Ancelotti aumenta su enredo y despista a dirigentes, jugadores y afición

Carlo Ancelotti consume etapas y la paciencia del madridismo. El entrenador del Real Madrid sigue enredado, no termina de ver las cosas claras y lo está transmitiendo a todas las fuerzas vivas de la entidad madridista. Los jugadores dudan, los directivos aún más y los aficionados no respiran tranquilos ni con tres goles a favor en el marcador, tal y como quedó demostrado en los dos últimos partidos de Liga ante Sevilla y Rayo. Las sombras amenazan el futuro de un entrenador que llegó con el cometido de pacificar el ambiente, algo que ha conseguido, pero lo que nadie esperaba era que las dudas deportivas pudieran pasar por encima de esa tranquilidad que algunos confunden con excesiva relajación.

Los experimentos del Camp Nou, la posición de mediocentro de Sergio Ramos y la de delantero centro de Bale han quedado enmarcados dentro de la galería de los horrores de la historia del Real Madrid. Algunos lo comparan con el gol de Spasic, el ‘Centenariazo’ ante el Deportivo o esas dos Ligas perdidas en Tenerife, es decir, momentos que nunca deberían haber existido. Al menos eso es lo que mantienen los dirigentes blancos.

El debate tiene dos sentidos. Por un lado, los que mandan piensan que el técnico está haciendo demasiadas concesiones al grupo con tal de tener un vestuario tranquilo. Con la recuperación y llegada al once de Bale, Di María se ha quedado sin sitio en el equipo titular, pero el italiano se resiste a no contar con él y tira del capitán de la selección argentina en el centro del campo. Este movimiento ha provocado desequilibrio. Además, Di María ha bajado en su rendimiento, lo que unido al alejamiento de su zona de influencia, le convierten en un jugador vulnerable, lo contrario a lo que parecía en los dos primeros meses de competición.

Dudas y ausencias

Los 52 cambios hechos por Ancelotti en los 15 partidos oficiales que lleva como entrenador del Real Madrid pueden denotar falta de seguridad, pero lo que seguro muestran es un once sin definir y una idea poco clara de lo que quiere el técnico italiano. Los jugadores lo transmiten sobre el césped. Las dudas defensivas nacen en el momento en el que el contrario supera la primera línea de presión. Después hay un vacío que el mediocentro no puede tapar, circunstancia que se notó especialmente con la ausencia de Khedira ante el Rayo. Varane lo ratificó ayer: "La defensa es cosa de todo el equipo". 18 goles recibidos en 15 partidos. Muchos.

La reiterada ausencia de Casemiro, las desapariciones de Jesé y Morata cuando mejor lo están haciendo o la falta de continuidad de los laterales, culminada en Vallecas con la presencia de los cuatro sobre el césped, son indicios de que el italiano no termina de coger el aire al equipo y a la entidad madridista, tal y como quieren en la zona noble del Bernabéu.

Fallos en los momentos claves

A falta de lo que suceda hoy ante la Juventus, la realidad dice que los dos partidos importantes de la temporada (Atlético y Barcelona) han terminado con derrota del equipo blanco, dando muestras de debilidad ante los rojiblancos y dos caras muy diferentes ante los de Martino. Entregados, primero, y poderosos con el partido ya encauzado para los azulgranas. Puede que la clasificación para los octavos de final de la Champions esté ya prácticamente hecha, pero lo que esta noche se juega Ancelotti ante su exequipo va más allá de los tres puntos.

En el club le exigen algo más que ganar, pretenden una seguridad que el equipo no ha mostrado hasta el momento. Además, lamentan que ante el Barcelona más dubitativo del último lustro haya una diferencia de seis puntos o los cinco que tiene el Atlético de un Simeone que ya empieza a hablar del título de Liga, campeonato que ya habría empezado a ser poco menos que una quimera en caso de que Embarba o Saúl hubieran acertado con la portería de Diego López.