Que comience el baile: la marcha de Klopp revoluciona los banquillos de Europa

La noticia rompió todos los esquemas de los aficionados del Liverpool. Jürgen Klopp abandonará el club red a final de temporada tras nueve temporadas como capitán del barco del río Mersey. Cuando en 2015 el alemán llegó a la ciudad del norte de Inglaterra, a un club histórico en horas bajas, su primera misión fue implementar el estado de ambición: él estaba ahí para convertir al Liverpool en un equipo ganador de nuevo. Lo que siguió a su optimista mensaje fue casi una década de triunfos, entre los que se incluye una Champions League (y dos finales perdidas), una Premier League, una FA Cup, un Mundial de Clubes... Y, sobre todo, el regreso a la élite.

Las explicaciones de Klopp a su marcha, tan elegante como dolorosa para los aficionados reds recordaron a aquel "estoy vacío" de Pep Guardiola para argumentar su adiós al FC Barcelona: "Amo a este club, amo la ciudad, amo a la afición, amo al equipo, amo al personal. Amo todo. Pero estoy convencido de que es la decisión que tengo que tomar. Me estoy quedando, cómo decirlo, sin energía. No tengo ningún problema, obviamente, pero tenía que anunciarlo en algún momento. Sé que no puedo hacer el trabajo una y otra vez, y otra, y otra vez".

Y, ahora, ¿qué?

La marcha de Klopp genera un efecto dominó capaz de competir en los tabloides deportivos con el (eterno) fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid. Si algo había sucedido en los últimos años en los banquillos de la vieja Europa, era el inmovilismo. Es difícil imaginarse al Manchester City sin Pep Guardiola, al Atlético de Madrid sin Diego Pablo Simeone, y costará ver al Liverpool sin Klopp. Cinco meses tiene por delante el club inglés para encontrar sustituto... Y a nadie se le escapa quién es el favorito.

"Sinceramente... No tengo una respuesta directa [risas]. Ahora mismo estoy feliz aquí, eso seguro, y solo pienso en el Leverkusen", respondió con una sonrisa Xabi Alonso cuando fue preguntado por la posibilidad de ocupar el banquillo del Liverpool. El histórico mediocentro dejó huella en la ciudad gracias a su fútbol y su figura, es una de las leyendas que formaron aquel Spanish Liverpool, héroe también de la icónica final de la Champions League de Estambul, cuando los ingleses remontaron un 3-0 en el descanso al Milan en la temporada 2003/4 y donde marcó uno de los tantos.

Se hace complicado pensar en un movimiento con más sentido que un ascenso al Liverpool para Alonso. Un club que conoce como la palma de su mano, que ha demostrado paciencia y proyecto deportivo a largo plazo, una afición única en el mundo, y, encima, con mercado para fichajes de categoría con presupuesto importante. "No sé qué pasará en el futuro y no me importa", relativizó el entrenador del Bayer Leverkusen, que tiene al equipo liderando la Bundesliga por encima del todopoderoso Bayern de Múnich y sin conocer la derrota en la competición doméstica.

La renovación de Carlo Ancelotti por el Real Madrid ahogó el ansiado fichaje del técnico español por la casa blanca. Tarde o temprano, Xabi Alonso se sentará en el banquillo del Santiago Bernabéu. Pero, a falta de los resultados que dé la presente temporada, la directiva encabezada por Florentino Pérez está satisfecha con la mano blanda de Carletto y sus resultados deportivos. Un entrenador de la casa, que respeta los tiempos y las decisiones de la dirección deportiva sin quejarse: un hombre de club. Y un escudo cuando las críticas acechan, por qué no decirlo.

Además, a la situación de Ancelotti, que lo tuvo prácticamente hecho para marcharse a Brasil como seleccionador, se une la candidatura perenne de Zinedine Zidane. El entrenador francés todavía no se ha vuelto a sentar en un banquillo de fútbol desde que abandonara el Real Madrid hace más de dos temporadas. A pesar de la traumática salida de la leyenda madridista con una carta abierta en la que señaló a Florentino Pérez ("me voy porque el club no me da la confianza que necesito"), nunca hay que descartar un posible regreso para una tercera etapa. Zidane esperaba a Francia, pero la renovación de Deschamps frustró sus planes.

De momento, no ha habido una oferta que haya hecho al francés regresar a los banquillos, quien está protagonizando una extraña carrera como técnico, pero que acumuló títulos con voracidad en el Santiago Bernabéu.

Laporta y su sueño... ¿Imposible?

La otra pieza del tablero es el destino de Klopp. El rock 'n' roll del fútbol, el ciclón que revitalizó al Liverpool hasta convertirlo en uno de los clubes más dominantes de toda Europa. Es uno de los técnicos con mayor caché y cartel del mundo. Gusta en todas partes, ha sonado para el banquillo del Real Madrid, para el del Atlético de Madrid y, por supuesto, para el del FC Barcelona.

La época de Xavi Hernández como entrenador blaugrana está en su peor momento. Tanto que, incluso el propio Xavi se tiró el órdago de asegurar que, en caso de no conseguir títulos esta temporada, abandonaría la disciplina culé por sí solo. La famosa escuela alemana a la que se aludía en el proyecto deportivo de la candidatura de Joan Laporta antes de su regreso al palco del Camp Nou tenía nombre y apellido: Jürgen Klopp.

La serie de problemas que se presentan por delante para acometer dicho fichaje son muchos e importantes. Empezando por el más obvio, Klopp no es barato precisamente y la situación financiera del Barcelona es la que es, de palanca en palanca y tiro porque me toca. El proyecto deportivo, aún más complicado. Klopp pasaría de un club donde ejercía como mánager, además de entrenador a una estructura donde es difícil conocer quién manda en la parcela deportiva, y con un Deco liderando los movimientos más ambiciosos... sin hacer demasiado caso a Xavi.

El clavo ardiendo al que se puede aferrar el Barça es, precisamente, la propia motivación de Klopp. El Liverpool, recordemos, era un equipo de Europa League cuando el alemán llegó. Pero el clima futbolístico y mediático de la Ciudad Condal y de la inglesa no tienen nada que ver.