El beso de Rubiales a Alexia que DAZN (en realidad Mediapro) no ofreció y la RFEF exhibió

Si ayer informábamos de la 'huida' de Finetwork como patrocinador de la Federación Española de Fútbol (RFEF), lo sucedido este domingo en el partido en el que el FC Barcelona femenino se proclamó matemáticamente campeón de la Liga F a la que la empresa de fibra y móvil da nombre es otro motivo más para hacerlo o quién sabe si precisamente la consecuencia de haberlo hecho. La victoria de las azulgranas ante el Sporting de Huelva les permitió ganar el título por cuarto año consecutivo, aunque el primero de la nueva liga profesional, si bien la RFEF quiso acaparar el protagonismo e ignoró a Finetwork, a la que, sin embargo, mantiene en su web como patrocinador, así como en un material deportivo que algunos calculan que puede valer miles de euros.

Tras el desplante de la final de la Supercopa de España, en la que las jugadoras del FC Barcelona tuvieron que recoger ellas mismas las medallas, el presidente de la RFEF aprovechó una entrevista en el programa Viajando con Chester, de Risto Mejide, para reconocer que "fue una tremenda cagada". El vídeo con las citadas imágenes se hizo viral en las redes sociales y generó numerosas críticas, sobre todo por el agravio comparativo que supuso lo ocurrido hacía una semana en Arabia Saudí, donde Luis Rubiales sí impuso las medallas a los ganadores de la Supercopa de España masculina, que casualmente también fue el FC Barcelona.

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Kike Marín

En plena operación maquillaje, a cargo de un asesor de comunicación pública, estrechamente vinculado al PSOE y al Gobierno de Zapatero, Rubi no quiso desperdiciar la ocasión de entregar al Barça la copa de campeonas de la Finetwork Liga F y así intentar aparentar que la competición sigue siendo de la RFEF, cuando, le guste o no, ya no lo es. Lo hizo, eso sí, ante la pasividad de los responsables de la nueva liga profesional, quienes una vez más dieron la callada por respuesta y a cuya presidenta, Beatriz Álvarez Mesa, se echó en falta en el palco del Estadi Johan Cruyff. ¿Acaso había alguna duda en Fortuny de que el Barça sería campeón?

Ahí es donde sí estuvo Rubiales, junto a Joan Laporta, máximo dirigente del club catalán y directivo suyo de la RFEF a pesar del caso Negreira. Sin embargo, a diferencia de los dos últimos años, en los que el trofeo se entregó a pie de campo y el encargado de hacerlo fue el navarro Rafael del Amo, presidente del Comité Técnico del Fútbol Femenino de la RFEF, esta vez la reaparecida capitana del FC Barcelona, Alexia Putellas, subió a recibirlo de manos del presidente federativo. De este modo, este evitó exponerse a una pitada aún mayor de la que recibió cuando los aficionados le vieron en el palco y repetir así lo que vivió en el Ciutat de València cuando entregó a Levante UD la Copa de 1937.

La paradójica ausencia de Finetwork

DAZN, el canal de televisión que se hizo con los derechos de la liga profesional de fútbol femenino, no ofreció la imagen de la entrega del trofeo, aunque esta decisión era competencia de Mediapro, la encargada de la producción y, por tanto, la realización del partido. Como ya es tradición allá por donde va, Rubiales no pudo silenciar la sonora pitada que recibió, pero, a diferencia de las imágenes distribuidas por el FC Barcelona en sus redes sociales, donde Putellas apenas le mira cuando recoge la copa como campeonas de la Finetwork Liga F, la RFEF se encargó de captar y difundir el momento en el que su presidente saludó e incluso besó a la azulgrana. Imagínense los comentarios...

En la transmisión de DAZN sí se vio a la capitana del equipo azulgrana saltando al césped del Estadi Johan Cruyff con el trofeo y celebrar el título junto a todas sus compañeras, entre ellas seis de las quince amotinadas de la Selección española, a saber Sandra Paños, Mapi León, Patri Guijarro, Aitana Bonmatí, Claudia Pina y Mariona Caldentey. Con un cartel en el que podía leerse Primera División Femenina y Campeonas entre dos logos de la RFEF, pero ni rastro del de la Finetwork Liga F. El llamado derecho de arena otorga esta competencia al club propietario del estadio, es decir, el FC Barcelona. De ahí que la responsabilidad fuera suya y que precisamente de ello se aprovechara Rubiales, buen amigo de su directivo Laporta.

Cabe recordar que, como informamos en este diario, el Real Madrid ya se negó sistemáticamente a poner la publicidad de Iberdrola cuando la energética daba nombre a la máxima competición del fútbol femenino español. Principalmente en los soportes de la U televisiva y el 'toblerone' con el que posaban todos los equipos. Sin embargo, tal vez por la estrecha relación Lorenzo-Rossell, la RFEF nunca le sancionó. Todo lo contrario de lo que sucedió con Real Sociedad, Villarreal y Levante UD, a quienes por no llevar su logo en las mangas de la camiseta les llegó a quitar puntos, si bien el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) se los terminó devolviendo.

¿Tomaría nota la directora de partido?

Dicho esto, no es de esperar que la RFEF de Rubiales haga algo contra el FC Barcelona por su desplante a Finetwork. Primero, porque ha sido su cómplice. Pero, tanto o más importante, porque ahora la Primera División Femenina ya no es su competencia, sino que lo es de la Liga F, cuya directora de partido es de suponer que tomaría buena nota de todo lo sucedido en el Estadio Johan Cruyff, donde, por cierto, los representantes del Sporting de Huelva, rival de un Barça que por segundo año consecutivo ha ganado el campeonato sin ceder un solo punto, no estuvieron sentados en la primera línea del palco, tal y como establece el protocolo.

Como muy bien apuntó Andrea Menéndez Faya, periodista de Futboleras.es, "hay que recordar que el Presidente de la RFEF está en Barcelona para entregar la copa de un torneo que no organiza la RFEF, mientras se disputa la final de un torneo que sí organiza, y del que ni él, ni la que le pone nombre, hacen entrega". Y así fue. En lugar de estar en el Pabellón Rey Felipe VI, de Boadilla del Monte, para presenciar el partido que enfrentó al Pescados Rubén Burela y el STV Roldán, con victoria de las primeras por 3-2, Rubiales prefirió dejarse ver junto a Alexia Putellas, quien en breve deberá tomar una importante decisión. De hecho, se espera que esta misma semana las 15 hagan un comunicado, quién sabe si apoyado o no por la dos veces Balón de Oro.

Por cierto, el hecho de que Rubiales delegara en José Miguel Monje, presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala, investigado por "pagos sospechosos" con ingresos de la Policlínica de la Federación Murciana de Fútbol dentro del caso Soule, y Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, condenado a siete años de inhabilitación por prevaricar al expresidente de la Diputación de Pontevedra, es muy significativo y ayuda a entender la huida de Finetwork, cuyo patrocinio la Liga F también deberá cuidar...