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Del Bosque y su 'laboratorio' tienen trabajo de aquí al Mundial de Brasil
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Del Bosque y su 'laboratorio' tienen trabajo de aquí al Mundial de Brasil

La victoria volvió a mostrar síntomas preocupantes que viene emitiendo la Roja desde el inicio de la fase de clasificación, tiempo en el que han perdido poderío

Foto: Xavi durante el partido ante Bielorrusia (Efe).
Xavi durante el partido ante Bielorrusia (Efe).

Respiraban aliviados en el seno de la Selección con la victoria ante Bielorrusia. Un solo punto necesitan los hombres de Vicente Del Bosque en su encuentro ante Georgia para sellar su pase al próximo Mundial y defender así su título de campeona del mundo. La victoria, sin embargo, encierra síntomas preocupantes que viene emitiendo la Roja desde el inicio de la fase de clasificación. No pasa por su mejor momento el combinado nacional, sin soluciones ante adversarios cuya única respuesta a la propuesta coral de España es guarecerse al abrigo de su portería. Tras un comienzo de partido enérgico, con buen dictado, volvió a consumirle la retórica, previsible ante rivales de poco cuajo.

La derrota en la pasada Copa Confederaciones, más allá de escocer por el escenario y el rival, Maracaná y Brasil, enseñó de forma palmaria las costuras de un combinado que ha sufrido el desgaste del paso del tiempo y del éxito. Ha perdido poder en el área rival, lo que le impide dominar los partidos desde la pegada cuando se hace imposible desde el juego. Sólo en dos encuentros de la fase de clasificación ha logrado abrochar los partidos con una diferencia de dos goles. Fue ante Finlandia fuera (0-2) y ante Bieolorrusia (0-4) también fuera. Dos empates (Francia en el Calderón y Finlandia en Gijón) y victorias por la mínima completan la andadura hacia Brasil por el momento.

Sin un ariete consolidado, todos giran en una noria esperando su oportunidad. Desde Sudáfrica hasta Brasil se ha quedado por el camino Llorente, penado por su último año en el Athletic de Bilbao y aún sin vuelo en la Juventus. Villa y Torres siguen muy lejos de la versión que ofrecieron en Austria y Suiza, inicio del ciclo glorioso de esta Selección. Tampoco han logrado recoger el testigo los dos últimos delanteros con mayor pujanza. Ni Negredo, pese a sus buenos números con España, ni Soldado han logrado amarrar el puesto, alternándose el puesto en la convocatoria. El último en incorporarse, Michu, tampoco tuvo una actuación sublime pese a las dificultades que entrañó el encuentro para un estilete que ataca el espacio. También rotan los porteros, aunque a diferencia de los delanteros, juegue quien juegue hay garantías. Ante Bielorrusia fue turno para Víctor Valdés, tras la inactividad de Casillas por su suplencia en el Madrid.

Ha perdido volumen de juego en la misma medida que se tambalea atrás. Además de por su capacidad para generar opciones de ataque, la Selección se había caracterizado por la fiabilidad en la retaguardia. Ausente Puyol por sus problemas físicos, ni Ramos ni Piqué han mezclado juntos de la misma forma que con el capitán azulgrana, sufriendo de esta manera en partidos como ante Finlandia en el Molinón o el reciente de Palma. Su ingente posesión del balón, circulado ahora sin la fluidez de antes, no se traduce en un dominio real del partido, llegando en muchas ocasiones con el partido en el alambre en los instantes finales.

Precisa de esta manera España de un nuevo giro en su partitura sin dejar de ser reconocible. Los volantes ya no hilan como solían con los extremos, donde solo Pedro parece poner algo de picante al juego. No es cuestión de poner en entredicho una identidad futbolística con tantos réditos. Se hace necesario detectar los síntomas del enfermo para ponerle remedio. Hasta Brasil, Del Bosque y su equipo disponen de ocho meses para airear el equipo y dotarle de la frescura perdida. Hace cuatro años este combinado se proclamaba campeona del mundo superando con creces a selecciones hoy con mayor empaque que entonces como Alemania u Holanda. Pese a la imagen dada en los últimos envites, el mayor activo de esta Selección sigue siendo su fiabilidad en los momentos donde a otros les tiemblan las piernas. Su pasado reciente así lo acredita.

Respiraban aliviados en el seno de la Selección con la victoria ante Bielorrusia. Un solo punto necesitan los hombres de Vicente Del Bosque en su encuentro ante Georgia para sellar su pase al próximo Mundial y defender así su título de campeona del mundo. La victoria, sin embargo, encierra síntomas preocupantes que viene emitiendo la Roja desde el inicio de la fase de clasificación. No pasa por su mejor momento el combinado nacional, sin soluciones ante adversarios cuya única respuesta a la propuesta coral de España es guarecerse al abrigo de su portería. Tras un comienzo de partido enérgico, con buen dictado, volvió a consumirle la retórica, previsible ante rivales de poco cuajo.

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