Las otras elecciones que paralizan Argentina: Macri, Riquelme y el recuerdo del Topo Gigio

Javier Milei fue el vencedor de la segunda vuelta de las elecciones el pasado 19 de noviembre, aunque el periodo electoral no se ha dado por concluido en Argentina. Boca Juniors decide su futuro el próximo 3 de diciembre entre dos candidaturas igual de divergentes que las que decidieron quién sería el presidente de la nación. Una la encabeza Juan Román Riquelme, máximo ídolo del club y actual vicepresidente. La otra está liderada por Andrés Ibarra, exministro de Modernización, y Mauricio Macri, presidente de Argentina entre 2015 y 2019 y del equipo xenize entre 1995 y 2007. La vieja rivalidad, que llevó a dirigente y estrella a enfrentarse públicamente a principios de siglo, vuelve a escena dos décadas más tarde.

"Estamos a siete días de las elecciones más fáciles de la historia de nuestro club. O seguimos siendo un club de los hinchas o dejamos que tres personas nos saquen el corazón. Porque lo que van a hacer es venderle la cancha y el club a esta gente del exterior. Más claro, imposible", declaró Riquelme en estos días previos a las elecciones en los que las candidaturas han aprovechado para lanzarse dardos. El conflicto viene de lejos.

Aquel gesto del Topo Gigio realizado el 8 de abril de 2001, tras marcarle un gol a River en el Superclásico, iba dirigido a Macri, aunque no estuviera en el palco. El Boca de Carlos Bianchi era el equipo de moda de Argentina y puntero en el mundo. Pocos meses antes, le habían ganado la Intercontinental al Madrid (2-1) con un doblete de Martín Palermo, que también ha entrado en escena en la batalla actual.

"El festejo iba para mi hija, a la que le gusta el Topo Gigio", dijo Riquelme para esquivar la polémica aquel día. La realidad, sin embargo, no era para nada difusa. El centrocampista reclamaba una mejora de sus condiciones económicas, justificadas por su importancia en un equipo que había ganado dos Libertadores, tres Ligas y una Intercontinental en apenas tres años desde la llegada de Bianchi. Pero Macri discrepaba con este reclamo y Román fue traspasado al Barcelona un año más tarde.

El sueño de Martín Palermo

Macri dejó el club en 2007 y se metió en política. Ahora sueña con tener poder de nuevo, aunque desde la sombra y alejado de la Casa Rosada. Ese afán por controlar cualquier ámbito de la vida de Argentina lo ha perseguido desde finales de los 90. Diego Armando Maradona, del que dijo que su época "ya ha pasado", lo definió así: "Pensé que venía Silvio Berlusconi y me encontré al Cartonero Báez".

"Si las cosas salen como uno cree que pueden suceder, voy a ser el próximo entrenador de Boca. Andrés Ibarra me ha tenido en consideración y tengo la posibilidad de cumplir ese sueño de ser el técnico del club", afirmó Martín Palermo, ídolo xeneize y actual entrenador de Club Atlético Platense. Su relación con Riquelme nunca ha sido buena.

Estas elecciones cuentan con más polémica. El Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires solicitó al club que las elecciones no fueran el 2 de diciembre, sino el 3, para que los judíos que el sábado celebran el Shabat puedan asistir a votar. Riquelme ya dejó clara su posición, aunque finalmente la directiva haya cedido. "Al querer que se cambie la fecha, lo que quieren es que la gente no vaya a votar. Queríamos votar el 02/12 para que pueda venir la gente del interior. Viajan el sábado, se vuelven el domingo y el lunes se van a trabajar. Pero les interesa que la gente no venga, porque no son hinchas de Boca. Quieren que 2.000 o 3.000 personas no puedan votar. Van a hacer toda la trampa. Me pone contento porque están demostrando lo que son".

Las promesas de Juan Román

A Riquelme se le achaca que hasta ahora no haya cumplido con los resultados deportivos que prometió. Boca es el segundo equipo, por detrás de Independiente de Avellaneda, que más Libertadores tiene (seis). Pero el título se les resiste desde 2007, cuando liderados por Román lo lograron por última vez. La final frente a Fluminense (2-1) ha escocido mucho a esta directiva.

Macri ha aprovechado esos resultados deportivos para postularse y asegurar que devolverá al equipo a la gloria. "Con Andrés (Ibarra) no creemos en esa resignación deprimente. Por eso venimos a buscar, a lograr, a conseguir, a triunfar. Ese es nuestro proyecto. La cancha es un símbolo. ¿Se necesita dinero? No tengan la menor duda de que lo conseguiremos para construir el estadio y para tener la mejor plantilla del mundo. Tenemos la determinación, la decisión, la potencia, el conocimiento y la visión". El juego de tronos de Boca Juniors recién ha comenzado.