Florentino Pérez cita a José Mourinho para que aclare su futuro y sus últimas actuaciones

Florentino Pérez se mueve entre la decepción y el desencanto, aunque por momentos aparecen gotas de esperanza, las que desprende el innegable espíritu ganador de su entrenador. Ya le advirtieron, allá por la primavera de 2010, que José Mourinho arrasa con todo a su paso, que la convivencia era muy dura por sus exigencias y por su especial manera de entender la dirección técnica del club. Siempre ha creído poder dominar esa fuerza de la naturaleza que tiene el portugués, pero no está dispuesto a consentir todas y cada una de las exigencias que lanza el técnico. Muchos de sus directivos están cansados de la tensión que genera, y el último número de citar a los aficionados a las 21.20 horas no ha gustado a nadie en la zona noble del Bernabéu. A nadie. 

En los próximos días, el presidente madridista quiere zanjar ese debate que, de vez en cuando, el técnico saca a relucir sobre su continuidad o no en el banquillo del primer equipo del club blanco. Busca despejar incógnitas, pero será el propio José Mourinho el que le diga al presidente, a la cara, qué busca, qué quiere y, en especial, qué piensa respecto a su futuro, si piensa cumplir su contrato para actuar en consecuencia. La confianza no es la misma. Hay mucho desgaste de por medio, pero el presidente del Real Madrid cree que ya ha llegado el momento de resolver situaciones tensas, de recordar dónde está cada uno, pero, en especial, saber a qué atenerse con el futuro del dueño del vestuario blanco. 

La cita entre el presidente y el entrenador tendrá lugar esta semana. Nadie de por medio. Florentino y Mourinho. Nadie más. Ni Jorge Mendes, con el que el máximo dirigente blanco habrá hablado antes, ni José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid. Con el agente tiene, además, abierto el frente de Cristiano Ronaldo. Pérez quiere que el técnico le mire a la cara y le haga saber sus intenciones y hasta dónde piensa llegar. Será una cena, como en otras ocasiones, pero sin testigos de por medio.

El club ha dado la razón al técnico en muchos de los frentes que ha abierto últimamente, pero hay un factor que le está pasando especial factura y son los malos resultados, los 11 puntos de desventaja, las dudas de la Champions y su mala relación actual con la plantilla. Los optimistas hablan de lo que sucedió la pasada temporada con el Chelsea, los negativos de un invierno muy duro tan lejos del Barcelona.

La crisis de la cantera (incluso le han dado la razón en cómo debe funcionar el segundo equipo y no ha gustado que Nacho juegue de central en su vuelta al Castilla), la de la UEFA, la de la prensa... En su mayoría, los dirigentes piensan como el técnico, pero la escena de citar a la afición 40 minutos antes del partido creen que ha sobrepasado los límites de hasta dónde debe llegar un entrenador. Nunca en la historia un técnico había convocado a la afición y muchos directivos creen que ya ha llegado el momento de poner freno a retos y situaciones insólitas. Tanto es así, que por la zona noble temen cada rueda de prensa. Primero, por lo que dice; y segundo, por las interpretaciones que se hace de ello. La solución, tras la reunión de esta semana entre el presidente y el entrenador. Cara a cara. Aunque, tal y como adelantó El Confidencial días atrás, parece clara la intención por parte del Real Madrid de poner fin a la relación con el técnico luso.