El Real Madrid gana al Rayo Vallecano, pero le falta mucho fútbol y carácter

El fútbol mucho tiene de actitud, de ganas y este Real Madrid, el de Ancelotti, no sabe de estas dos cuestiones y cuando uno le pone ganas, por muy colista que sea, logra encerrar al equipo más poderoso de la Liga, económicamente hablando. El argumento madridista para estar arriba, para ganar partidos, se reduce a lo que sea capaz de hacer Cristiano Ronaldo, algo que no siempre vale aunque se terminen sacando los tres puntos, tal y como sucedió ante un Rayo que como siempre apostó por el buen gusto, el fútbol de calidad, pero al que le traicionó la falta de acierto, algo que solo logró desde el punto de penalti y por medio de Vieira. Insuficiente para contrarrestar los dos goles de CR7 y el de Benzema.

El Real Madrid fue capaz de ponerse cero a tres en Vallecas, lo que hacía pensar en manitas o festivales de los de azul. Nada de eso. El equipo de Ancelotti terminó pidiendo la hora, sufriendo con hasta cinco claras ocasiones de gol desperdiciadas por el Rayo. Bueno (al palo), Saúl, Larrivey, Embarba, Gálvez... y así hasta ver a Diego López sufrir, a padecer cada vez que el balón se acercaba a su área. Los suyos, sus amigos, los que llevan el mismo escudo en el pecho, se limitaban a ver como los jugadores de Paco Jémez se dejaban el alma intentando lograr algo impensable, que no era otra cosa que empatar el partido tras ver como en el minuto cinco Cristiano Ronaldo, el de siempre, lograba el tercero.

El Rayo puso las ganas, pero también el fútbol, el toque y la tan comentada posesión. El Real Madrid, mientras, decidía recular en tablas, aplastarse dentro de su área. El centro del campo no veía la pelota, pero lo que es peor, tampoco a los rayistas, que se plantaban en la zona de peligro como les apetecía, para desesperación de Ramos y Pepe. Coentrao se lesionó mediada la primera mitad y la entrada de Marcelo provocó mayor confusión si cabe. En la otra banda, Carvajal sufrió desde el primer minuto. A los cinco cometió un penalti no señalado y dos después vio la amarilla. Ya en la segunda parte, Álvarez Izquierdo le perdonó la expulsión. Ancelotti reaccionó, dando entrada a Arbeloa, que al menos puso orden por su banda.

Lo del acierto es cuestión de pegada o mejor dicho cuestión de millones. Esa es la diferencia entre un Real Madrid dubitativo, asentado en Ronaldoy que parece haber encontrado en Bale a un buen socio, y un valiente Rayo que tuvo que luchar contra todo, pero que no por ello bajólos brazos un solo instante. La derrota le condena al último puesto de la tabla, pero por lo visto en Vallecas, se puede pensar en que el colista vestía de azul y no con la franja roja en su camiseta.

Contra las cuerdas

La primera que tuvo el Real Madrid terminó dentro de la portería de Rubén. La segunda, también. Por el Rayo la tuvieron Saúl y Gálvez, pero la sombra de Diego López se convirtió en gigante para los rayistas. Y cuando acertaron a batir al gallego, por ahí apareció la cintura de Vieira para convertir en fuera de juego lo que era el gol del empate. El canario tocó sin querer el remate de Iago Falqué, lo que dio por buena la decisión de Álvarez Izquierdo de anular el tanto. Tres minutos después, el segundo de los madridistas, tras un buen remate de Benzema a 'banana' desde la banda de Bale.

El Rayo empezaba a levantar cabeza. Buscaba la portería de Diego López y lo hacía como sabe, con fútbol. El Real Madrid se empezaba a sentir incómodo. Xabi Alonso ya no mandaba tanto. El físico le pasaba facturay su equipo lo acusaba. Tanto, que la segunda parte la inició Illarramendi. Casi sin querer, y tras un fallo de Arbilla, Bale asistió a CR7 para que cerrar el partido. Al menos eso creían los de Ancelotti, que empezaron a pensar en otras cosasque nada tenían que ver con lo que sucedía en Vallecas.

Lejos de abandonarse, el Rayo siguió a lo suyo, jugando al fútbol. Pepe primero y después Marcelo facilitaron ese renacimiento de los Jémez. Penalti va, penalti viene y 2-3en el marcador, justo en el momento en el que los madridistas se empezaban a mirar a la cara, a buscarse unos a otros, a gesticular... y todo porque el Rayo se estaba comiendo a su vecino, el de la zona norte de Madrid.

Poco más de media hora por delante para lograr la hazaña, pero la suerte no acompañó a un Rayo que mereció más. Trashorras y Saúl se comieron al centro del campo del Real Madrid, mientras que la calidad de Vieira, la sutileza de Bueno y el desborde de Embarba y Lass hicieron soñar a Vallecas con la remontada. Los postes y un par de paradas de Diego López lo evitaron.

El Real Madrid salió vivo de Vallecas, pero necesita aire, fútbol, ganas, intensidad. Gana pero sufre y mucho. Lo hizo ante el Sevilla pese al siete a tres final y lo ha vuelto a hacer ante el colista en la tabla y en el presupuesto. Ancelotti y lo suyos conceden mucho y los rivales lo saben, y pese a ir con tres goles de desventaja ven posible la machada. Sucedió hace cuatro días y se repitió en la noche del sábado en Vallecas. Este Real Madrid no pita.

Ficha técnica:

2 -RayoVallecano: Rubén; Tito, Gálvez, Arbilla (Larrivey, m.50), Nacho; Trashorras, Adrián (Bueno, m.41), Saúl; Lass, Jonathan Viera y Iago Falqué (Embarba, m.67).

3 - Real Madrid: Diego López; Carvajal (Arbeloa, m.58), Sergio Ramos, Pepe, Coentrao (Marcelo, m.44); Xabi Alonso (Illarramendi, m.46), Modric; Bale, Di María, Cristiano Ronaldo; y Benzema.

Goles: 0-1: M.2 Cristiano Ronaldo; 0-2: M.30 Benzema; 0-3: M.48 Cristiano Ronaldo; 1-3: M.52 Jonathan Viera, de penalti; 2-3: M.54 Jonathan Viera, de penalti.

Árbitro: Alvárez Izquierdo (comité catalán). Amonestó a Nacho (57), Tito (75) y Trashorras (86), delRayo; y a Carvajal (4), Xabi Alonso (10), Di María (61), Marcelo (70) y Modric (92).

Incidencias: encuentro correspondiente a la duodécima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio de Vallecas (Madrid), ante unos 12.000 espectadores.