"¿Qué está cocinando El Padre?": la mejor noticia para Fernando Alonso en los test de F1 de Baréin

La temporada 2024 de Fórmula 1 ha dado su pistoletazo de salida con los test de pretemporada. Después de que los diez equipos del Mundial hayan presentado sus monoplazas, fue este lunes cuando todos ellos se lanzaron a la pista para probar el rendimiento de sus coches. En estos test no interesa tanto los tiempos rápidos, pues buena parte de las escuderías se guardan muchas cartas bajo la manga, por lo que la fiabilidad pasa a ser la clave. Y Fernando Alonso puede estar contento.

La idea de estos test de pretemporada es comprobar cómo trabajan los nuevos cambios implementados en los monoplazas que se usarán este año. De esta manera, la parafina, los pitot y los sensores son partes fundamentales de estas pruebas, para ver cómo se puede mejorar el coche aerodinámicamente. Además, muchos equipos no se llevan neumáticos blandos para no dar pistas de su verdadero rendimiento y, otros, no lo exprimen al máximo. Jugar al despiste es parte básica.

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Javier Rubio

Pero Alonso quiso dar un golpe de autoridad, para demostrar que, a sus 42 años, sigue teniendo hambre de éxitos. ¿Qué hizo en su primera vuelta en pista a bordo del AMR24? Pues, ni más ni menos, que marcar la vuelta rápida. Evidentemente, la velocidad no solo no era importante ni determinante, sino que incluso con total seguridad no sea toda la que tiene dentro el nuevo Aston Martin, pero el español quiso dar un mensaje para demostrar el poder de su nuevo monoplaza.

El increíble desempeño de Alonso a las primeras de cambio llevó a la Fórmula 1, a través de sus canales oficiales en redes, a mandar un claro mensaje sobre el español: "What's El Padre cooking?!" (¡¿Qué está cocinando El Padre?!). La realidad es que el español demostró velocidad, ganas y solvencia y, además, lo que es todavía más importante y clave de cara a lo que está por venir: que el nuevo monoplaza de Aston Martin apunta a que cuenta con gran fiabilidad.

El español fue el piloto que más vueltas dio en pista, con 77, un buen puñado más de las que supondría disputar un Gran Premio, lo que sirve para confirmar que este coche parece duro, fiable y consistente. Además, marcó el tercer mejor tiempo de la sesión, a escasas dos décimas del Ferrari de Charles Leclerc y a ocho de Max Verstappen, que volvió a marcar el ritmo de la sesión. Pero el español dejó una lectura esperanzadora: el AMR24 es consistente.

A muchos pilotos se les vio sufrir en algunos momentos de los entrenamientos, con contravolantes, correcciones y trallazos constantes, dependiendo de los reglajes con los que contaban. Es algo que se pudo ver en Charles Leclerc, Oscar Piastri e, incluso, Max Verstappen, pero la mejor noticia para Alonso es que su coche era sólido y no mostraba esas fisuras que otros sí. Y si a eso le sumamos las 77 vueltas, superando ampliamente las 60 del año pasado, las noticias son positivas.

Todo apunta, una vez más, a que Red Bull va a ser el gran dominador. De hecho, Verstappen no necesitó demasiado para superar el tiempo de Alonso... y reventar el crono con el freno de mano echado. Y es que, a las primeras de cambio, el neerlandés rompía el mejor tiempo del pasado año en pretemporada. Solo son pruebas y tests para comprobar el rendimiento de las diferentes piezas del monoplaza, pero parece que la escudería austríaca ha vuelto a dar con la tecla.

En la segunda jornada de test, el español se quedó a medias por culpa de una bandera roja a falta de más de hora y media para el término de la sesión matutina. Una alcantarilla suelta que salió volando provocó que se suspendiera una sesión en la que, de nuevo, el español fue capaz de mostrar la consistencia de su Aston Martin. Por esa razón, Fernando Alonso puede estar feliz: su monoplaza tiene buenos mimbres. La pregunta es: ¿Qué está cocinando El Padre?