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Lucas Vázquez y Marco Asensio: apología de lo común y techo de cristal
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Se han asentado como titulares

Lucas Vázquez y Marco Asensio: apología de lo común y techo de cristal

Los dos extremos del Real Madrid fueron claves en la victoria ante el Celta de Vigo con un gol y una asistencia cada uno. El equipo necesita la mejor versión de Eden Hazard

Foto: Lucas Vázquez y Marco Asensio celebran el 2-0 ante el Celta de Vigo. (Efe)
Lucas Vázquez y Marco Asensio celebran el 2-0 ante el Celta de Vigo. (Efe)

El Real Madrid gregario es el Real Madrid de los Lucas Vázquez y Marco Asensio. Dos jugadores de notable alto en sus mejores días y a los que cualquier plantilla de élite les gustaría tener en su lista de rotación. Ordinarios pero diligentes. Ambos son capaces de perseguir al lateral contrario hasta línea de fondo, sacrificarse defensivamente, vaciarse en el campo y cumplir. Sin maravillar, pero cumpliendo. Sin inventar ninguna jugada extraordinaria, pero cumpliendo. No levantarán a nadie de su asiento habitualmente, pero cumplirán.

La versión del equipo más plebeya y menos exigente en tiempo con sus estrellas atacantes cuenta con dos extremos que obedecen y ejecutan. Esto es un hecho constatado, no una simple opinión. Resultaría muy difícil negar lo contrario, puesto que los goles y las asistencias de uno y otro anoche para sellar la victoria ante el Celta de Vigo satisfacen a todos los presentes. El Madrid va justo de potencia goleadora, pero es lo que hay mientras la teórica estrella, Eden Hazard, se recupera en una puesta a punto que ya dura dos temporadas.

Foto: Vinicius celebra el primer gol ante el Levante. (Reuters)

Asentados en las alas titulares del equipo blanco, su compromiso en tareas oscuras a la hora de replegar y perseguir a los laterales vigueses, Hugo Mallo y Lucas Olaza, contribuyó decisivamente a que el Celta se topase con una falta de profundidad alarmante. Atentos y solidarios con sus compañeros en defensa, su intervención no acabó allí. También hubo tiempo para unas cuantas carreras culminadas con los dos tantos del partido y un par de conatos de ocasión. Con metros y espacios se disimulan mejor las carencias que no han logrado resolver en contextos de juego posicional atascado; precisamente, los partidos que más se le atragantan a los hombres de Zidane.

Lucas Vázquez, representante del Madrid funcionario

En el caso de Lucas Vázquez, en plena carrera por la renovación, su aparición primero como lateral y luego como extremo ha permitido al jugador gallego pasar de estar buscando una salida del Santiago Bernabéu a convertirse en una pieza esencial en los planes de Zidane. Más lateral que extremo, Lucas representa esta versión funcionaria del Real Madrid. Mucho apoyo al defensa, brío, pocos goles, energía desparramada por el campo, carreras interminables a la nada, controles y pases atrás y, con suerte, alguna acción ofensiva de verdadero mérito.

Dos goles y tres asistencias en 1476 minutos esta temporada y muchos intangibles para argumentar una titularidad sostenida en piernas frescas, repliegues veloces y cuentakilómetros. Lucas falla en calidad diferencial y capacidad para decantar los partidos, pero bordea la máxima puntuación en ganas. Ahora es lo que se premia cuando las cosas van bien. Con eso sobra y basta de cara a la galería. O eso parece. Así debería ser hasta que llegue la prueba de algodón que representa la Copa de Europa.

placeholder Lucas Vázquez celebra el 1-0 ante el Celta de Vigo. (Reuters)
Lucas Vázquez celebra el 1-0 ante el Celta de Vigo. (Reuters)

En el otro lado de la balanza, espera Marco Asensio. El balear, proyecto de estrella, cumplirá 25 años el próximo 21 de enero. Con un gol y dos asistencias en 1107 minutos entre Real Madrid y selección española en el curso actual, la actuación del internacional ante el Celta destaca por mirar hacia adelante por primera vez en toda la temporada. No hablamos de encarar, ya que tan solo registró un regate con éxito según el portal de datos Sofascore, pero al menos dio un paso al frente y, con espacio en el horizonte, logró arrancar metros a su defensor corriendo hacia la portería contraria. Ya es un progreso para un extremo con vértigo al desequilibrio.

Del balear aún esperamos esas inyecciones de potencial estrella que nos fue dejando en su momento. Hablamos de pegada, determinación a raudales, relación íntima con la portería y una velocidad endiablada cuando localizaba espacio para intimidar a campo abierto. Además de un cañón en su pierna que ha decidido enterrar y solo sacar a pasear raramente. Esta situación lo ha convertido en un extremo a pierna natural cuya función pasa por poner centros a nadie sabe muy bien a dónde ni a quién, aunque anoche Lucas recogiera el testigo. Mientras, Vinícius Júnior, alma regateadora del equipo en los últimos tiempos, ha desaparecido de las alineaciones.

Foto: Toni Kroos y Luka Modric celebran un gol con el Real Madrid. (Reuters)

En un Real Madrid con pasadores excelsos -Toni Kroos, Sergio Ramos, Luka Modric- que colocan el balón al pie de los extremos y producen situaciones de uno contra uno de manera concatenada, el regate es una anomalía trágica en el juego blanco. Extinguido por omisión y olvidado por falta de práctica, tanto Lucas Vázquez como Marco Asensio parecen haberse olvidado de los múltiples beneficios que otorga tal aspecto del juego a un equipo con recursos de sobra para llegar fluídamente al último tercio del campo pero que, como si de un techo de cristal se tratara, se topa de bruces con la limitación que dibujan tales extremos en la generación de ocasiones.

Una situación que no invalida su papel como parte de un todo, pero que explica las dificultades con las que se enfrenta el Real Madrid en el momento de buscar rendijas a sistemas defensivos muy replegados. Sea como fuera, la temporada del equipo blanco en la Copa de Europa depende en gran medida de conservar la solidez defensiva que viene demostrando en Liga y de que Eden Hazard se acerque al nivel que un jugador de su calibre atesora; porque con esto no da.

El Real Madrid gregario es el Real Madrid de los Lucas Vázquez y Marco Asensio. Dos jugadores de notable alto en sus mejores días y a los que cualquier plantilla de élite les gustaría tener en su lista de rotación. Ordinarios pero diligentes. Ambos son capaces de perseguir al lateral contrario hasta línea de fondo, sacrificarse defensivamente, vaciarse en el campo y cumplir. Sin maravillar, pero cumpliendo. Sin inventar ninguna jugada extraordinaria, pero cumpliendo. No levantarán a nadie de su asiento habitualmente, pero cumplirán.

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