Los acuerdos de Luis Enrique con el PSG y cómo intentar renovar a Kylian Mbappé
Luis Enrique convenció a Nasser Al-Khelaifi por su apuesta de construir un equipo ofensivo y agresivo que, con Mbappé o sin él, tendrá opciones de competir por la Champions
El Paris Saint-Germain tardó poco en decidirse por el fichaje de Luis Enrique cuando tuvieron el cara a cara. No era el único candidato al banquillo, pero el asturiano se ganó a los dirigentes del club parisino por las facilidades que dio en todos los acuerdos en los que tenían que ir de la mano. Nasser Al-Khelaifi y Luis Campos, secretario técnico, quedaron impresionados por la claridad con la que expuso sus métodos de trabajo y la ambiciosa personalidad. La conexión fue inmediata. Es un entrenador de prestigio, campeón de la Champions con el Barcelona en 2015 y con experiencia en el manejo de vestuarios con egos. Pero había que conocer más a fondo esa personalidad polémica que le acompaña, cómo podría adaptarse a la institución y el país.
Otros entrenadores fueron descartados. El preferido, Julian Nagelsman, se echó para atrás por diferentes motivos. La exigencia de competir para ganar la Champions es algo que no puede garantizar ningún técnico, la gestión de estrellas como Neymar y Mbappé no es sencilla, el incierto futuro del brasileño y el francés influye. Varios de los fichajes estaban cerrados por el club sin saber quién sería el entrenador. A todo ello se suma una masa social cada vez más crispada y el poder que tienen los Ultras. Una institución que genera división, como confirmó Mbappé en declaraciones a L'Equipe. Lo que sufrieron otros buenos entrenadores en el banquillo no invitaba a coger el proyecto. Luis Enrique, del que se creía que solo quería entrenar en la Premier League, sorprendió al PSG en la primera toma de contacto personal.
Enseguida se mostró receptivo, abierto y motivado a asumir el reto que le propuso el PSG. Sin poner condiciones, convenció con la filosofía de juego con la que se puede crear un equipo con identidad, ofensivo y ganador. Incidió en su apuesta de ser protagonista en los partidos como un gancho para recuperar la pasión de los aficionados. Habló de ganar y divertir en el césped para que se emocionen en la grada. De acabar con la división. Se mostró como un líder y también como un hombre de club. El tema económico lo dejó en un segundo plano. Mostró su ambiciosa personalidad y acabó convenciendo a Nasser Al-Khelaifi.
Estilo y normas
Luis Enrique se ganó con rapidez la confianza de un club que busca cómo impulsar un proyecto que fracasó en su apuesta por fichar a estrellas y juntar a Mbappé, Messi y Neymar. Lo primero fue hablar a fondo del estilo de juego y las normas de disciplina. Lo segundo analizar si podía hacer un equipo competitivo sin Mbappé. Y lo último, el salario. Con Mbappé se mostró dispuesto a colaborar con el club para intentar comprometerle en el nuevo proyecto, generarle certezas de que son candidatos a competir por la Champions, con un patrón de juego colectivo.
Luis Enrique y Mbappé se juntarán la próxima semana para intercambiar impresiones y hablar del nuevo proyecto. El asturiano es firme en su postura de que hay que hacer un equipo ofensivo, agresivo y solidario, en el que el potencial de Mbappé marca las diferencias si está centrado. Para ello, el técnico considera que es importante que resuelva su futuro lo antes posible. Está alineado con la postura del club. Es fundamental que se sepa si va a renovar, factor que ayuda a tener más estabilidad deportiva y paz social, o tiene que salir este verano. Clave para seguir con la planificación de la plantilla.
El PSG le ha pedido a Luis Enrique que haga un equipo que tenga identidad, que haya normas de disciplina y un vestuario con buena convivencia. Confían en su experiencia, conocimientos y liderazgo. La respuesta del asturiano en sus primeros días como entrenador del equipo parisino es la de dar ejemplo a los jugadores.
Luis Enrique vive en la Ciudad Deportiva, en Poissy. Su hogar es su lugar de trabajo. Ha renunciado a un hotel de lujo en París, algo que no hicieron sus predecesores, y dice que ya tendrá tiempo para encontrar una casa. Pasa el día entero en la Ciudad Deportiva, con entrenamientos en doble sesión, revisión de vídeos, reuniones para planificar con su staff y el club, charlas con los jugadores. Da pautas y normas que hay que cumplir en lo referente al cuidado del peso, la alimentación y los horarios. De esta manera se empapa del PSG, aprende el idioma, se adapta más rápido y quiere crear una familia en la que pueda estar Mbappé.
El salario es el último de los acuerdos a los que llegaron el PSG y Luis Enrique y en él se valoró el caché del entrenador y las facilidades que dio. Tiene total predisposición para ir de la mano con el club en el asunto Mbappé, está implicado y motivado. El contrato de dos temporadas de duración está en los 40 millones de euros brutos, con lo que su salario queda en torno a los 10 millones de euros netos al año. El club valoró las ganas de querer ser el entrenador, llegó libre y convenció de que hará un equipo ganador y atractivo para el espectador.
El Paris Saint-Germain tardó poco en decidirse por el fichaje de Luis Enrique cuando tuvieron el cara a cara. No era el único candidato al banquillo, pero el asturiano se ganó a los dirigentes del club parisino por las facilidades que dio en todos los acuerdos en los que tenían que ir de la mano. Nasser Al-Khelaifi y Luis Campos, secretario técnico, quedaron impresionados por la claridad con la que expuso sus métodos de trabajo y la ambiciosa personalidad. La conexión fue inmediata. Es un entrenador de prestigio, campeón de la Champions con el Barcelona en 2015 y con experiencia en el manejo de vestuarios con egos. Pero había que conocer más a fondo esa personalidad polémica que le acompaña, cómo podría adaptarse a la institución y el país.
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