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El gran esfuerzo de Fernando Alonso para ver el vaso medio lleno tras el bajonazo de Baréin
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POR DEBAJO DE LAS EXPECTATIVAS

El gran esfuerzo de Fernando Alonso para ver el vaso medio lleno tras el bajonazo de Baréin

Podía intuirse que había algo de espejismo en el buen ritmo mostrado en clasificación, pero era difícil imaginar que el Aston Martin rindiera de forma tan pobre en carrera

Foto: Alonso salió cabizbajo después del GP de Baréin. (Xavi Bonilla/DPPI/AFP7)
Alonso salió cabizbajo después del GP de Baréin. (Xavi Bonilla/DPPI/AFP7)

No se puede reprochar a Fernando Alonso que nos haya mentido. Después de clasificar sexto apenas a poco más de tres décimas detrás del poleman Max Verstappen, avisó que aquello para él fue una sorpresa mayúscula. Recordemos también que no fue especialmente efusivo en su valoración de los entrenamientos de pretemporada. El problema es que, aunque el asturiano pise la tierra, se empeña en ilusionarnos maquillando realidades. O quizá nosotros también queramos ver donde no hay. La cuestión es la que es: Aston Martin está a un mundo de poder soñar con una victoria.

Cuando al bicampeón mundial se le pidió una valoración de su noveno lugar, su realismo no dejaba lugar a dudas. "Creo que eso era exactamente lo que esperábamos. Nuestras simulaciones decían que estaríamos en la novena posición y así es exactamente como sucedió". ¿Recuerdan cuando, hace unos días, Fernando dijo que 19 pilotos ya sabían que no iban a ser campeones del mundo en 2024? Pues era otro ejemplo más de las pocas ganas que tiene el de Oviedo de ocultar la realidad: el trecho entre el Red Bull y el Aston Martin no se ha reducido, sino que ha crecido de forma notoria.

Los hechos son incontestables. Fernando acabó tercero hace justo un año en este circuito, solo 26 segundos por detrás de Max Verstappen, y este año lo ha hecho noveno a 1 minuto 14 segundos del neerlandés. El coche podrá mejorar, podrá encontrar circuitos más favorables, podrá incluso dar con una tecla mágica para no destrozar como lo hace hoy en día sus neumáticos, pero el problema es que, soñar en una hipotética victoria en 2024, se antoja muy difícil. Pero nunca hay que decir imposible.

Es pronto para juzgar. Apenas ha caído la bandera a cuadros de la primera carrera de la temporada, pero salvo Ferrari, ningún equipo ha mostrado un salto de calidad respecto a los Red Bull. Lo chocante es la disparidad de rendimiento en la parrilla actual entre ritmo en clasificación y carrera. Los Alpine ahora mismo son los peores coches del campeonato, pero a una vuelta son capaces de estar un segundo por detrás de Max Verstappen. Sin embargo, una vez que se puso el semáforo en verde, perdían del orden de tres segundos por vuelta. Una barbaridad.

placeholder Aston Martin no pudo seguir el ritmo de cabeza. (Xavi Bonilla/DPPI/AFP7)
Aston Martin no pudo seguir el ritmo de cabeza. (Xavi Bonilla/DPPI/AFP7)

El desgaste de neumáticos

El problema para todos es el mismo. Cuando el neumático es nuevo, la goma fresca enmascara las carencias de los coches, pero en cuanto hay que administrar lo más mínimo su desgaste, la superioridad de los Red Bull se hace más y más evidente. Desde la misma segunda vuelta de carrera, ya se veía que el Aston Martin se desinflaba. No solo no podía aguantar el ritmo de los Ferrari y el Mercedes de Russell, sino que enseguida fue presa fácil de los McLaren de Norris y Piastri. Queríamos creer que se trataba de una estrategia de conservar neumáticos para alargar su primera parada. Pero no. Simple y llanamente aquella era toda la cera que ardía en el AMR24.

Se habla mucho de la superioridad aerodinámica de Red Bull y, aunque esa superioridad existe, está claro que hay algo más. Adrian Newey parece haber dado, sin el prohibido uso de electrónica, con la piedra filosofal de la eficacia del efecto suelo: la altura constante respecto al suelo. El Lotus 88 buscaba un flujo de aire sin interferencias mediante un doble chasis y el Williams FW14 de suspensiones activas, lo mismo. El genio británico parece haber encontrado el secreto para que la amortiguación permita a la carrocería hacer su trabajo. Ahí es justo donde el coche de Fernando Alonso parece flaquear.

Mientras que Ferrari parece haber solucionado el problema de desgaste acelerado de los neumáticos, Mercedes, McLaren y, de forma especial, Aston Martin sufrieron mucho en Baréin por esta cuestión. Las mejoras no deberían ser elementos visuales tipo alerones o deflectores, sino más bien cuestiones conceptuales referidas al chasis y la suspensión. Solo así se podrá trasladar la velocidad de la clasificación a la carrera. Es la única baza para que el equipo británico saque algo positivo de este curso 2024.

placeholder Alonso fue rápidamente presa de los dos McLaren. (Xavi Bonilla/DPPI/AFP7)
Alonso fue rápidamente presa de los dos McLaren. (Xavi Bonilla/DPPI/AFP7)

Como McLaren en 2023

"Ahora nos toca a nosotros dar una especie de paso McLaren 2023 y convertirnos en un equipo más fuerte en la segunda parte de la temporada". Fernando explicaba de esa forma gráfica por qué cree que sus bazas este año dependen de la capacidad del equipo de evolucionar su coche. El piloto español advertía que, a diferencia de lo que ocurrió en 2023, ahora sí se puede ir de menos a más: "Empezamos muy fuertes y luego no pudimos evolucionar, ahora creo que la base nos va a permitir ir mejorando carrera a carrera".

No era solo Fernando el que se temía que su excepcional velocidad mostrada en los entrenamientos de clasificación tenía mucho de espejismo. El jefe de equipo, Mike Krack, reconocía que su rara estrategia de carrera, con paradas muy tardías, obedecía a ese temor que anticipaban. "Rápidamente vimos que no podíamos hacer nada contra los otros ocho coches de los cuatro mejores equipos y, si haces lo mismo, terminarás cinco segundos detrás del octavo lugar. Por eso, intentamos retrasar la parada por si acaso saliera un coche de seguridad".

Mal asunto cuando hay que empezar a hacer inventos estratégicos a la espera que suene la flauta que te dé un resultado sorpresa. Krack está obligado a hacerlo, pero está claro que así va a ser difícil conservar la motivación de Fernando para que renueve por ellos. Habrá que esperar esas tres o cuatro carreras que decía el ovetense antes de decidir qué hacer en el futuro. Lo que nos tememos es que, a tenor del mundo actual que separa a Red Bull de Aston Martin, se antoja difícil que equipo y piloto sigan juntos a partir de 2025. El plan era alcanzar podios el año pasado, victorias en el presente y lucha por el título en el que viene. Salvo milagro, eso parece claro que eso no va a ocurrir.

La opción de futuro sería Mercedes, que con James Allison de vuelta en la dirección técnica podría volver por sus fueros en 2025. Tampoco es que Mercedes lo haya hecho exageradamente mejor que Aston Martin en este inicio de temporada, pero pocos dudan de que, si hay un equipo capaz de poner el lazo a Red Bull, ese es Mercedes. En apenas una semana, tendremos respuestas casi definitivas de la situación de Fernando Alonso y su coche esta temporada. Yeda es una pista muy diferente a la de Baréin y, si se repite la decepción de este sábado, está claro que habrá que ir pensando en un futuro no teñido de verde.

No se puede reprochar a Fernando Alonso que nos haya mentido. Después de clasificar sexto apenas a poco más de tres décimas detrás del poleman Max Verstappen, avisó que aquello para él fue una sorpresa mayúscula. Recordemos también que no fue especialmente efusivo en su valoración de los entrenamientos de pretemporada. El problema es que, aunque el asturiano pise la tierra, se empeña en ilusionarnos maquillando realidades. O quizá nosotros también queramos ver donde no hay. La cuestión es la que es: Aston Martin está a un mundo de poder soñar con una victoria.

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