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Zidane se cansa de esperar a Marco Asensio y lo mete en la nevera
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el balear, relegado al banquillo

Zidane se cansa de esperar a Marco Asensio y lo mete en la nevera

Asensio es un quiero y no puedo. No le faltan ganas, ni actitud, y hace más horas de trabajo porque esa rodilla requiere de atención. Pero no encuentra el ritmo, la velocidad, y le falta chispa

Foto: Marco Asensio, durante un partido de la Champions con el Real Madrid.
Marco Asensio, durante un partido de la Champions con el Real Madrid.
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Zidane no le puede esperar más. Marco Asensio tiene que ponerse al nivel de los compañeros que están más fuertes porque este Real Madrid que lleva cinco victorias consecutivas se basa en el músculo, la potencia y la explosividad. Asensio ha salido del once. En la versión del Real Madrid intenso, agresivo, con profundidad y verticalidad por las bandas, mucho ida y vuelta de los laterales y los extremos, no tiene sitio de inicio el balear. Se lo ha quitado Lucas Vázquez, que es útil para el entrenador tanto si tiene que jugar retrasado o más adelantado cuando está Carvajal.

El entrenador ha dado prioridad a la robustez del bloque para salir de la crisis en la que se metió con las dos derrotas consecutivas contra el Alavés y el Shakhtar. Marco Asensio estaba en el once en ambos encuentros y cinco partidos después, con pleno de victorias ante rivales de alta exigencia y jugándose el pase a los octavos de la Champions (Sevilla, Gladbach, Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao y Eibar), ha sido relegado al banquillo. Zidane ha decidido dejar en un segundo plano a los jugadores que le parece que están más frágiles y entre ellos señala a Marco Asensio.

No es un castigo. Zidane no se olvida de Asensio, aunque sí es verdad que lo ha metido en la nevera. Le está diciendo que se fije en lo que hay que correr para jugar de inicio. Recuperar su sitio en el equipo depende de igualar la velocidad y la resistencia de Lucas Vázquez y los dos jóvenes brasileños (Vinícius y Rodrygo) que han tenido más protagonismo en esta racha de triunfos. Zidane tira de Asensio en el último tramo de los partidos, con el adversario más cansado, cuando hay más espacios y necesita piernas frescas para dar el último impulso de energía al equipo. Tiene sus oportunidades saliendo desde el banquillo, pero sigue generando dudas porque le cuesta coger el ritmo y la velocidad del juego.

Foto: Marco Asensio tumbado en el césped y las manos en la cabeza

Zidane no va a dejar de contar con Marco Asensio, porque entre los objetivos que se marcó tras el confinamiento de la temporada pasada estaba reactivar a un jugador que considera que tiene claridad en el juego y gol. Pero antepone ser práctico y prefiere los que aseguran rendimiento inmediato. El balear lo está pasando mal. No le salen las cosas como esperaba y la única explicación está en las dificultades que sigue teniendo para coger la chispa que tenía antes de la grave lesión de rodilla. Lo que preocupa en el Madrid es que el chico pueda caer en la desconfianza y la solución está en estos minutos de las segundas partes en que el entrenador busca cómo reengancharlo a la dinámica y la mejoría que ha experimentado el equipo.

El ascenso de Lucas Vázquez le perjudica

Lucas Vázquez no tiene el talento ni la capacidad realizadora de Marco Asensio, pero Zidane ha dejado claro al grupo que este periodo con menos rotaciones está sirviendo para reconstruir la identidad del equipo. Se basa en la alta intensidad y la máxima exigencia para atacar y defender todos. Por esto se ha quedado descolgado Marco Asensio. Los primeros 20 minutos del Real Madrid en Ipurúa fueron primorosos. Lucas Vázquez y Rodrygo rayaron la perfección. El brasileño, con el pase picado para que Benzema marcara el primer tanto. El español, con el robo de la pelota que acabó en los pies de Benzema para dar la asistencia a Modric en el segundo gol. Acciones explosivas, de alta intensidad, para presionar, robar, pasar y replegarse para dar equilibrio a la estructura del equipo.

Foto: Lucas Vázques en el partido contra el Borussia Mönchengladbach. (Efe)

Zidane no ha visto en Asensio la fiabilidad para empezar un partido con este nivel de entrega y acierto. De momento, hay otros jugadores que están mejor y eso le ha quedado claro al balear con la cinco suplencias. El entrenador se hace cargo de su delicada situación y por lo que ha tenido que pasar para recuperarse de una grave lesión que está requiriendo más tiempo del que se podía imaginar para volver a ofrecer un rendimiento que ofrezca más garantías. Asensio es un quiero y no puedo. No le faltan ganas, ni actitud y hace más horas de trabajo porque esa rodilla requiere de atención.

Su problema es que tiene un ritmo menor que el de sus competidores. Y que es producto de una larguísima inactividad y, por supuesto, del extraordinario rendimiento que está desarrollando Lucas Vázquez. El gallego es puro carácter. Duro, competidor, tenaz, tiene la confianza del entrenador y lleva 13 partidos consecutivos en el once. Desde el 27 de octubre, contra el Borussia Mönchengladbach, hasta hoy son dos meses que lo juega todo. Al polivalente Lucas no hay quien le saque del equipo titular. Cuando se ha recuperado Carvajal de la lesión ha pasado a jugar más adelantado. El balear es el perjudicado del ascenso del gallego. Si Lucas es capaz de mantener este nivel, qué sucederá cuando esté disponible Eden Hazard. El belga es un caso especial. No aguanta más tiempo sin jugar. En el plan inicial de Zidane para el 4-3-3 estaba una delantera con Asensio, Hazard y Benzema. Habrá que tener muy presente a Lucas Vázquez.

placeholder Lucas Vázquez, en el partido contra el Eibar. (EFE)
Lucas Vázquez, en el partido contra el Eibar. (EFE)

Esta es la exigencia que pone Zidane para ganarse un sitio en el once del Real Madrid y que no solo está aprovechando Lucas Vázquez. También los dos jóvenes brasileños que se reparten los minutos. Está llamando la atención la capacidad física de Luka Modric, a sus 35 años, para jugar tantos partidos seguidos. Lleva diez y es otra demostración más de lo que tiene que hacer Asensio para entrar en el equipo. Modric se ha exprimido y tuvo que pedir el cambio en Ipurúa por unas molestias musculares. El croata necesita parar. Está reventado, pero Zidane, que ya no mide los esfuerzos y sí quien se da palizas, da por bueno llevar al límite a todos los jugadores. No todos lo aguantan.

Le falta chispa

En este Madrid resucitado hay que correr mucho y otro de los ejemplos es Benzema, al que se le vio en Ipurúa llegando hasta posiciones de Casemiro para tener superioridad en el centro del campo y hacer progresar el juego. Benzema baja, sube, finaliza. El sábado cumplió 33 años y ha jugado, de principio a fin, los cinco partidos de la buena racha sin dar síntomas de fatiga. Asensio tampoco está para dar un respiro al francés. No le queda más remedio que apretar los dientes hasta que recupere lo que en el Madrid dicen que le falta: la chispa. Zidane, que si algo tiene es paciencia, mantiene la confianza. Pero la realidad es que la espera se está haciendo larga.

El entrenador asegura a los jugadores que menos están jugando en los últimos cinco encuentros que las rotaciones volverán y les pide que sigan trabajando. En peor situación está Marcelo. No juega nada desde la derrota contra el Alavés y ni siquiera acabó este partido porque Zidane decidió meter en el campo a Mendy en la segunda parte. Marco Asensio todavía tiene más esperanzas y posibilidades de dar la vuelta a su situación, pero de momento la decisión de Zidane ha sido dejarle en la nevera en los últimos cinco partidos. Le quedan dos (Granada y Elche) para acabar el año con mejores sensaciones y cargar las pilas para 2021.

Zidane no le puede esperar más. Marco Asensio tiene que ponerse al nivel de los compañeros que están más fuertes porque este Real Madrid que lleva cinco victorias consecutivas se basa en el músculo, la potencia y la explosividad. Asensio ha salido del once. En la versión del Real Madrid intenso, agresivo, con profundidad y verticalidad por las bandas, mucho ida y vuelta de los laterales y los extremos, no tiene sitio de inicio el balear. Se lo ha quitado Lucas Vázquez, que es útil para el entrenador tanto si tiene que jugar retrasado o más adelantado cuando está Carvajal.

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