (Julio Muñoz/EFE)
Jovetic marcó su segundo gol al Madrid en su segundo partido. (Julio Muñoz/EFE)

Millones de personas en el mundo no creen en el destino, lo cual parece razonable, pues resulta sobrecogedor que no puedas controlar tu vida, sino que todo te venga dado. Pero hechos como el gol de Sergio Ramos de este domingo hacen replantearse esa verdad. Qué forma de acabar una semana durísima para el camero. Toda la afición a la que él pertenece le odia, el club que le vio nacer como futbolista le denuncia, y cierra el círculo vicioso con un gol en propia puerta que hace descarrilar un tren de mercancías que circulaba por la vía a toda velocidad, firme y cortando el viento. El Madrid perdió por fin, nueve meses después de la última vez. Como todo parto sin epidural, dolió. Pero el fútbol español celebra el nacimiento de un nuevo verdadero aspirante a ganar esta liga: el Sevilla Fútbol Club.

Foto: Sergio Ramos se dirige desafiante a una parte de la afición del Sevilla tras marcar en partido de Copa (Reuters)

A principio de temporada, incluso cuando se produjo su fichaje, se veía con enorme escepticismo la llegada de Sampaoli al banquillo del Sevilla. ¿Cómo iba a encajar bien en un equipo cuyas señas de identidad son opuestas a las que viene a proponer? Medio curso después, el Sevilla es segundo a un punto del líder, el único que lo ha podido batir en todo este tiempo. Y es creíble. Eso es lo mejor de este Sevilla, que es creíble. Lo ves y te crees que puede ganar al Madrid, que puede estar peleando hasta el final por el título, que puede llegar hasta donde le dejen en la Champions. El virtuosismo que quiere implementar el dúo Sampaoli-Lillo se une al 'dicen que nunca se rinde' y crean un mutante más poderoso que el resto de mortales. Porque el Sevilla, pese a lo que diga la tabla, sigue siendo parte de los terrenales. He ahí su mérito.

Le ganó al Madrid más sólido de los últimos tiempos precisamente porque lo supo descomponer. Lo hizo a tiempo, corrían los minutos y no teníamos anotada en la libreta más que una ocasión, y encima de Ben Yedder, el que menos parecía servir en lo que hacía el Sevilla (algo solo aparente, claro). Sampaoli miró al banquillo y vio que ahí tenía mucho donde elegir. Escogió lo que le ha funcionado: a Sarabia para tocar la pelota como los ángeles, y a Jovetic para seguir estirando un aterrizaje milagroso en el Pizjuán. Uno se la puso en la cabeza a Ramos para que marcara en la portería que no debía, el otro realizó un tiro sin demasiada potencia ni colocación, pero se encontró con un portero que solo cubría un palo y se olvidó del resto. Los cambios echaron abajo el muro blanco, lo que no pudo el apasionante partido (uno más) de Steven N'Zonzi.

Foto: Jovetic celebra el gol que le marcó al Real Madrid en su estreno como jugador del Sevilla (EFE)
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Y el Madrid fue tan sólido con una defensa nunca vista de inicio. Hacía algo menos de 17 años que Del Bosque rompió los esquemas del madridismo al juntar en el eje de la zaga a Iván Campo, Helguera y Karanka para subsanar las bajas por lesión de Hierro y Sanchís. Y con ellos ganó una Copa de Europa que ni se intuía en el horizonte. Este Madrid tiene jugadores para jugar a eso. La Juventus juega así porque tiene futbolistas para ello, y lo explota a la perfección. Carvajal y Marcelo son laterales con amplia vocación ofensiva y Nacho, Varane y Ramos se sobran para defender y organizar el ataque en estático. Que se use poco es circunstancial, porque como se ha demostrado, puede funcionar y, de hecho, funcionó.

Esta disposición táctica debía, en teoría, añadir una marcha más a la construcción ofensiva del Madrid, pues añadía dos jugadores al centro del campo, dos además que atraen la pelota y saben lo que hacer con ella, pero en cambio lo que consiguió fue el efecto casi contrario, no por ello negativo: el Madrid fue un muro. Hasta ese aquelarre sevillista de los últimos siete minutos, no hubo ni el más mínimo peligro real sobre Navas. Y no había ni siquiera la impresión de que pudiese llegar en algún momento esa situación.

Lo que sí consiguió el Sevilla, algo no sencillo, es robarle la iniciativa del juego al Madrid. A través del balón, este Sevilla se siente cada vez más cómodo sin importar la dimensión del adversario que tenga enfrente. Le importa tanto como a N'Zonzi, llamado a ser, quizá, la venta más cara de la historia hispalense. ¿De qué juega N'Zonzi? De pivote, en teoría. Forma un doble '6' junto a Iborra. Otra cosa es en la práctica. No hay un punto en el campo en el que no resulte influyente su participación, ya sea con coberturas defensivas perfectas, con participación exacta en la elaboración o con profundización hasta el área contraria como si llevase el '10' a la espalda.

N'Zonzi y Sampaoli leyeron que el Madrid iba a sufrir más por su costado izquierdo y por ahí volcaron su ofensiva. Aparecían por el carril del '11' hasta cuatro jugadores del Sevilla, a saber, Vitolo, extremo posicional, Vázquez, N'Zonzi y Escudero, cuando no se colaba también por ahí Samir Nasri y caía a banda Ben Yedder. Ese lado, cubierto por Carvajal y Varane, era más débil que el tapado por Nacho y Marcelo por un motivo: Nacho es, ahora mismo, el defensa más fiable del Madrid. Y sin embargo, ni por un lado ni por otro encontraban fisuras. Antes de que las pudieran buscar siquiera, aparecían las largas piernas de Casemiro para cortar.

Todo esto está muy bien, el Madrid no daba opciones al contrario. Pero ¿qué hacía en la otra área? Más bien poco, también. El partido estuvo en el centro del campo y se jugó ahí. Cristiano tuvo una clarísima en el primer tiempo gracias a una asistencia de Benzema, pero no tocó bien el balón y se marchó lejos y blando su disparo. Después, Benzema se avalanzó sobre un balón rebotado en el área sevillista con demasiado ímpetu. Las apariciones de Marcelo y Carvajal eran lo más peligroso. Y fue el '2' el que provocó el penalti. Rico decía que no era, pero lo derriba claramente. Vitolo reconoció luego que intentó perturbar a Cristiano en el lanzamiento y que no lo consiguió, porque el portugués la clavó en la base derecha de la meta de Rico, justo al lugar contrario al que se lanzó el joven cancerbero.

Marcelo también se mostró sincero al acabar el encuentro: "Nos hemos relajado después del gol". Tanta sinceridad que se pasó. No hubo una relajación como tal del Madrid, al menos no palpable. Con Kovacic en el campo por un cansado (y magnífico) Kroos, el Madrid buscó mayor consistencia en el medio, más trabajo y siguió cerrando las líneas de pase y su propia portería. Claro que no puedes defender cuando uno de los tuyos se remata a sí mismo. Lo hizo Danilo hace tres días, lo repitió Ramos. Fue el incentivo que necesitó el Pizjuán para acompañar a sus chicos a por el segundo. Pudo conformarse el Sevilla con sacarle un punto al líder en el 85'. Pero quiso más. Quiso ganar el partido y Jovetic también. Quieren porque su objetivo es mayor que este encuentro: es la Liga. Y pueden, claro que pueden.

Ficha técnica

2 - Sevilla: Sergio Rico; Mariano, Nico Pareja, Rami, Escudero; N'Zonzi, Iborra (Sarabia, m.77), Nasri; Franco Vázquez (Jovetic, m.68), Ben Yedder (Vietto, m.85) y Vitolo.

1 - Real Madrid: Keylor Navas; Varane, Sergio Ramos, Nacho; Carvajal, Kroos (Kovacic, m.75), Casemiro, Modric, Marcelo; Cristiano Ronaldo y Benzema.

Goles: 1-0, M.67: Cristiano Ronaldo, de penalti. 1-1, M.85: Sergio Ramos, en propia meta. 2-1, M.92: Jovetic.

Árbitro: Alejandro Hernández Hernández (Comité Las Palmas). Amonestó a los locales Iborra (m.31), Mariano (m.65), Nasri (m.81), y al visitante Marcelo (m.84).

Incidencias: partido de la decimoctava jornada de LaLiga Santander, disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante algo más de 40.000 espectadores, que prácticamente llenaron el graderío. Césped en buen estado. Estuvieron en el palco el seleccionador nacional, Julen Lopetegui, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y el de Turismo de Puerto Rico, José Izquierdo, entre otras autoridades.

Millones de personas en el mundo no creen en el destino, lo cual parece razonable, pues resulta sobrecogedor que no puedas controlar tu vida, sino que todo te venga dado. Pero hechos como el gol de Sergio Ramos de este domingo hacen replantearse esa verdad. Qué forma de acabar una semana durísima para el camero. Toda la afición a la que él pertenece le odia, el club que le vio nacer como futbolista le denuncia, y cierra el círculo vicioso con un gol en propia puerta que hace descarrilar un tren de mercancías que circulaba por la vía a toda velocidad, firme y cortando el viento. El Madrid perdió por fin, nueve meses después de la última vez. Como todo parto sin epidural, dolió. Pero el fútbol español celebra el nacimiento de un nuevo verdadero aspirante a ganar esta liga: el Sevilla Fútbol Club.

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