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Messi gana su primer título con Argentina en un nuevo Maracanazo ante Brasil (1-0)
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Messi gana su primer título con Argentina en un nuevo Maracanazo ante Brasil (1-0)

La selección albiceleste levanta una Copa América 28 años después. Leo logra su primer título con la absoluta tras perder las últimas tres finales gracias al gol de Di María

Foto: Los jugadores argentinos celebran la victoria. (Reuters)
Los jugadores argentinos celebran la victoria. (Reuters)

Dieciséis años después de su debut con Argentina, Leo Messi ha logrado su primer título con la camiseta de la selección albiceleste absoluta. En un partido marcado por las constantes faltas, Argentina venció la final soñada contra su eterno rival, la selección brasileña de Neymar Júnior en el templo de Maracaná. El mismo estadio que vio cómo la Copa del Mundo se le escapaba de entre la yema de los dedos al capitán albiceleste. El mismo estadio que fue testigo de cómo una generación que desató unas expectativas enormes se quedaba sin culminar su carrera. El solitario gol de Ángel di María con asistencia de Rodrigo De Paul en la primera parte pone fin a una maldición argentina de 28 años sin ganar una Copa América. Y también a las tres finales perdidas de Leo Messi. A sus 34 años, el capitán argentino se quita una de las pocas espinas que aún se clavaban en su carrera.

placeholder Messi trata de escapar de un enjambre brasileño. (Reuters)
Messi trata de escapar de un enjambre brasileño. (Reuters)

Messi y Neymar concentraron todas las miradas en la previa de un encuentro histórico. Sin embargo, y una vez que echó a rodar el balón, los '10' de ambos equipos acabaron socavados por un césped descompuesto e irregular y un ritmo de faltas (13 a los 20 minutos) que cortocircuitaron el juego de los dos. El balón botaba como un conejo, las patadas, los agarrones y el fútbol subterráneo brotaba de un Maracaná con 5.000 espectadores en las gradas. La expectación era enorme, así como el miedo de argentinos y brasileños a protagonizar un error mortal que pusiera cuesta arriba el encuentro para alguno de los presentes. Por eso nadie arriesgaba. No complicarse era la premisa hasta estabilizarse y la seguridad defensiva el objetivo a perseguir.

Argentina dominó el primer tiempo

Entre tanto futbolista abatido sobre el verde, el fútbol empezó a abrirse camino de la mano de Argentina. Los albicelestes, con Rodrigo De Paul, Lo Celso y Leandro Paredes en la sala de máquinas, inclinaron el encuentro. La pareja argentina tenía temple y talento con la pelota. Juntaba a los suyos, quitaba el peso a Otamendi y Romero en la salida de balón y descargaba de responsabilidad creativa a los suyos; pero aún más importante era lo que hacía sin ella. Obstruida la vía Neymar, con el jugador del PSG sin poder intervenir apenas en el primer tiempo, el sistema ofensivo de Tite se derrumbó como un castillo de naipes. Neymar solo podía recibir por delante de la línea de mediocentros albicelestes, lejos de las inmediaciones del área de Emiliano Martínez, héroe en las semifinales.

placeholder De Paul le roba una pelota a Neymar. (EFE)
De Paul le roba una pelota a Neymar. (EFE)

Los hombres de Lionel Scaloni asestaron la primera puñalada del duelo. Renan Lodi, lateral del Atlético de Madrid, descuidó al siempre escurridizo Ángel di María a su espalda. De Paul, de visión panorámica y pie privilegiado, le envío un balón con la palabra 'asistencia' en el dorso y el extremo del PSG definió de maravilla por encima de Ederson. Argentina ya había hecho lo más difícil y Brasil estaba desconcertado. Los campeones de la Copa América 2019 se miraban unos a otros sin entender lo que había sucedido. A partir de ahí, la selección albiceleste fue ganando confianza. Primero Di María y luego Messi estuvieron muy cerca de aumentar la distancia en el marcador, pero les faltó puntería. Al descanso, Tite estaba obligado a tomar decisiones vitales. Y riesgos.

Así que a la vuelta, el técnico brasileño sustituyó al centrocampista Fred, con tarjeta amarilla, por el delantero Firmino. Casemiro se quedó solo en el pivote, Paquetá y Neymar quedaron por delante y Everton-Richarlison y Firmino formaron la línea de ataque. Scaloni, por su parte, refrescó el centro del campo y retiró al amonestado Paredes por Guido Rodríguez. Con el marcador a favor, Brasil dio una zancada hacia adelante y Argentina unos cuantos hacia atrás. No había mejor prueba del algodón que comprobar la actividad de Neymar. El mediapunta brasileño empezó a pisar con asiduidad zonas inexploradas en el primer tiempo.

placeholder El partido estuvo marcado por la agresividad de ambos equipos. (Reuters)
El partido estuvo marcado por la agresividad de ambos equipos. (Reuters)

Ahí, el '10' del PSG frotó la lámpara. Primero para inventar un pase para Richarlison que Emiliano Martínez rechazó con un paradón a bocajarro y luego con otro gol anulado al mismo Richarlison. Argentina sufría, como suele hacer en sus segundos tiempos, y se ponía el traje de resistir. Scaloni reafirmaba la propuesta y apuntaba su XI con un doble lateral; Tagliafico por Lo Celso. Con Neymar danzando en la zona de la fantasía, Paquetá gozó de otra buena ocasión, pero los albicelestes cerraron todos los caminos hacia el corazón de su área pequeña.

Llegados a los últimos 15 minutos, Brasil lanzó la ofensiva final. Con Vinícius, Emerson y Gabriel Jesús saltando al terreno de juego. Y con Emiliano Martínez volviéndose a erigir como uno de los grandes nombres propios de la final. Por su confianza bajo palos. Por su capacidad para mantener a su equipo en pie cuando el pase de Vinícius Júnior habilitó a Gabriel Jesús y el guardameta del Aston Villa evitó el empate. Neymar recibía por todos lados. Messi no podía sentencia el encuentro en una jugada que no acostumbra a perdonar. Pero el tiempo se agotó. Argentina salió campeona de la mano de Leo Messi y rompió su maldición en la final soñada.

Dieciséis años después de su debut con Argentina, Leo Messi ha logrado su primer título con la camiseta de la selección albiceleste absoluta. En un partido marcado por las constantes faltas, Argentina venció la final soñada contra su eterno rival, la selección brasileña de Neymar Júnior en el templo de Maracaná. El mismo estadio que vio cómo la Copa del Mundo se le escapaba de entre la yema de los dedos al capitán albiceleste. El mismo estadio que fue testigo de cómo una generación que desató unas expectativas enormes se quedaba sin culminar su carrera. El solitario gol de Ángel di María con asistencia de Rodrigo De Paul en la primera parte pone fin a una maldición argentina de 28 años sin ganar una Copa América. Y también a las tres finales perdidas de Leo Messi. A sus 34 años, el capitán argentino se quita una de las pocas espinas que aún se clavaban en su carrera.

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