Max Verstappen amenazó a Horner con no correr en Australia... el mismo GP que abandonó
Horner habría logrado el despido de Helmut Marko tras ser exonerado de sus acusaciones, pero los Verstappen amenazaron con no correr ya en Australia, carrera que abandonó por averia por primera vez en dos años
No exageraba Jos Verstappen, padre del campeón del mundo, cuando declaraba durante el Gran Premio de Bahrein que la permanencia de Christian Horner al frente de Red Bull amenazaba con "destrozar el equipo". Según se van conociendo más detalles, la guerra civil en el seno del grupo y el equipo es una descarnada realidad. Su final, todavía incierto.
En este conflicto, Max Verstappen y su entorno amenazaron con no correr en el Gran Premio de Australia de confirmarse el despido de Helmut Marko, como había logrado en primera instancia el propio Horner tras ser exonerado de la acusación de comportamiento inapropiado. Al final, se paró ese despido ante la postura de los Verstappen.
Casualmente, luego llegaba el primer abandono mecánico del holandés, precisamente en Australia 2022. El iceberg de Red Bull es realmente profundo, una lucha de poder y egos real como la vida misma. Y un auténtico culebrón.
El medio británico Bussines F1, especializado en información económica sobre la Fórmula 1, ha publicado un amplio dosier sobre las evoluciones de un conflicto que puede llevarse por delante a alguna de las facciones, incluyendo al propio Max Verstappen. En el mismo se recogen movimientos entre bastidores de momentos conocidos públicamente. Como el día en que Marko anunció que podría no estar presente en el Gran Premio de Australia. Porque era cierto.
Parar el despido con una investigación 'independiente'
Antes, aviso para navegantes. Las informaciones en este complejo asunto requieren una pizca de prudencia, ya que las fuentes pueden estar movidas por sus propios intereses. Por ejemplo, en el mismo número de Bussines F1 se recoge la secuencia de acontecimientos desde que Christian Horner fue denunciado, aunque también se incluye un duro reportaje sobre el posicionamiento crítico de la prensa británica con el propio Horner, así como otro sobre la truculenta historia de uno de los hijos del mayor accionista y hoy hombre fuerte del grupo Red Bull, Charlem Yoovidhya.
Todo empezó con la denuncia de la asistente personal de Horner, Fiona Hewitson, quien acusó a este de comportamiento inapropiado ante el departamento de recursos humanos de Red Bull GmbH, la filial austríaca. Tras su estudio, se decidió el despido de Christian Horner el pasado 2 de febrero. Según el medio, sin embargo, Charlem Yoovidhya paró en seco la salida del británico y desplegó una estrategia adecuada para neutralizarlo.
La primera revelación clave del medio británico sería que el prestigioso abogado que dirigió la investigación independiente sobre el comportamiento presuntamente cuestionable de Horner es, en realidad, el mismo que defiende los intereses de la familia Yoovidhya en Gran Bretaña.
Pete Blake-Turner ostentaba, supuestamente, la más alta calificación entre la abogacía británica (KC). De 74 años, el abogado británico no habría sido sin embargo elegido entre una terna independiente y especializada. Aunque de elevadísima cualificación profesional, su experiencia en nada estaba relacionada con el tema que iba a tener en sus manos.
Para salvarle, el abogado designado por este iba a embarrar el campo, dilatando de manera exagerada la resolución del tema para luego culminar con un largo y tedioso dossier. El abogado envió las conclusiones directamente a Yoovidhya, aunque solo informó al comité directivo de Red Bull en Austria. En realidad, el británico era su aliado e instrumento para hacerse con el control total del Grupo Red Bull, incluyendo la filial austríaca, Red Bull GmbH.
La revancha por la exoneración de Horner
Horner recibió el resultado de la investigación mientras volaba a Bahrein que, sabía, estaba cantado. Durante el primer gran premio, Max Verstappen recibía todo tipo de preguntas sobre el tema y su vinculación con Horner, pero supo ponerse de perfil. Sin embargo, su padre lanzaba duras acusaciones públicas en un medio británico, augurando una ruptura del grupo de mantenerse aquel al frente del equipo. Los verdaderos fuegos artificiales estaban por llegar.
— Oracle Red Bull Racing (@redbullracing) March 31, 2024
All poco de anunciarse la exoneración de Horner y durante el gran premio se hicieron públicos 79 imágenes y mensajes de Whatsapp entre Horner y Fiona Hewitson. Se comprobaría después que, aunque no apropiados, tampoco alcanzaban el corte sexual que se presumía.
Mientras se filtraban, viajaba a Bahrein la esposa de Horner, Geri Halliwell, quien pretendía apoyar públicamente a su marido, pero se encontraba al aterrizar con semejante panorama. Al parecer, fue en la habitación de su hotel donde ambos confrontaron tan delicada situación. A pesar del trago, durante el fin de semana ella mostró apoyo total y público a su marido. Charlem Yoovidhya también hizo acto de presencia en el gran premio y tanto el tailandés como Horner fueron uña y carne a la vista de todos.
El Intento de voladura a Horner parece que ha resultado fallido. En @redbullracing la situación está controlada por Chalerm Yoovidhya, que arropó al inglés como nunca. En parrilla y bajo el podio. En la parrilla los apoyos que recibió Horner en forma de abrazo, vinieron de todas… pic.twitter.com/CAHpehsEgH
— F1 DESDE DENTRO (@PressRacing) March 4, 2024
"No corremos en Australia"
En la semana posterior al gran premio, ambos pasaron varios días juntos y, previsiblemente, reafirmaban su alianza. A poco de terminar el gran premio de Bahrein, Fiona Hewitson era suspendida de su empleo. Horner se sentía fuerte. Helmut Marko sería el siguiente objetivo. El británico logró que Yoovidhya respaldara una carta de despido que Oliver Mintzlaff debía enviar al austríaco.
La carta llegó, y de aquí las sorprendentes palabras de Marko el sábado en el paddock de Yeddah. No estaría posiblemente en Australia, avisó, porque "estaba suspendido" aunque también apuntaba que tenía al día siguiente una reunión con Mintzlaff. Con sus declaraciones, Marko buscaba provocar el posicionamiento público de Verstappen. Lo tuvo en la rueda de prensa tras los clasificatorios. Y fue rotundo. Pero también entre bastidores.
Poco después se supo que en el contrato del holandés, negociado entre Dietrich Mateschitz, Marko y Raymond Vermeulen (mánager de Verstappen), se había incluido una cláusula que ligaba el destino del piloto a la presencia de Marko. Horner la desconocía.
📸 Aparecen imágenes de Jos Verstappen y Toto Wolff reunidos en Baréin.#F1 pic.twitter.com/GGF5pKvjvx
— Across the F1 (@acrossthef1) March 3, 2024
Tras las palabras de Marko, Vermeulen informó a Horner sobre la existencia de esa cláusula, avisándole que si el austríaco no estaba en Melbourne, el piloto no participaría en la carrera. Horner explicó la situación a Yoovidhya, este se asustó, y pidió a Mintzlaff que retirara la carta. De aquí que Marko saliera con la continuidad en la mano tras esa reunión del domingo por la mañana. Los Verstappen habían parado el golpe. Causalmente o no, el holandés no terminó la carrera de Albert Park.
Desde entonces, también han surgido rumores de que Charlem Yoovidhya y Horner buscan el control del grupo, incluyendo la rama austríaca, en la que se incluye el hijo de Dietrich Mateschitz, Max.
Neutralizarían así la estructura creada por este antes de fallecer, que cuenta con tres CEO’s de idéntico poder en las respectivas ramas de negocio de la división austríaca (Beverage Bussines, CFO, Corporate Projects and Investments). Los hijos de los fundadores de Red Bull, Mark (49 por ciento) y Charlem (51 por ciento), solo recibirían dividendos y no tendrían control ejecutivo sobre la gestión.
Mateschitz estableció una estructura que, pensaba, daría estabilidad y capacidad operativa al grupo. Hoy, uno de ellos, o los dos, luchan por su control. De aquí la guerra civil en Red Bull. Por un lado, Yoovidhya y Horner. Por otro, la rama austríaca, los Verstappen, y Mark, el hijo de Mateschitz. La guerra todavía no ha terminado.
No exageraba Jos Verstappen, padre del campeón del mundo, cuando declaraba durante el Gran Premio de Bahrein que la permanencia de Christian Horner al frente de Red Bull amenazaba con "destrozar el equipo". Según se van conociendo más detalles, la guerra civil en el seno del grupo y el equipo es una descarnada realidad. Su final, todavía incierto.
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