"Es un día triste para mí, toca decir adiós": David Silva anuncia su retirada tras su grave lesión

"El Mago no desaparece. El legado continúa". Así anunciaba el pasado 4 de mayo la Real Sociedad la renovación por una temporada más de David Silva (Arguineguín, 1986). "Su fútbol hace mejores a sus compañeros y nos hace mejores a todos. Verle con la elástica txuri urdin es un lujo que debemos disfrutar y saborear cada día y hasta el último. Queremos más y lo queremos contigo, David", continuaba el comunicado del club donostiarra. Una decisión con la que el canario volvió a dar un ejemplo de su compromiso con el fútbol, al igual que cuando escuchó y aceptó la oferta de Roberto Olabe e hizo posible su sueño (y el de muchos) de verle jugar en la Real.

"Vine aquí porque sabía que se estaban haciendo las cosas bien, se está jugando un fútbol muy atractivo y se está consiguiendo entrar en Europa, que al final es un mérito tremendo con tanta gente de la casa y otros de fuera, como es mi caso", comentó Silva sobre su esperada renovación. "Mi familia y yo estamos muy bien aquí. Hay ilusión en la ciudad, ves a todo el mundo con la camiseta, los niños pequeños jugando en la calle con ella puesta... Es algo muy bonito que ya lo viví en Inglaterra. Algo que pasa de generación en generación", añadió el canario para confesar la ilusión que le hacía seguir jugando un año más al fútbol y hacerlo en San Sebastián.

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Sin embargo, el pasado miércoles, 19 de julio, el Mago de Arguineguín sufrió una grave lesión cuando se entrenaba en Zubieta. Aunque, como suele ser habitual, el servicio médico de la Real no fue concluyente en su parte: "David Silva tuvo que abandonar la sesión de entrenamiento por molestias en su rodilla izquierda. En las pruebas de imagen realizadas se observa una lesión del ligamento cruzado anterior. En este momento, está pendiente de ser valorado por un especialista". Solo unos días después, se confirmaba la temida rotura y, con ella, la decisión del canario de retirarse. A sus 37 años y con una temporada en blanco por delante, ha decidido colgar las botas.

"Hoy es un día triste para mí. Hoy toca decir adiós a lo que he dedicado toda mi vida. Hoy me toca despedirme de compañeros que son como una familia para mí. Os voy a echar mucho de menos. Chés, armeros, celtiñas, citizens y txuri urdines, gracias porque me habéis hecho sentir como en casa", afirma David Silva en un emotivo vídeo colgado en las redes de la Real Sociedad. El último adiós de un jugador que dio tardes de gloria al fútbol español y que, con su magia, fue capaz de cambiar el destino de la Selección española y del fútbol nacional.

Después de jugar 436 partidos en el Manchester City (con 77 goles y 140 asistencias), el club inglés con el que ganó 14 títulos (4 de la Premier, 2 de la FA Cup, 5 Copas de la Liga y 3 Supercopas de Inglaterra) y en el que dejó tanta huella, le levantó una estatua. Disputó otros 168 partidos (con 32 goles y 36 asistencias) con el Valencia CF y 93 (7 y 18) con la Real Sociedad, dos equipos con los que ganó la Copa del Rey, más 36 con el Celta (4 goles) y 10 con la SD Eibar (1). Y nada menos que 125 con la Selección española, en la que, con 35 goles, es el cuarto máximo goleador de la historia, solo superado por los delanteros Villa (59), Raúl (44) y Torres (38).

No en vano, David Silva es, junto a los Iker Casillas, Sergio Ramos, Xavi, Xabi Alonso, Iniesta, Cesc Fàbregas, Fernando Torres y, aunque con una participación mucho menor, Arbeloa, uno de los 9 futbolistas que han ganado un Mundial y dos Eurocopas con España. En definitiva, una leyenda del fútbol español, del inglés tras su paso por el mencionado Manchester City y del mundial. "Ha sido un golpe muy duro. Todas las lesiones graves lo son, igual que Sadiq el año pasado, pero el Mago es el Mago y todavía seguimos de luto con su lesión", confesó en Mundo Deportivo el guardameta Alex Remiro. Horas después, se confirmaba su retirada.

El gesto de perdonar el año de contrato

En un gesto que no haría sino confirmar lo mucho que ha dignificado al deporte rey, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, según adelantó el diario AS, el canario tiene pensado perdonar el año de contrato que firmó con la Real, por lo que su ficha quedará libre. A diferencia de otros futbolistas que han antepuesto el dinero de países como Qatar o Arabia donde, por mucho que se gasten, el fútbol es y será menos fútbol, Silva siempre ha priorizado seguir disfrutando y haciendo disfrutar, jugando al máximo nivel y no en ligas menores. Por eso, es una pena que la temporada que viene no pueda volver a disputar la Champions League con la Real.

Sobra decir que encontrarle sustituto resultará imposible. El director de fútbol y gran artífice de la llegada de Silva, Roberto Olabe, lleva tiempo en esta tarea, pues la marcha del canario tarde o temprano iba a llegar, aunque ahora todo se ha precipitado. Al proyecto de pulir a Mikel Goti, en quien se tienen depositadas muchas esperanzas tras su salida de Lezama, se une la urgencia de suplirle con un veterano. Ahí aparecen los nombres del japonés Kamada o el argentino Dybala. Si algo ha demostrado Olabe es que apunta alto, además de que, basta que un nombre salga, para que no sea su objetivo.

Más allá del comunicado de despedida, se le dirá adiós con un homenaje a la altura de su figura, uno de los cuatro campeones del mundo que ha vestido la camiseta txuri urdin, junto a Xabi Alonso y Antoine Griezmann, además del guardameta argentino Gero Rulli.

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Será el momento de entregarle la insignia de oro y brillantes del club y recibir en Anoeta el cariño de una afición que tan agradecida le está y lo estará de por vida. Porque, aunque el Mago se vea obligado a retirarse, lo hace vistiendo la camiseta de la Real y su legado debe continuar. The show must go on (el espectáculo debe continuar), como canta el también eterno Freddie Mercury. David Silva no merecía este final y el fútbol, que llora su marcha, estará siempre en deuda con él.