Trece años desde que España ganó el Mundial: ¿dónde estabas cuando fuimos campeones del mundo?

• El gol de Iniesta en el Mundial de Sudáfrica 2010
• Clasificación histórica de España en el Mundial

Corría el minuto 116 de la final del Mundial de Sudáfrica y los aficionados españoles y neerlandeses ya se veían abocados a dar un último susto a sus corazones: el partido iba camino de los penaltis y el título más deseado del fútbol mundial iba a decidirse desde el punto fatídico. Pero, entonces, los astros (convertidos en Jesús Navas, Cesc Fábregas y Fernando Torres) se alinearon para que el balón llegará a los pies de Iniesta… y el resto ya es historia. Ese balón empujado por 47 millones de almas terminó alojado en las redes neerlandesas y España se ganaba el derecho a lucir, por primera vez en su historia, una rutilante estrella encima de su escudo. Éramos campeones del mundo.

Trece años después, los aficionados españoles no olvidamos la fecha que cambió la historia del fútbol nacional. El 11 de julio de 2010 La Roja se convirtió por primera vez en campeona del mundo y eso es algo que nunca se olvidará: las calles de todo el país se llenaron de millones de personas celebrando un hito largamente soñado, pero que parecía imposible hasta ese momento. Y la llegada de los héroes a suelo patrio dejó imágenes inéditas, con auténticas mareas humanas, futboleras o no, echándose a las calles de Madrid para festejar la hazaña. Algo similar a lo que sucedió el pasado mes de diciembre en Argentina con Messi y compañía, pero en versión patria.

Para los aficionados al fútbol es imposible olvidar dónde estaban aquel día y con quién vieron aquella final. Los que tuvimos la suerte de trabajar aquella noche histórica, contando el mayor éxito de la historia de nuestro deporte, recordamos a los compañeros con los que compartimos nervios, cena, carreras y abrazos, muchos abrazos. Los que lo vieron en casa seguro que tampoco olvidan quiénes estaban a su lado y cómo saltaron con José Antonio Camacho y su "Iniesta de mi vida". Y los que siguieron la final en bares o en los cientos de pantallas gigantes repartidas por todo el país, seguro que guardan en su memoria el abrazo con su padre, su hijo, su mejor amigo o el desconocido que tenían al lado, pero que en ese momento era su hermano de sangre. De la sangre roja de Iniesta.

El gol de Iniesta y la explosión final

España nunca había llegado hasta la final de un Mundial. De hecho, nunca se había pasado de cuartos de final, excepto en Brasil 50, cuando el histórico gol de Zarra a Inglaterra nos metió entre los cuatro mejores del balompié mundial. Hasta 2010, hasta Sudáfrica, nos perseguía la maldición de los cuartos de final con el azar jugándonos malas pasadas en México 86 (el penalti de Eloy ante Bélgica), Estados Unidos 94 (la ocasión de Julio Salinas y el codazo de Tassotti a Luis Enrique) o el Mundial 2002 de Corea y Japón (con el colegiado egipcio Gamal Al-Ghandour convertido en blanco de todas las iras… con razón).

En 4 años mágicos, España ganó la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012

Por eso, cuando España se plantó en la final de Sudáfrica 2010, el país se paralizó. Aquel domingo 11 de julio, más de 13 millones de personas se sentaron frente al televisión para ver aquel histórico partido, convirtiéndose en la emisión más vista de la historia de nuestra televisión, una cifra que aumentó hasta los 15,6 millones cuando llegó la prórroga. La brutal patada de Nigel de Jong a Xabi Alonso o la milagrosa parada de Casillas solo ante Robben fueron el preludio de lo que estaba por llegar. Ese mágico minuto 116 en el que el balón cayó a los pies de un ángel de Fuentealbilla para que Andrés Iniesta Luján hiciera feliz a un país.

Se cumplen 13 años desde que España se cosiera en el pecho la estrella que certificaba oficialmente que entrábamos en el club más selecto del fútbol mundial, el de los campeones del mundo. Una gesta inolvidable que siempre llevaremos en nuestra memoria y que trascendió mucho más allá de lo que es un simple evento deportivo. Una noche en la que España se unió para celebrar el mayor éxito de su deporte y que quedó grabada para siempre también en nuestro corazón. Y tú, ¿dónde estabas cuando fuimos campeones del mundo?