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Klopp y la casi amarga victoria del Liverpool: pierde su anillo de bodas y un cámara le ayuda a recuperarlo
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Un héroe inesperado en Anfield

Klopp y la casi amarga victoria del Liverpool: pierde su anillo de bodas y un cámara le ayuda a recuperarlo

El Liverpool se colocó al frente de la Premier League, pero la celebración a punto estuvo de acabar en disgusto para el técnico alemán, que perdió su alianza de casado en el césped

Foto: Klopp, en la celebración de la victoria. (EFE/EPA/Adam Vaughan)
Klopp, en la celebración de la victoria. (EFE/EPA/Adam Vaughan)

Después de un par de temporadas atípicas en el círculo prodigioso del Liverpool de Jurgen Klopp, todo parece volver a su cauce en la tierra del rio Mersey. Los reds lideran la Premier League en solitario después de una impresionante victoria ante el Newcastle por cuatro goles a dos. Capitaneados por un excelso Mohammed Salah, quien abandonará temporalmente al equipo para marcharse a disputar la Copa de África, el Liverpool dio un golpe sobre la mesa en Anfield para colocarse primero de la clasificación, por delante de Aston Villa y Manchester City, en una competición apretada y que promete emociones fuertes hasta final de curso.

Pero para emociones fuertes, las que sufrió Klopp en la celebración de los tres puntos. El técnico alemán disfrutó a lo grande aplaudiendo al público de Anfield, tanto que, en plena euforia, perdió su anillo de bodas. En las imágenes grabadas por la televisión, se ve como Jurgen llega a pedir ayuda a un guardia de seguridad para tratar de encontrar el anillo en el césped.

Por suerte, el operario de cámara pudo chivarle donde se encontraba la joya. "Tuve un susto enorme, pero he vuelto a encontrarlo", antes de añadir que el cámara iba a ser "un amigo para toda la vida", reconocería el alemán.

Un Liverpool imperial

Sólo una exhibición de paradas reivindicativas de Martin Dúbravka mantuvo en Anfield a un Newcastle en caída libre, encajando su séptima derrota en sus ocho últimos partidos, la tercera consecutiva en una Premier League que vuelve a comandar el Liverpool liderado por Salah, que se despidió a lo grande en su último encuentro en la competición antes de marcharse a la Copa África.

Bajo la lluvia incesante, con uno de esos espectáculos futbolísticos por ritmo y llegadas continuas (hasta 33 remates del Liverpool) que convierten a la Premier en un gran espectáculo, arrancó el año futbolístico. Con un duelo físico repleto de ritmo. Una búsqueda continua del triunfo hasta conseguirlo para regresar al liderato. La despedida perfecta de Salah, al que añorará Jürgen Klopp en el tiempo que duré la aventura de Egipto.

Autor de dos tantos tras fallar un penalti, asistente e inventor de la acción que tumbó la resistencia del Newcastle por las paradas de Dúbravka. Hasta doce realizó para retrasar la goleada de un Liverpool desatado. Te arrolla desde el físico. Con un ritmo continuo de juego con el que pisa tanto área rival, genera tantas ocasiones, que hasta se puede permitir un día aciago en el remate de Darwin Núñez o el gol anulado a Luis Díaz.

Tardó en llegar la recompensa al asedio. Anulado de inicio el Newcastle, incapaz de superar el centro del campo ante la presión alta. Con Alexander-Arnold rondando el gol y la primera parada de reflejos de Dúbravka al remate a bocajarro de Darwin. El pase de Salah que aparecía en todo con ganas especiales de brillar y de marcharse dejando en lo más alto de la clasificación a su equipo.

placeholder Un Liverpool arrollador. (EFE/EPA/Adam Vaughan)
Un Liverpool arrollador. (EFE/EPA/Adam Vaughan)

Anulado desde el VAR un tanto a cada equipo por fueras de juego, a Luis Díaz a los 18 minutos, al testarazo de Burn a los 36 por posición antirreglamentaria de Isak en el despertar del Newcastle. En pie, gracias al penalti detenido por su portero a Salah y por el mano a mano sacado a Darwin. Ayudado por la madera cuando Alexander-Arnold inventó una locura, pegado a línea de fondo con un disparo con rosca al más puro estilo Roberto Carlos.

Al partido sólo le faltaban los goles y llegaron en una trepidante segunda mitad. Parecía imposible pero el Liverpool incrementó la velocidad del juego y castigó cualquier paso al frente del Newcastle. En cuanto pudo correr añadió el gol. El primero tras la carrera de Luis Díaz a los 48 minutos, dos recortes, la apertura al desmarque de Darwin que puso en bandeja el gol a Salah.

Ante la inspiración del portero rival, los goles llegaron con pases de la muerte porque Dúbravka volvía a lucirse ante Darwin en dos ocasiones, la última con una estirada que daba paso a lo que nadie en Anfield esperaba. No había dado sensación de peligro el Newcastle pero a Isak no se le pueden dar metros para correr. De un pase en profundidad de Gordon, tras una gran maniobra marchándose de dos rivales pegado al costado izquierdo, llegaba una buena definición en carrera y el empate.

La reacción de orgullo de un equipo en su peor momento, no soportaría la avalancha del Liverpool por mucho que se empeñase su portero. Evitó el tanto con cuatro intervenciones salvadoras en cinco minutos y ya nada pudo hacer ante la imaginación de Salah en un pase filtrado al movimiento de Diego Jota. De nuevo pase de la muerte y gol a puerta vacía de Jones.

El triple cambio de Klopp daba resultados inmediatos. Su golpe al partido con el cambio de delanteros llegó con la asistencia de Diego Jota y el tanto de Gapko a pase, como no, de Salah, con el exterior del pie en un gesto de alta escuela.

Anfield celebraba el gran comienzo de año y ni el tanto de cabeza de Botman tras un saque de esquina, hizo temer el triunfo de un Liverpool que se amplió con el desquite de penalti de Salah, a quien se despidió con honores y con la esperanza de no echarle mucho de menos.

Después de un par de temporadas atípicas en el círculo prodigioso del Liverpool de Jurgen Klopp, todo parece volver a su cauce en la tierra del rio Mersey. Los reds lideran la Premier League en solitario después de una impresionante victoria ante el Newcastle por cuatro goles a dos. Capitaneados por un excelso Mohammed Salah, quien abandonará temporalmente al equipo para marcharse a disputar la Copa de África, el Liverpool dio un golpe sobre la mesa en Anfield para colocarse primero de la clasificación, por delante de Aston Villa y Manchester City, en una competición apretada y que promete emociones fuertes hasta final de curso.

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