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El mal de Marco Asensio no tiene que ver con la rodilla: lo que le falla es la cabeza
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no hay secuelas de la lesión

El mal de Marco Asensio no tiene que ver con la rodilla: lo que le falla es la cabeza

Marco Asensio no está cogiendo la responsabilidad que se le pidió, sigue siendo un jugador intermitente y esto es lo que preocupa y frustra en el Real Madrid

Foto: Marco Asensio tumbado en el césped y las manos en la cabeza
Marco Asensio tumbado en el césped y las manos en la cabeza

El deficiente rendimiento de Marco Asensio se debe a que le falla la cabeza, no el físico. No se va de nadie, prefiere poner un centro que intentar un regate, no encara y tampoco marca goles. Su nulo impacto en el juego del equipo tampoco está motivado por un miedo a una recaída o la psicosis a sufrir otra lesión de tipo muscular. Es peor. Asensio no responde al otro desafío que le plantearon en el club para esta temporada. El de dejar de ser un futbolista intermitente. En cada partido va sumando más desengaños. La paciencia con este jugador se agota pronto porque no tiene visos de reacción y no es algo nuevo.

El primer reto era que se centrara única y exclusivamente en recuperarse de la grave lesión de la rodilla y el otro consistía en dar un salto en su madurez como futbolista. Tiene que ser más regular y no conformarse con actuaciones esporádicas y destellos. En el club no quieren un Asensio de ráfagas. A Zidane le piden que sea más exigente para que dé ese paso definitivo y se consiga ver un futbolista rotundo. Puede que su problema tenga una solución difícil y mucho que ver con no estar capacitado para coger el liderazgo, algo que se repite porque con Gareth Bale se vivió una situación similar tras la salida de Cristiano Ronaldo. Asensio es un buen jugador, pero lo que hay que resolver es si realmente tiene categoría de estrella.

Marco Asensio no está cogiendo la responsabilidad que se le pidió y esto es lo que preocupa y frustra en el Real Madrid. Debería estar jugando cada partido como su tuviera un cuchillo entre los dientes, pero su actitud está muy lejos de la de un futbolista en el que se depositó la confianza en una coyuntura de crisis y en la que el club pidió arrimar el hombro para hacer sacrificios en lo económico y, sobre todo, en lo deportivo. Asensio no se da por aludido. Sigue desaprovechando las oportunidades.

Foto: Dapena, con el 6, se niega a participar en el minuto de silencio (Tania Esperón -Pontevedraviva.com-)

Hay dos jugadores que estaban obligados a ponerse los primeros de la fila y arrastrar al resto. Uno es Eden Hazard y el otro Marco Asensio. El belga sufre ahora una lesión muscular en el recto anterior del muslo derecho, según el parte médico del club, que se produjo en el encuentro contra el Alavés. Sale de una y cae en otra. No tiene suerte. Lo de Asensio responde a un problema de carácter. Es la naturaleza de una personalidad que no se caracteriza por un fuerte temperamento, garra y la energía que le pide Zidane.

Los test físicos no ofrecen dudas

En el Real Madrid descartan que Marco Asensio esté sufriendo algún tipo de secuelas de índole física provocadas por la grave lesión en la rodilla que le apartó de la competición una gran parte de la temporada pasada. Todos los estudios que realiza, cada uno de los test personalizados y el seguimiento en los entrenamientos no refleja ninguna anomalía. Tampoco después de los partidos, donde podría aparecer algún síntoma de inflamación o malestar. La rodilla está estable y la musculatura que la rodea lo suficientemente fuerte para protegerla. Tan solo tuvo un percance en el mes de septiembre cuando apareció un edema que le obligó a parar y le impidió ir a la convocatoria de la Selección.

No existe ningún problema en lo físico y desde el punto de vista médico hay tranquilidad porque el jugador no va con miedo al contacto, ni retira la pierna en un balón dividido o acaba los partidos con fatiga y molestias. Marco Asensio realizó un minucioso y exigente trabajo en el proceso de recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de la rodilla izquierda. Tuvo todo tipo de atención, cuidados y la fuerza de voluntad que se requiere para ir superando distintas fases hasta conseguir el alta competitiva.

placeholder Marco Asensio durante un partido con el Real Madrid. (Efe)
Marco Asensio durante un partido con el Real Madrid. (Efe)

Su regreso a la competición tras el confinamiento provocó un estallido de felicidad y satisfacción en el club por llegar activo al tramo de los once partidos y hacer goles. Volvieron a crecer las expectativas con un futbolista que, por edad (24 años) y talento, tiene un sitio destacado en los planes de Florentino Pérez y Zinédine Zidane. Con las salidas de Bale, James y Brahim se le despejó el camino del once al elegido Marco Asensio.

Zidane no le ve bien. El técnico, que tampoco encontró explicaciones a la derrota contra el Alavés cuando en la victoria en Milán, tres días antes en San Siro, argumentó que “los jugadores cuando se ponen, se ponen”, tapa el mal de Asensio. Al entrenador no le parece correcto señalar a los jugadores públicamente y buscar culpables en la derrota. Se agarra a los códigos y el tópico de que aquí ganan y pierden todos cuando no es verdad ni tampoco puede fingir porque realmente no dice lo que es imposible de ocultar. A Zidane le fallan algunos de esos jugadores en los que más confianza tiene. No solo Marcelo e Isco, que están en el centro de la crítica. No encuentra explicación a lo que le sucede a Marco Asensio, a pesar de que en sus decisiones está la respuesta a los problemas del balear. Si no se trata de un problema físico la única explicación que le encuentran está en la débil cabeza del jugador.

Pone mala cara

Asensio no jugó ni un minuto contra el Inter de Milán, en el mejor partido de la temporada del equipo, y fue titular contra el Alavés, en otro de los días grises. Lo que no consiguió Marco Asensio fue acabar otro mal partido y en la sustitución puso mala cara. El único partido en el que ha disputado todos los minutos es en el de la derrota contra el Cádiz. Esto es parte de la explicación a los tantos problemas que tiene el Real Madrid y que el entrenador prefiere englobarlos en las dificultades de un calendario comprimido y la ausencia de regularidad. A nivel individual, hay jugadores, entre los que se incluye a Marco Asensio, que tienen una aportación insuficiente.

“Limpiar mi mente me ha ayudado en la recuperación. No ha sido fácil. Era pelear contra mí mismo y contra mi cabeza. La clave fue encontrarme a mí mismo, saber dónde estaba y prepararme para eso”, es la reflexión que hizo el futbolista en el documental, titulado ‘Asensio, el desafío’, que emitió el canal oficial del club a finales de junio. En él quedó reflejado el lado humano, el sacrificio, esfuerzo para ir superando las etapas, las lágrimas, el dolor y los consejos de Florentino Pérez. El presidente cercano que mimaba a un futbolista tocado en lo anímico, el apoyo institucional, pero el presidente que espera, necesita y cuenta con que una vez recuperado eleve el nivel de exigencia.

placeholder Asensio y Marcelo en el partido contra el Shakthar en el estadio Alfredo di Stéfano. (Efe)
Asensio y Marcelo en el partido contra el Shakthar en el estadio Alfredo di Stéfano. (Efe)

Marco Asensio lleva el camino, si no pone soluciones y reacciona, de pasar de promesa a un simple buen jugador. Las expectativas fueron altas cuando tuvo un inicio deslumbrante en 2016 con goles en cada uno de los debuts de las diferentes competiciones. Era la imagen de un futbolista vertical y con chispa. Determinante, que marcaba en la Supercopa de Europa contra el Sevilla, en la Liga frente a la Real Sociedad, ante el Legia en la Champions y en la Copa del Rey contra la Cultural Leonesa. Este optimismo creció en partidos de altos vuelos con los dos goles al Barcelona en la Supercopa de España y en la final de la Champions, en Cardiff, contra la Juventus.

En las primeras tres temporadas, en el club se frotaban las manos y para el entrenador era fundamental. Zidane lo utilizaba con frecuencia y contaba con su crecimiento en el proceso de formación que tendría que llevarle a ser un crack. En la temporada 2016-17 disputó 38 encuentros e hizo 10 goles. En la siguiente se fue hasta los 53 partidos y 11 goles. En la 18-19 llegó a los 44 encuentros y los seis tantos. Tuvo un primer bajón antes del percance. Llegó la desgraciada lesión en un partido de la gira norteamericana, en julio del 2019, y la obsesión de Marco Asensio ahora es cómo volver a ser el que maravillaba en sus inicios. No lo consigue, pero tampoco pone más de su parte. En el club le señalan como un jugador que lo tiene todo para triunfar y al que hay exigir más para que no caiga en la irregularidad y se convierta en futbolista discreto que también pierde terreno en la Selección porque Luis Enrique prefiere a Ferran Torres en la banda derecha.

El deficiente rendimiento de Marco Asensio se debe a que le falla la cabeza, no el físico. No se va de nadie, prefiere poner un centro que intentar un regate, no encara y tampoco marca goles. Su nulo impacto en el juego del equipo tampoco está motivado por un miedo a una recaída o la psicosis a sufrir otra lesión de tipo muscular. Es peor. Asensio no responde al otro desafío que le plantearon en el club para esta temporada. El de dejar de ser un futbolista intermitente. En cada partido va sumando más desengaños. La paciencia con este jugador se agota pronto porque no tiene visos de reacción y no es algo nuevo.

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