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La victoria más amarga de un Leo Messi al que Argentina no necesita
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No le salió ni un solo regate

La victoria más amarga de un Leo Messi al que Argentina no necesita

El jugador del Barça volvió a estar poco participativo durante el encuentro de su selección contra Venezuela. Apesadumbrado, no le salió nada. Sus compañeros no le necesitaron para ganar

Foto: Leo Messi abandona el campo de Maracaná cabizbajo tras ganarle a Venezuela en los cuartos de la Copa América. (Reuters)
Leo Messi abandona el campo de Maracaná cabizbajo tras ganarle a Venezuela en los cuartos de la Copa América. (Reuters)

Argentina ya está en las semifinales de Copa América y lo mejor para el combinado entrenado por Lionel Scaloni es que no necesitó a Messi para vencer a Venezuela (0-2). El capitán de la albiceleste, mal que les pese a sus aficionados, está ausente. Lo volvió a demostrar ante la vinotinto en Maracaná, estadio de infausto recuerdo para el de Rosario: se mostró muy poco participativo, medio apesadumbrado en el césped. A media que el torneo avanza su frustración crece, parece claro. Ni cantar el himno como nunca antes cambió su signo.

Venezuela ya le endosó tres goles a la albiceleste hace apenas tres meses para ganar en el Wanda Metropolitano, en un duelo amistoso, y se esperaba a un Messi con el colmillo afilado, pero este no es el jugador iluminado que acostumbra a marcar las diferencias en Europa. Tal y como él mismo habia indicado en la previa de los cuartos de final "ahora empieza el todo o nada", pero el crack del Barça no apareció en todo el encuentro. Sí lo hicieron Lautaro y Lo Celso, de momento jugador del Betis, para salvar a su selección, que ahora se enfrentará a Brasil en semifinales. Messi deambuló y se le vio más veces tumbado sobre la lona que de pie.

A Messi no le salen los regates, tampoco los disparos desde la frontal -que siempre acaban estrellados en el cuerpo de los defensores rivales- y, por si esto fuera poco, tampoco las faltas, uno de sus fuertes. En la primera parte botó una de esas que, pese a su dificultad, probablemente cogerían puerta en cualquier campo de España, pero aquí no. Su disparo, endeble, acabó en los guantes de Faríñez previo bote en el área. Como viene siendo costumbre desde hace ya unos años, el '10' tampoco consiguió asociarse dignamente con ninguno de sus compañeros. A veces, las caras de Messi dicen mucho más que sus propias palabras. Es una película mil veces vista cuando se enfunda la camiseta de su país: padece y sufre, sus ojos son la viva imagen de la desesperación.

placeholder Messi pierde la pelota tras una disputa con un rival durante el partido entre su selección y Venezuela. (Reuters)
Messi pierde la pelota tras una disputa con un rival durante el partido entre su selección y Venezuela. (Reuters)

Dobla a Maradona en goles

Aislado, rodeado de un grupo de jugadores incapaces de sacar partido de su clase y talento, el culé, que ostenta cinco Balones de Oro y ya dobla a Maradona en goles con su combinado nacional (68 frente a 34), es una sombra que vaga sin rumbo alguno por el campeonato. Messi se enredó en la telaraña que formó Rafael Dudamel y nunca salió con la pelota controlada dando la sensación de peligro. Sus carreras siempre acaban en la nada y tampoco supo aprovecharse de los rechaces, en especial de algunos chuts del Kun Agüero, otro que marca las diferencias en el Manchester City y parece desvanecerse junto a su compatriota, pese a que mostró mayor voluntad. En la primera parte a Messi aún se le vio, en la segunda desapareció del mapa por completo. Solo la defensa Argentina -también es cierto que Venezuela apenas mostró oposición- estuvo a la altura de las circunstancias. Leo tendrá una nueva oportunidad para desquitarse contra la Canarinha en el partido total por un puesto en la final el próximo miércoles.

El tiempo va pasando para 'la Pulga', que ya tiene 32 añazos y aún no ha conseguido un solo título con su país. Argentina lleva 25 años de sequía y no parecen avistarse grandes cambios a corto plazo. Messi ha jugado cuatro finales con la albiceleste y ha perdido todas ellas: la del Mundial y las otras tres de Copa América. Para el rosarino levantar un gran campeonato con su selección se ha convertido en una obsesión, más tras una carrera repleta de éxitos en la Ciudad Condal. Los aficionados argentinos se preguntan si, en caso de una nueva decepción, Messi dirá adiós a su trayectoria con la absoluta. Ya amagó otras veces. Lo peor es que se cuestiona si se le sigue necesitando o, por el contrario, se puede prescindir de él para emprender un nuevo proyecto.

Argentina ya está en las semifinales de Copa América y lo mejor para el combinado entrenado por Lionel Scaloni es que no necesitó a Messi para vencer a Venezuela (0-2). El capitán de la albiceleste, mal que les pese a sus aficionados, está ausente. Lo volvió a demostrar ante la vinotinto en Maracaná, estadio de infausto recuerdo para el de Rosario: se mostró muy poco participativo, medio apesadumbrado en el césped. A media que el torneo avanza su frustración crece, parece claro. Ni cantar el himno como nunca antes cambió su signo.

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