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Riquelme o el adiós del último enganche: "Si el equipo juega mal, siento que es por mi culpa"
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Ahora es director deportivo de Boca

Riquelme o el adiós del último enganche: "Si el equipo juega mal, siento que es por mi culpa"

El máximo ídolo de Boca se despide con un partido en La Bombonera al que acuden grandes jugadores como Leo Messi, Carlos Tévez, Pablo Aimar, Martín Palermo...

Foto: Juan Román Riquelme, en el partido de leyendas del Villarreal celebrado en marzo. (Doménech Castelló)
Juan Román Riquelme, en el partido de leyendas del Villarreal celebrado en marzo. (Doménech Castelló)

Ocho años es una espera eterna para organizar un partido despedida. Casi una década había pasado desde que Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de la historia de Boca Juniors, dejó atrás el fútbol. Puso fin a su carrera en Argentinos Juniors, el mismo club en el que empezó cuando era apenas un niño. No debutó en el Diego Armando Maradona, porque el club xeneize lo fichó para sus inferiores. Sí se estrenó en La Bombonera, el lugar en el que más feliz fue. "Es el patio de mi casa", dijo alguna vez. En su domicilio, celebrará su despedida con históricos del fútbol argentino como Leo Messi, Martín Palermo, Carlos Bianchi, Carlos Tévez o Alfio Coco Basile.

La despedida de Riquelme es el adiós definitivo a un perfil que estaba en peligro de extinción por entonces, y que ahora finalmente ha desaparecido. No hay rastro de la figura del enganche en este fútbol tan físico y en el que no tienen cabida jugadores cuya velocidad radica en la cabeza. Valderrama y luego Román fueron algunos de los máximos exponentes de esa posición.

La máxima de aquellos jugadores era optimizar el juego del equipo más allá de pasarse el partido corriendo. "Si corriste todo el partido y fallaste todos los pases, sos un fenómeno; si corrés poco, pero diste todos los pases bien, jugaste mal. No. Si se juega bien, se juega bien. Lo más importante es estar perfilado cuando me llega el balón y hacerle un buen pase al compañero", declaró Riquelme en una ocasión, indignado por la metamorfosis que había experimentado el fútbol.

placeholder Riquelme, en el partido de leyendas. (EFE/Jesús Diges)
Riquelme, en el partido de leyendas. (EFE/Jesús Diges)

La dependencia del equipo

"Si el equipo juega mal, siento que es por mi culpa". Riquelme se erigió en brújula del equipo desde que llegó, demostrando una personalidad y un liderazgo inquebrantable. Fue un profesional ejemplar que siempre lo dio todo por el club, aunque a veces priorizara su barrio. En una ocasión, Bianchi lo vio desanimado y le preguntó qué le pasaba. Se jugaba la final del torneo de Don Torcuato (su vecindario). El entrenador lo autorizó a acudir y regresó con los tobillos hinchados. Al día siguiente fue el mejor de Boca en el partido, quizá porque jugaba precisamente como en el barrio. Nunca se olvidó de su lugar fetiche.

Riquelme contó con la admiración de los grandes del fútbol. Pelé, Henry, Zidane, Maradona (antes de pelearse), Messi, Iniesta, Ronaldo Nazario o Gerrard son algunos de los que alabaron su estilo de juego, dejando claro que siempre tendría sitio en sus equipos. Y que los que lo criticaban no se habían enterado de qué iba este juego.

"Dentro de la cancha son todos mis amigos". Riquelme siempre fue solidario con sus compañeros, hasta el punto de terminar lesionado un partido para que Nico Gaitán, que se marchaba a Europa, fuera homenajeado por la afición al quedarle a Boca sólo un cambio. Él mismo reconoció que fuera de la cancha no se llevaba bien con todos. De hecho, tuvo sus diferencias con Martín Palermo, resumidas a la perfección en dos frases. "Si tengo que jugar con amigos, pongo a Viatri. Por plata, a Martín". "Con Palermo sabíamos que fuera del área jugábamos con un menos, pero dentro éramos 15 contra diez".

placeholder Riquelme, en las elecciones a la presidencia de Boca de 2019. (EFE/Yoan Valat)
Riquelme, en las elecciones a la presidencia de Boca de 2019. (EFE/Yoan Valat)

Su única derrota en finales

Su despedida de Boca fue agridulce tras perder frente a Corinthians la única final de Libertadores de las cuatro que jugó. Con él en el campo, el club xeneize consiguió tres de las seis copas continentales que alberga en su palmarés. También la Intercontinental que le ganaron al Madrid de Del Bosque (2-1), cuando Román firmó uno de los mejores partidos de su carrera. Desconcertó a Makélélé y a todo el centro del campo blanco.

Tuvo su estancia en Europa, en Barcelona y en Villarreal. En la Ciudad Condal no empezó con buen pie y Van Gaal fue el responsable de que durara sólo un año. "Usted es el mejor jugador del mundo con la pelota en los pies, pero si la pierde jugamos con uno menos". Eso le dijo en el entrenador neerlandés el día de su presentación en una sala llena de televisiones con vídeos suyos.

placeholder Riquelme regatea al rival en sus últimos años en Boca. (Reuters/Vincent West)
Riquelme regatea al rival en sus últimos años en Boca. (Reuters/Vincent West)

Manuel Pellegrini diseñó un equipo que jugara alrededor de él y su apuesta fue magnífica. Aquel Villarreal aún perdura en el recuerdo, aunque Riquelme cargue todavía con la nota negativa por el penalti que falló en las semifinales de Champions en el Arsenal. En 2007 echaba de menos Argentina y regresó a Boca.

En esa segunda etapa, tuvo sus fricciones con el expresidente, Daniel Angelici, y acabó como opositor para convertirse, tras ganar las elecciones, en director deportivo del club en 2019. Y sigue viendo a diario La Bombonera, el patio en el que ahora disfruta como dirigente. Y en el que celebrará una despedida para la historia.

Ocho años es una espera eterna para organizar un partido despedida. Casi una década había pasado desde que Juan Román Riquelme, el máximo ídolo de la historia de Boca Juniors, dejó atrás el fútbol. Puso fin a su carrera en Argentinos Juniors, el mismo club en el que empezó cuando era apenas un niño. No debutó en el Diego Armando Maradona, porque el club xeneize lo fichó para sus inferiores. Sí se estrenó en La Bombonera, el lugar en el que más feliz fue. "Es el patio de mi casa", dijo alguna vez. En su domicilio, celebrará su despedida con históricos del fútbol argentino como Leo Messi, Martín Palermo, Carlos Bianchi, Carlos Tévez o Alfio Coco Basile.

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