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El giro en la situación del Valencia y la surrealista opción de Mourinho
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El giro en la situación del Valencia y la surrealista opción de Mourinho

El Valencia ha pasado de ser un equipo perteneciente a un cuento de hadas a tener pesadillas institucionales por diferencias entre los que mandan y los responsables deportivos

Foto: Peter Lim y José Mourinho, en un acto en Singapur en 2016. (Reuters)
Peter Lim y José Mourinho, en un acto en Singapur en 2016. (Reuters)

La afición del Valencia está pagando (no es la primera vez) un peaje por tener al dueño de su club a 10.000 kilómetros de distancia de Mestalla, donde no se palpa el sentir de la calle pero sí se toman más fácilmente decisiones en frío. Ni tampoco es uno consciente del día a día de su negocio. La semana pasada, en el equipo del murciélago, todo estaba aparentemente bien y la sintonía era buena entre los dos bloques marcados por el director general (Mateu Alemany) y el entrenador (Marcelino), y la presidencia (Anil Murthy) y el propietario (Peter Lim). Este lunes, para sorpresa de algunos, se descubrió que esa fortaleza era un castillo de naipes que puede terminar con la estabilidad institucional… e incluso con la surrealista posibilidad de que Mourinho termine en el banquillo che. ¿Qué ha pasado?

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Los dos años siguientes al aterrizaje de Peter Lim en Valencia, los resultados fueron malos con dos duodécimos puestos ligueros y una discreta actuación en Copa. Después llegó un esperanzador cuarto lugar en Liga (entró en Champions) que ha sido reforzado por otro cuarto en la pasada temporada y la conquista de la Copa del Rey. De la mano de Marcelino en el banquillo y con Mateu Alemany como director general, el barco valencianista estaba llevando buen rumbo en el terreno de juego últimamente.

El mosqueo de Peter Lim

El timón de dicho barco lo supervisaba (a lo lejos) el presidente Murthy —quien pone al día al jefe, Lim—, y hace unos días, tras una reunión mantenida en Portugal por los principales actores valencianistas, todo hacía indicar que continuaría igual. Sin embargo, en las últimas horas todo se ha ido abajo y el mandamás ha dado órdenes a su presidente de que corte las alas a Alemany/Marcelino. Un encontronazo visible ha sido la apuesta por Rafinha que Alemany y Marcelino veían con buenos ojos, pero no así Lim… quien tiene en Jorge Mendes a uno de sus mejores consejeros en el terreno futbolístico. Según ha podido saber El Confidencial, Lim ha explotado porque Alemany —con su agente Eugenio Botas y Marcelino— hacen operaciones que no gustan al máximo accionista... y aquí nace el problema. El de Singapur no quiere perder el control del club y, de hecho, es el que no solo ha frenado el fichaje del centrocampista del Barça sino quien ha puesto encima de la mesa el nombre de Otamendi (Mendes quiere buscarle una salida del City), algo que ha molestado tanto a Alemany como a Marcelino.

Con este ambiente, este lunes Murthy viajó hasta Valencia desde Singapur (recordemos que es el presidente del club) para citarse con Alemany —primero— y con Marcelino —después—. Sin embargo, la reunión mantenida con el director mallorquín de cinco horas ha sido insuficiente como para poder darla por concluida y continuará este martes. Después, supuestamente, turno para el entrenador. Esta mañana, a las 9:00, el presidente se ha dirigido a Paterna para explicarle la situación de la plantilla y a eso de las 10:00 puso rumbo a continuar la charla con Alemany, que está teniendo lugar todavía (tras un receso para comer).

placeholder El todavía director general del Valencia, Mateu Alemany. (EFE)
El todavía director general del Valencia, Mateu Alemany. (EFE)

El optimismo de Alemany

“Siempre me he visto aquí y he querido estar en el Valencia. Es positivo que haya diálogo y se hablen las cosas y se busquen soluciones para los problemas, pero se tienen que solucionar. Ellos piensan lo mismo que yo y vamos a buscar lo mejor para el club, y en esa visión tenemos que buscar puntos de coincidencia”, señaló Alemany este lunes tras abandonar una reunión de la que salió junto con Pablo Longoria (responsable del área de fútbol y otro de los afectados de este giro).

¿Qué esperar de esta reunión? Ahora mismo es una incógnita el cese de Alemany, algo que de concretarse podría ir acompañado de la dimisión de Marcelino ('creyente' de Alemany) y la siembra de dudas en una plantilla que ha arropado públicamente el proyecto deportivo encabezado por los mencionados Mateu y Marcelino. Es decir, un tiro en el pie deportivo que provocaría una crisis a la que acudiría Mendes al rescate. El agente portugués, desde de que despidieran a José Mourinho del Manchester United en diciembre del año pasado, le está buscando algún banquillo de Champions… Este giro sería un episodio surrealista, pero a día de hoy no imposible.

La afición del Valencia está pagando (no es la primera vez) un peaje por tener al dueño de su club a 10.000 kilómetros de distancia de Mestalla, donde no se palpa el sentir de la calle pero sí se toman más fácilmente decisiones en frío. Ni tampoco es uno consciente del día a día de su negocio. La semana pasada, en el equipo del murciélago, todo estaba aparentemente bien y la sintonía era buena entre los dos bloques marcados por el director general (Mateu Alemany) y el entrenador (Marcelino), y la presidencia (Anil Murthy) y el propietario (Peter Lim). Este lunes, para sorpresa de algunos, se descubrió que esa fortaleza era un castillo de naipes que puede terminar con la estabilidad institucional… e incluso con la surrealista posibilidad de que Mourinho termine en el banquillo che. ¿Qué ha pasado?

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