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La tortura de Lopetegui antes del Clásico: cargarse a Isco para salvar su cabeza
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el madrid no despeja dudas pese a la victoria

La tortura de Lopetegui antes del Clásico: cargarse a Isco para salvar su cabeza

El Real Madrid ganó al Viktoria Plzen para romper la racha de cinco partidos sin conocer la victoria. Pero no convence, porque tiene muchos problemas y Lopetegui no da con la tecla

Foto: Marcelo celebra su gol. (Reuters)
Marcelo celebra su gol. (Reuters)

Julen Lopetegui necesitaba una victoria más aplastante y convincente contra el Vicktoria Plzen (2-1) para remontar algo de la poca credibilidad que le queda de Florentino Pérez. No llega al Clásico más reforzado por haber roto la racha de cinco partidos sin conocer la victoria. Lopetegui se vuelve a jugar el cargo en el Camp Nou porque el equipo ganó, pero no fue rotundo ante un débil rival checo que provocó una pitada monumental de la grada cuando acabó el primer tiempo. Se repitió al final del partido. El Bernabéu está decepcionado. El malestar de la afición es la rabia y el enfado que se palpan en el palco por comprobar que el proyecto está atascado. No llega ni para disfrutar ante el Viktoria Plzen. Es un sufrimiento.

El rendimiento de los mejores jugadores está muy por debajo de lo que tienen que ofrecer. Con el partido que hizo el Madrid ante el combativo Viktoria Plzen, no le da para ser optimista en el duelo del domingo contra el Barcelona. Todo lo contrario. El pesimismo está en la cabeza del presidente y el miedo, en los aficionados. Si el Viktoria Plzen fue capaz de crear cuatro ocasiones claras de gol en el Bernabéu y hacer un tanto, es para echarse a temblar cuando esté enfrente el Barcelona, aunque no juegue Messi. Los jugadores dan malas señales. Las de un equipo inconsistente, titubeante e indeciso en todas las líneas. Unos se contagian más del ambiente de crisis generado en torno al futuro de Julen Lopetegui.

Foto: Lopetegui firme, con las manos en los bolsillos y la cabeza alta, durante la derrota del Real Madrid contra el Levante. (EFE) Opinión

Lo mejor fue la victoria. Lo peor, la imagen de un equipo que tiene un problema preocupante para hacer goles y que defensivamente concede muchas ocasiones de gol. Los gestos de Lopetegui desde el banquillo en las llegadas y las ocasiones falladas por los checos eran los de una tortura. Desesperado, impotente y contrariado porque los jugadores no consiguen concretar una idea colectiva de juego. Este Real Madrid no va sobrado a Barcelona por lo que se vio ante los chechos. Está justito de juego, fuerzas y confianza. Le falta soltarse y más seguridad para medirse a un grande. Los problemas tácticos, físicos y mentales son graves. No presiona arriba, en campo contrario, para recuperar la pelota. No tiene solidez en el medio y concede muchos espacios entre líneas por los que sufre la defensa. La ausencia de gol, pese al tanto esperanzador de Benzema —minuto 12— es alarmante. Es un equipo sin chispa, sin brío y desacertado en el remate. El segundo lo hizo Marcelo minuto 56 cuando a Lopetegui ya no le importó reconocer que vive un suplicio. Quitó a Isco, un minuto antes, para meter en el campo a Fede Valverde.

placeholder Lopetegui, ante el Viktoria Plzen. (EFE)
Lopetegui, ante el Viktoria Plzen. (EFE)

Isco, cambio y mosqueo

Isco se marchó serio, maldiciendo la decisión y enfadado por sus gestos. Quitar a Isco para meter al joven Fede Valverde es una decisión de mucho calado y significativa. El futbolista que más ha defendido a Lopetegui en estos días de crisis se fue al banquillo cabizbajo. Isco compareció ante la prensa el día antes del partido para decir que echar al entrenador era una locura y que si lo destituían tenían que echar a todos los jugadores. No le valió de nada, porque Lopetegui ya no confía ni en el rendimiento de uno de sus soldados. Cambiar a Isco es reconocer que el equipo tiene problemas de juego, fluidez, frescura e imaginación. Señalar de esta forma a Isco es quedarse en evidencia ante los pesos pesados que también le defienden y un Florentino que no entiende muchas de las decisiones de su entrenador. Lucas Vázquez fue titular para jugar en el lateral derecho y Odriozola, un especialista de esa posición, se quedó en el banquillo cuando Carvajal está lesionado.

La sensación que ofrece el Real Madrid es la de un equipo con dudas, inseguro y muy bajo de forma física. Hay ansiedad. Los futbolistas tienen más voluntad que fuerza en las piernas. La facilidad con la que llegó el Viktoria Plzen a la portería de Keylor Navas denota que algo falla en la preparación física de un equipo al que le cuesta replegarse, ser solidario en las marcas y tener mayor contundencia en las dos áreas. Al Madrid se le hacen cuesta arriba los partidos. No es un equipo fiable para pensar que pueda sacar algo positivo en el Camp Nou. Menos cuando los checos le hicieron el gol de la honra, que enfadó todavía más a la grada y al palco.

Julen Lopetegui necesitaba una victoria más aplastante y convincente contra el Vicktoria Plzen (2-1) para remontar algo de la poca credibilidad que le queda de Florentino Pérez. No llega al Clásico más reforzado por haber roto la racha de cinco partidos sin conocer la victoria. Lopetegui se vuelve a jugar el cargo en el Camp Nou porque el equipo ganó, pero no fue rotundo ante un débil rival checo que provocó una pitada monumental de la grada cuando acabó el primer tiempo. Se repitió al final del partido. El Bernabéu está decepcionado. El malestar de la afición es la rabia y el enfado que se palpan en el palco por comprobar que el proyecto está atascado. No llega ni para disfrutar ante el Viktoria Plzen. Es un sufrimiento.

Julen Lopetegui Florentino Pérez
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