Charla de Griezmann con Torres: la última bala del Atlético para que no se vaya al Barça

El Atlético de Madrid ha hecho todo y un poco más para retener a Griezmann. Una maquinaria de seducción en la que han intervenido todos los estamentos posibles del club en un intento que, en algunas ocasiones, ha sido hasta desesperado para convencer al francés de que no va a estar en ningún sitio mejor que en el equipo rojiblanco. El último que ha tenido una conversación con Griezmann fue Fernando Torres que, en Lyon, charló con su compañero para contarle cuál había sido su experiencia en los diferentes momentos en los que ha tenido que tomar una decisión para cambiar de equipo. Torres no pretende influir en su decisión, pero se puso en la piel del francés por si le podía ayudar a madurar su idea.

Antes de la final se produjeron más reuniones y charlas de las altas instancias con el futbolista para hacerle ver que si se queda en el Atlético va a ser la estrella y si se marcha al Barcelona va a ser uno más. Esto es lo que le han transmitido Miguel Ángel Gil Marín, el consejero delegado, y Enrique Cerezo, el presidente, además de ponerle sobre la mesa una importante cantidad de dinero (20 millones de euros netos) si firma una nueva renovación. Simeone también ha jugado sus bazas. El discurso del entrenador está más enfocado a lo sentimental, darle cariño y transmitirle mucha complicidad. Lo que no ha hecho ni va a hacer el entrenador, como Torres, es influir en la decisión del francés porque respeta y entiende que se ha ganado el derecho a decidir si quiere cambiar de equipo.

Griezmann le ha dado mucho a Simeone, se ha comportado como un profesional ejemplar, su rendimiento ha sido altísimo y el técnico acepta que pueda tener otras ambiciones profesionales. Por si había alguna duda del compromiso del futbolista, sólo hay que quedarse con la eficacia que tuvo en la final de la Europa League con los dos goles al Olympique de Lyon. Griemzann ha dado todo al Atlético y, en especial, a Simeone hasta el último día y no se lo pueden reprochar. Todo lo contrario. Tuvo, incluso, el bonito gesto de pedir el cambio a falta de dos minutos para solicitar al ‘Mono’ Burgos que saliera a jugar Torres. La respuesta del galo ha sido devolver el cariño y el respeto que le han dado sus compañeros de vestuario y el entrenador.

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Ahora empieza lo más difícil porque Griezmann, en caliente, tiene el corazón en Madrid y si le hace caso firmaría mañana mismo la renovación que le ofrecen los dirigentes. Pero no lo hace porque le han recomendado que piense en frío, que deje pasar unos días y ponga en la balanza los pros y los contras para madurar dónde quiere estar en un futuro. A priori, Griezmann va a hacer caso más a su cabeza que al corazón. Con lo que las posibilidades de quedarse en el Atlético irán disminuyendo a medida que pasen los días... y eso que todavía le queda sentir el éxtasis de los aficionados en la celebración del título en Neptuno y el último partido de Liga en el Wanda Metropolitano.

Su primer deseo es jugar con Messi

En octubre, su hermana y agente alcanzó un acuerdo con el Barcelona porque consideraba que necesita un salto en su carrera hacia un club en el que hay más opciones de ganar títulos y, además, con un estilo de juego con el que se identifica más. Griezmann se quiere divertir en el campo, con un fútbol más ofensivo y alegre y esto está más que garantizado si tienes a tu lado a Messi, Coutinho, Luis Suárez y compañía.

Queda tela por cortar en este asunto del futuro de Griezmann porque hay que ser muy escrupulosos con el contrato actual que tiene con el club rojiblanco, en el que está estipulado que la cláusula de rescisión es de 100 millones de euros a partir del 1 de julio. Esto complica que se pueda anunciar antes del Mundial su fichaje por el Barcelona, como era el primer deseo del futbolista. Todo este tiempo es el que quiere aprovechar el club rojiblanco para seguir ablandando su corazón y espantar lo que le dice su cabeza. No es fácil porque en el acuerdo alcanzado en octubre con el Barcelona, de una u otra manera, hay una cláusula de penalización que si no se cumple perjudica al entorno de Griezmann. Hoy la cabeza manda más que el corazón, aunque también otros vínculos como la amistad con su compatriota Samuel Umtiti y la aprobación de que Messi está como loco por tenerle a su lado.

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