Óliver Torres, adiós sin el afecto de Simeone y para alimentar el de Julen Lopetegui
Lopetegui le tiene muy presente en sus planes de futuro. Óliver espera brillar en el Oporto para ingresar en algún momento en la Roja. Con el Cholo Simeone no tenía nada que hacer
Siendo un crío lo tenía todo para ser en el futuro claro referente del primer equipo. Sus actuaciones cuando jugaba en los equipos de categorías inferiores eran seguidas al detalle desde todos los lugares del Atlético de Madrid. Su fútbol llamó, incluso, la atención de algún integrante del primer equipo de aquella época, que le veía entrenar entre un grupo de chiquillos. Todos le auguraban un exitoso futuro a Óliver Torres, pero por el momento su destino inmediato está en Portugal. Se marcha el talentoso jugador -cesión por un año- de vuelta al Oporto porque nunca encontró el afecto -futbolístico- de Simeone y en Portugal puede alimentar el del nuevo seleccionador. Sabe perfectamente que Julen Lopetegui no le quitará ojo.
Un buen día Arda Turan se cansó de correr y sudar sin parar a las órdenes de Simeone. Con este panorama, el técnico argentino apuntó a Óliver Torres como perfecto recambio del turco. Volvía al Atlético de Madrid tras una buena experiencia en Portugal -un año cedido en el Oporto- y parecía preparado para desempeñar la misma función que el ahora jugador del Barcelona. Pero el amor se acabó muy pronto, nada más comenzar la pasada temporada. A finales de septiembre, en concreto. Fue la noche en la que el Benfica asaltó el Vicente Calderón (1-2) en partido de Champions League.
Un día nefasto
Simeone incluyó a Óliver Torres en el once titular para hacer frente al campeón portugués. Esa noche no fue buena para el equipo, mucho menos para el futbolista extremeño. En el minuto 63 era sustituido por Saúl Ñíguez, cuando el equipo luso ya mandaba en el marcador. El juego del centrocampista pintó una mueca de desaprobación en el rostro del entrenador argentino. Desde aquel día nada fue igual. El jugador quedó prácticamente sentenciado. El estratega manifestó en privado su disgusto por el partido completado por Óliver Torres. Lo que vino después ya se sabe; el mediocampista siempre fue un actor complementario, a veces ni eso, hasta final de temporada
Ahora inicia una nueva etapa para recuperar el terreno perdido en el último año en un club que sí confía en él. También porque sabe de sobra que las puertas de la selección absoluta que ahora dirige Julen Lopetegui se le abrirán de par en par. Con continuidad en el Oporto, a poco que se le den bien las cosas, Óliver tiene muy claro que el entrenador guipuzcoano no tardará mucho en reclamar sus servicios para defender la camiseta roja de España.
Sabe que esas perspectivas son reales porque hace unas semanas Lopetegui se lo quiso llevar a Inglaterra. Cuando estuvo a un paso de firmar por el Wolverhampton de la Football League Championship, pensó de inmediato en dos jugadores, que conoce bien de su etapa en las categorías inferiores de España, para reforzar la plantilla. Uno era Óliver Torres y el otro Borja Bastón. Ambos, sin embargo, declinaron el ofrecimiento al no querer jugar en la segunda categoría del fútbol inglés. Días después, con su futuro en el aire porque no se concretaba la venta del club británico al poderoso grupo chino Fosun International, surgió la llamada de Ángel María Villar y la vida de Lopetegui cambió.
A las órdenes de Nuno
Fue entonces cuando Atlético de Madrid y Oporto empezaron a negociar en serio. Con Jorge Mendes -barra libre en ambos clubes- orquestando, la operación fue puliéndose poco a poco. En un momento dado se enredó el negocio cuando el mediocampista exigió un dinero excesivo en opinión de la dirigencia del club portugués. Finalmente, con el equipo de Casillas clasificado para disputar la fase de grupos de la Champions League, el camino quedó pulimentado. El agente portugués, que sin éxito intentó incorporar en el pasado al jugador a su lista de clientes, ahora se ha encargado de todo.
Este miércoles voló a la ciudad portuguesa que tan bien conoce y en la que se sintió importante. Vuelve en un buen momento, con el equipo en Champions League. Tras tres años sin ganar el gran título nacional, el Oporto quiere acabar con la dura dictadura del Benfica en la Liga NOS. Para ello se ha ejecutado cierta revolución en la plantilla, con la llegada de Nuno Espírito Santo para dirigir el proyecto desde el banquillo. Y Óliver Torres es una pieza fundamental para alcanzar el objetivo.
Siendo un crío lo tenía todo para ser en el futuro claro referente del primer equipo. Sus actuaciones cuando jugaba en los equipos de categorías inferiores eran seguidas al detalle desde todos los lugares del Atlético de Madrid. Su fútbol llamó, incluso, la atención de algún integrante del primer equipo de aquella época, que le veía entrenar entre un grupo de chiquillos. Todos le auguraban un exitoso futuro a Óliver Torres, pero por el momento su destino inmediato está en Portugal. Se marcha el talentoso jugador -cesión por un año- de vuelta al Oporto porque nunca encontró el afecto -futbolístico- de Simeone y en Portugal puede alimentar el del nuevo seleccionador. Sabe perfectamente que Julen Lopetegui no le quitará ojo.
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