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Es el mercado, amigo: Emery tiene el mismo derecho que tú a cambiar de trabajo
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Igual que el club despide cuando quiere

Es el mercado, amigo: Emery tiene el mismo derecho que tú a cambiar de trabajo

A partir de ahora, se verán más rescisiones de técnicos en mitad de la temporada. Los contratos y las cláusulas de los entrenadores cambiarán, pero estos pedirán mejores condiciones para estampar su firma

Foto: Unai Emery, en una imagen de archivo. (EFE)
Unai Emery, en una imagen de archivo. (EFE)

Scott Parker es un joven y prometedor entrenador de fútbol (42 años) que consiguió ascender al Bournemouth a la Premier League en su primer año al cargo. En el mercado veraniego, el equipo inglés fue el equipo que menos gastó de toda la liga, a excepción del Leicester (27 millones de euros). Dicha pobre inversión le valió para ganar su primer partido en la élite, pero un fatídico calendario le expuso ante tres de los mejores equipos de la competición: Manchester City, Arsenal y Liverpool. Eran derrotas lógicas, aunque una de ellas se saldó con una goleada histórica, 9-0 en Anfield. Sin haber pasado un mes de la temporada, fue despedido. Esta es la triste realidad del entrenador. Si el dueño se pone nervioso, la paciencia es muy corta. Ahora, el ejemplo de Unai Emery refleja una nueva realidad que se aproxima al fútbol moderno: los técnicos también harán valer sus contratos para salir, aunque sea en mitad de temporada, ante ofertas más atractivas para sus intereses.

El entrenador vasco es nuevo dueño del banquillo del Aston Villa, que fulminó al icono del fútbol inglés Steven Gerrard después de un mal inicio de temporada (decimoquinto en la tabla, con doce puntos en doce jornadas). Deja al Villarreal y su lucha por acceder a los puestos europeos a cambio de un proyecto económicamente muy superior, pero que a corto plazo no da demasiadas expectativas que no sean la mitad de la clasificación.

placeholder Emery, durante su despedida. (EFE/Domenech Castelló)
Emery, durante su despedida. (EFE/Domenech Castelló)

Emery lo explicó, después de derramar lágrimas en su rueda de prensa de despedida, de una manera pragmática: "Hay que intentar dejar los sentimientos al lado. Hay que ser fríos y calculadores. Y atenerse a los contratos que firmamos. Yo tengo madurez y experiencia para tomar decisiones con firmeza y respeto”. Fernando Roig, presidente del Villarreal, presente en dicha despedida, no dudó en lanzar un pequeño dardo al que fuera su entrenador, aunque en líneas generales tanto técnico como club han acordado esta (aparentemente) traumática salida en términos cordiales y de cariño. Gran parte de la afición groguet, así como hinchas del fútbol en general, tachan de traición el adiós de Emery en plena competición. Pero esto es solo el comienzo.

"Debería ser así, hay que normalizarlo. Lo hablo como entrenador con experiencia en varios clubes, esto es un trabajo más. Los trabajadores se marchan porque le ha salido una oferta mejor: mejor trabajo, mejores condiciones, más estabilidad familiar… Lo que sea. Estamos acostumbrados a ver cláusulas de rescisión en futbolistas, que se pagan y se lo llevan. Con el entrenador puede pasar lo mismo. Si uno es muy bueno, hay que contar con que puede pasar. Lo de Unai Emery, dentro del mercado de los entrenadores, era una posibilidad real. Sale una oferta más atractiva y hay una cláusula de penalización que se puede pagar, se paga y a seguir", reflexiona Pablo López, entrenador profesional y estudioso del fútbol, que ha pasado por banquillos como el del Atlético de Madrid Femenino.

Foto: Unai Emery deja el Villarreal para irse al Aston Villa. (Reuters/Pablo Morano)

Aunque pueda doler, aunque choque con el concepto romántico del fútbol, un entrenador es, nada más y nada menos, que un trabajador que responde ante un contrato. Y como cualquier trabajador, es libre de decidir su futuro si responde ante lo firmado. El caso de Emery es novedoso en España, sobre todo por suceder en mitad de la temporada, pero ya se vio este mismo año en Inglaterra, cuando el Chelsea fichó a Graham Potter procedente del Brighton después de despedir a Thomas Tuchel.

placeholder Pablo López, en una imagen como entrenador rojiblanco. (Cedida)
Pablo López, en una imagen como entrenador rojiblanco. (Cedida)

El fútbol está lleno de ejemplos de despidos dudosos para echar a un entrenador de élite, algo absolutamente normalizado en la cultura del fútbol. En España, el despido de Vicente del Bosque tras haber ganado la Copa de Europa, argumentada por Florentino Pérez en que el Real Madrid necesitaba un entrenador más sofisticado, es el que más conmoción causó. De todos es sabido lo que dura la paciencia para los banquillos. "En esta profesión, la continuidad… Ya sabes. ¿Lo de los proyectos? Ganar. Únicamente. Cuando hablas con un compañero y te dice: 'Creo que el proyecto es bueno'. Siempre le digo, '¡Mientras ganes! Mientras ganes será bueno'", afirma López en conversación con este periódico.

El cambio que viene: cláusulas más altas

"A veces aceptas un proyecto deportivo interesante y a los cuatro partidos te despiden porque has iniciado con mal pie. ¿Está es la continuidad que merece un profesional? ¿Solo durar cinco jornadas? Ahora el entrenador puede decidir, en lo que crea oportuno, salir porque recibe una oferta atractiva al nivel que le parezca. Y hay que acostumbrarse a ello", insiste el técnico. Los clubes que quieran retener el talento de sus banquillos, así como sucede con los futbolistas, deberán poner unas penalizaciones o cláusulas mayores, algo que los entrenadores aprovecharán para mejorar sus condiciones.

Emery, de hecho, estuvo cerca de salir el pasado año hacia la Premier League. El Newcastle se puso en contacto con el técnico vasco, que veía con buenos ojos su salida, pese a estar en mitad de la temporada. Finalmente, decidió quedarse. "Por mucho ruido que hubiera en otro país, dentro del club hubo la transparencia y lealtad con la familia Roig y con mi plantilla, que es máxima y para mí es lo más importante", argumentó el entrenador. "Emery tiene que pensar en sí mismo. Hay muchos argumentos para entender su decisión. Se van a dar más este tipo de casos".

placeholder Gerrard, despedido en su primera gran experiencia en los banquillos. (Reuters/David Klein)
Gerrard, despedido en su primera gran experiencia en los banquillos. (Reuters/David Klein)

De momento, este tipo de situaciones no se pueden vivir entre dos clubes españoles, ya que el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol así lo impide. De sobra es conocido el caso de Marcelino Toral, quien en el 2016 no pudo fichar por el Valencia al haber sido entrenador del Villarreal esa misma pretemporada, sin haber disputado un partido oficial. Años después, la RFEF modificaría la norma, oficializando que, si no se ha disputado un partido como entrenador de un equipo nacional, este tendrá licencia para fichar por otro. El caso de Graham Potter, por ejemplo, no sería viable en LaLiga.

Ya lo resumió Jurgen Klopp, quien, sin pretenderlo, acabó siendo ‘verdugo’ de su compañero Parker Scott en el Bournemouth. "Estoy muy sorprendido, sus logros del pasado año fueron sobresalientes, realmente difíciles de conseguir. Y luego te dan 4 partidos, en los cuales tienes que enfrentar al Arsenal, City y Liverpool, y tu dueño te dice: ‘Ya nos veremos’. Eso es realmente duro". ¿Alguien más puede juzgar a un entrenador por querer decidir en su carrera?

Scott Parker es un joven y prometedor entrenador de fútbol (42 años) que consiguió ascender al Bournemouth a la Premier League en su primer año al cargo. En el mercado veraniego, el equipo inglés fue el equipo que menos gastó de toda la liga, a excepción del Leicester (27 millones de euros). Dicha pobre inversión le valió para ganar su primer partido en la élite, pero un fatídico calendario le expuso ante tres de los mejores equipos de la competición: Manchester City, Arsenal y Liverpool. Eran derrotas lógicas, aunque una de ellas se saldó con una goleada histórica, 9-0 en Anfield. Sin haber pasado un mes de la temporada, fue despedido. Esta es la triste realidad del entrenador. Si el dueño se pone nervioso, la paciencia es muy corta. Ahora, el ejemplo de Unai Emery refleja una nueva realidad que se aproxima al fútbol moderno: los técnicos también harán valer sus contratos para salir, aunque sea en mitad de temporada, ante ofertas más atractivas para sus intereses.

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