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La frialdad de Solari para no 'casarse' con los pesos pesados en el Real Madrid
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La frialdad de Solari para no 'casarse' con los pesos pesados en el Real Madrid

Solari está construyendo un equipo en el que da prioridad a la solidaridad en el trabajo antes que a los destellos de calidad y no negocia con los que no están en forma

Foto: Solari en el entrenamiento de este lunes en Valdebebas. (EFE)
Solari en el entrenamiento de este lunes en Valdebebas. (EFE)

En la plantilla del Real Madrid no se esperaban este Solari tan cercano y a la vez lejano. Un tipo capaz de mantener la sonrisa y no levantar la voz en los entrenamientos y frío y calculador para ir quitando del camino a celebridades: Keylor Navas, Isco, Marco Asensio, Modric y también Marcelo. La obsesión de Solari por confiar en los futbolistas que más continuidad tengan en el trabajo y garanticen un esfuerzo ilimitado en cada uno de los partidos marca la hoja de ruta del nuevo entrenador. De Huesca fue el único que salió satisfecho en un partido en el que el Real Madrid acabó pidiendo la hora. “No ha sido un partido para enmarcar, pero en estos campos se ganan la Liga”, presumía como una prueba más superada por las adversidades en un partido ventoso y en el que arriesgó a jugar sin lateral izquierdo –prefirió a Carvajal antes que Marcelo–, volvió a sustituir a Modric y quedó, de nuevo, defraudado por la aportación de Isco y Marco Asensio cuando entraron en la segunda parte.

“Solari está haciendo de entrenador”, comentan fuentes del club a El Confidencial sin darle más importancia a quién juega y si hay algún caso más especial porque se siente injustamente tratado. Lo que está haciendo Solari es mandar al banquillo a los que considera que no son fiables porque no están en su plenitud física o tiene datos que le dicen que puede existir un riesgo de lesión. El último caso es el de Marcelo. Era un misterio que el brasileño se quedara fuera de la convocatoria contra el Huesca cuando está entrenando con aparente normalidad. Pero Solari prefirió jugar con Carvajal, en la izquierda, antes que con Marcelo porque todavía no le ve fino y no le sirve que aguante bien un tiempo y se desmorone en el segundo. Volverá a jugar cuando exista la seguridad de que puede soportar esfuerzos de alta intensidad y repetirlos durante todo un partido.

Foto: Fede Valverde durante el partido contra el Huesca. (foto vía @fedeevalverde)

Es la ley que impone el entrenador en casos como los de Isco o Modric. En cuanto detecta síntomas de fatiga en el croata lo saca del campo y mete a un joven como Fede Valverde porque considera que es lo necesario para ganar los partidos. Con Solari lo primero es correr, correr y luego volver a correr. Ir a los balones divididos, no desfallecer, replegar y sufrir. La calidad acaba apareciendo. Como el gol de Bale al Huesca. El que se relaja le dura poco. Y en esta fase de exigencia y decisiones lo que está consiguiendo es fomentar la competencia en un grupo que empieza a mirar al nuevo entrenador con más inquietud que admiración… de momento. Porque no deja de sorprender cómo ha desaparecido Isco del once, lo mismo que Asensio para jugar ante el Melilla, el radical cambio en la portería o las sustituciones de Modric.

placeholder Courtois y Sergio Ramos en Huesca. (Efe)
Courtois y Sergio Ramos en Huesca. (Efe)

La portería a cero

La frialdad de Solari le ha llevado a reconocer que el equipo no juega bien, pero gana y cada vez defiende mejor. Está construyendo un nuevo proyecto en el que da prioridad a la solidaridad en el trabajo antes que a los destellos de calidad o la brillantez. Al carácter por encima de la relajación. A ganar confianza colectiva desde atrás hacia delante. Los últimos resultados son positivos porque, a pesar de pasar por fases de sufrimiento, la mejora está en la solidez. El equipo ha dejado en tres partidos –Roma, Valencia y Huesca– la portería a cero con Courtois. Por medio encajó un tanto contra el Melilla con Keylor Navas. Como diría el propio Solari, no son partidos para enmarcar, pero lo que antes se perdía por despistes, relajación o jugadores que no estaban en su mejor forma física ahora se van sacando adelante.

En el vestuario se han dado cuenta ya quién es y cómo se maneja Solari. Los jugadores que no están bien, no juegan. Se puede estar más o menos acertado de cara al gol o en acciones individuales, pero la actitud es innegociable y está al servicio del colectivo. Aquí han dado un paso adelante Benzema y Bale. La agresividad y el compromiso para recuperar la pelota y presionar ha subido en dos futbolistas que les cuesta trabajar sin pelota. Es la frialdad de Solari la que le está llevando a tomar decisiones que no son fáciles ni aceptadas por todos los jugadores. Son los resultados los que, de momento, le dan la razón.

En la plantilla del Real Madrid no se esperaban este Solari tan cercano y a la vez lejano. Un tipo capaz de mantener la sonrisa y no levantar la voz en los entrenamientos y frío y calculador para ir quitando del camino a celebridades: Keylor Navas, Isco, Marco Asensio, Modric y también Marcelo. La obsesión de Solari por confiar en los futbolistas que más continuidad tengan en el trabajo y garanticen un esfuerzo ilimitado en cada uno de los partidos marca la hoja de ruta del nuevo entrenador. De Huesca fue el único que salió satisfecho en un partido en el que el Real Madrid acabó pidiendo la hora. “No ha sido un partido para enmarcar, pero en estos campos se ganan la Liga”, presumía como una prueba más superada por las adversidades en un partido ventoso y en el que arriesgó a jugar sin lateral izquierdo –prefirió a Carvajal antes que Marcelo–, volvió a sustituir a Modric y quedó, de nuevo, defraudado por la aportación de Isco y Marco Asensio cuando entraron en la segunda parte.

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