Marcelino, la bala extra de un desconocido Villarreal: "Con él, tienes que tener el culo prieto"

"Me conocéis como Marce, no me llamo Salvador ni me apellido Milagro. Vengo a trabajar y a conseguir que disfruten todos: jugadores, directiva y aficionados". Al toque, claro y conciso. Así se mostró Marcelino en su presentación como nuevo entrenador del Villarreal. Es su segunda etapa tras la abrupta salida en 2016. Y la bala extra de Fernando Roig después de las destituciones de Quique Setién y de Pacheta. El club es decimocuarto en Liga con 12 puntos, solo cinco por encima del descenso, lejos, por tanto, de las posiciones que acostumbra.

El Villarreal ha sido hasta ahora incapaz de encadenar rachas de resultados como las de Unai Emery, cuya marcha al Newcastle con la temporada empezada aún escuece en La Cerámica. El buen final del año pasado justificó la continuidad de Setién, aunque no hubo una confianza excesiva en el cántabro, a diferencia de lo ocurrido con otros entrenadores como Marcelino.

Pacheta tampoco enderezó el rumbo del club. Aunque los rumores sobre su cese se ampliaron las semanas previas a que se confirmara, sorprendió que se hiciera público tras la victoria en la Europa League ante el Maccabi Haifa (1-2). El técnico utilizó el librillo que tan buenos resultados le había dado en Valladolid y Elche, pero el éxito fue radicalmente opuesto.

"Somos el Villarreal, un equipo que viene de lo que viene y que ahora coquetea con la zona baja de la clasificación. Si Marcelino es el tercer entrenador en 12 jornadas, las cosas no están yendo bien", ha manifestado Manu Trigueros, uno de los veteranos del vestuario, en una entrevista con As.

Los resultados europeos

Los amarillos vencieron en penaltis al Manchester United y lograron el primer título de su historia: la Europa League. Emery sumó la cuarta a su palmarés y confirmó su dominio de la segunda competición continental. Un año más tarde, el Villarreal se plantó en las semifinales de la Champions tras dejar en octavos a la Juventus y en cuartos al Bayern de Múnich. Tuvieron cerca la gesta frente al Liverpool, pero los ingleses alcanzaron la final. La realidad actual difiere mucho de esos tiempos dorados.

El rendimiento de Marcelino en Villarreal está fuera de duda. Cogió al equipo en Segunda, con el ascenso como claro objetivo, y lo devolvió a Primera y a las competiciones europeas. Así lo recordó en su presentación: "Vengo con la misma humildad y la misma ilusión que el 13 de enero de 2013, cuando cogí al Villareal en Segunda. Llego con la misma ilusión, ambición y pasión. Eso sí, espero no perder 5-0 como en el anterior debut".

"Con la llegada de Marcelino vamos a mejorar el tema físico, donde nos faltaba esa chispa. También mejoraremos las ideas y los conceptos. Sabemos que el trabajo de Marcelino lo ha llevado arriba en otros equipos", explicó Trigueros. El centrocampista es el único futbolista que se mantiene el Villarreal de la anterior etapa del asturiano.

Parejo será clave

A Trigueros, no obstante, se le suma Parejo como otro de los futbolistas que conocen bien a Marcelino. Dani coincidió en los años dorados en Valencia, cuando consiguieron una Copa del Rey en el Benito Villamarín frente al Barcelona de Ernesto Valverde (1-2).

A pesar del rendimiento mostrado en Mestalla, su etapa acabó de manera parecida a la del Villarreal. Quizá por eso no confiaba en volver a La Cerámica. "No pensaba, hace unas semanas, que se fuera a dar esta circunstancia. Pero la vida ha provocado que regrese a un lugar en el que fui feliz. Creo que vale la pena volver", sostuvo Marcelino.

La historia es cíclica y Marcelino ha aceptado de nuevo el reto. En aquella ocasión, estaba en juego un ascenso; en esta, que el prestigio conseguido por el club en los últimos años no se pierda. Así lo ve Trigueros: "Tenemos la sensación de que a los aficionados les ha generado alivio e ilusión su llegada. Los equipos de Marcelino siempre compiten. En los entrenamientos la gente siempre sale muy enchufada y siempre tienes que estar con el culo prieto para estar al nivel". De Marcelino depende que los rivales tengan temor o alivio al ver la evolución del Villarreal.