La lucha del exjugador del Barcelona Marc Overmars para seguir en el fútbol con el corazón "muerto al 45%"

La vida de Marc Overmars ha cambiado por completo en los últimos años. Tras dar sus últimas patadas al balón en 2011, en el SV Epe neerlandés, muy lejos ya de la primera línea del fútbol mundial, el que fuera habilidoso centrocampista en la década de los 90 y 2000 no tardó en encontrar un hueco en el cuerpo técnico del Ájax como director deportivo.

Overmars volvía así al equipo en el que se había hecho un nombre como futbolista en Europa, el conjunto al que llegó como un prometedor jugador procedente del Willem II y del que se fue rumbo al Arsenal con una Champions League bajo el brazo. Como gunner se consolidó como una estrella hasta el punto de que el Barça no dudó en desembolsar casi 30 millones poco después de que Figo se marchara al Real Madrid para que fuera el nuevo inquilino de la banda derecha. En el Camp Nou no acabó de triunfar, siempre lastrado por las lesiones, y sólo un paso fugaz por el modesto Go Ahead Eagles y el mencionado SV Epe hizo que no colgara las botas de forma oficial en aquel 2004 en el que rescindió su contrato con los blaugranas. Pero su camino tras retirarse ha sido mucho más rocambolesco.

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Tras convertirse en director deportivo en Ámsterdam y permanecer en el equipo diez años, en 2022 estalló el escándalo. El Ájax le echó de manera fulminante por mensajes inapropiados a una empleada del club, y el propio Overmars salió a pedir perdón, mostrándose "avergonzado" por lo sucedido. Después de todo ello y a finales del año pasado, el neerlandés sufrió un derrame cerebral del que no se sabía mucho más hasta que ha sido el propio exfutbolista el que ha roto su silencio.

"El corazón muerto al 45%"

Marc Overmars, quien actualmente ocupa el cargo de director deportivo del Royal Antwerp, de la liga belga, concedió una entrevista a Het LaatsteNieuws y en ella habló de su actual estado. "Tengo que recuperar el aliento cuando hablo mucho, y se necesita energía para mantener la concentración".

"Mi corazón está muerto en un 45 por ciento. No deberías sentir pena por mí. Soy un hombre feliz, sólo que tengo que distribuir mis energías lo mejor que puedo", explica Óvermars, quien también se refirió a sus funciones dentro del equipo tras sufrir el derrame el pasado 30 de diciembre: "Si hay puntos o reuniones importantes en la agenda, me concentro en ellos. Puedo recuperarme al día siguiente", a lo que añadió su gran motivación para seguir peleando por salir adelante: "Prefiero morir aquí que no hacer nada".