Mercedes sí gana en el negocio de la F1: así es la parrilla de un 'business' que mueve 3.000 millones

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Max Verstappen y Red Bull se han mostrado un año más intratables sobre el asfalto. El piloto neerlandés, al frente del monoplaza del equipo de la bebida energética, volvió a dominar con puño de hierro el Mundial en 2023, con récords de victorias, podios, puntos, poles y vueltas rápidas. Una superioridad que le permitió asegurarse con antelación su tercer campeonato del mundo consecutivo y certificar el segundo mundial de constructores seguido que logra la escudería. Ahora bien, en la carrera por liderar el negocio de la categoría, Red Bull se tiene que conformar con el tercer peldaño del podio. En primera línea se encuentran Ferrari y Mercedes, que en 2022 volvieron a liderar un ranking por ingresos que en el agregado ya supera los 3.000 millones de euros, tras aumentar alrededor de un 25% en un año, según las cuentas analizadas por 2Playbook Intelligence, la unidad de datos e inteligencia de mercado de 2Playbook.

De este modo, la facturación de las escuderías crece al mismo ritmo que lo hace la competición gestionada por Liberty Media, que este mismo año también apuntaba a rebasar los 3.000 millones de euros en ingresos. Ya en 2022, la F1 elevó su negocio un 20% interanual, hasta 2.573 millones de dólares (2.427 millones de euros), y volvió a la rentabilidad por primera vez desde 2017.

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Las escuderías, por su parte, no sólo lograron recuperar los niveles de ventas prepandemia en 2021, sino que mantuvieron el ritmo ascendente durante el pasado ejercicio e incrementaron su cifra de negocio entre un 11% y un 60% interanual. Además, tan sólo tres cerraron el ejercicio en números rojos. Al frente de todas ellas, tanto en ingresos como en resultado neto, se sitúa Mercedes. La escudería alemana ha aprovechado para tomar ventaja con sus perseguidores tras crecer un 23% interanual y alcanzar una facturación récord de 474,55 millones de libras (542,86 millones de euros).

Ferrari se mantiene por detrás, pero cada vez más lejos de Mercedes. La escudería de Il Cavallino Rampante ingresó 479 millones de euros en 2022, lo que supone un 11% más que el ejercicio anterior, según los datos de la división comercial, de patrocinios y marca en la que se engloba. Aun así, a diferencia del resto de equipos, las cifras de la estructura italiana no especifican lo que genera únicamente la escudería de Fórmula-1.

Red Bull ya está pisándole los talones a la estructura italiana después de crecer un 13% interanual, hasta alcanzar una facturación de 441,2 millones de libras (385,7 millones de euros). A parte del prize money obtenido en una temporada de ensueño en lo deportivo, la escudería austríaca atribuye esta mejoría al importante crecimiento en el apartado comercial. De hecho, en 2022 Red Bull firmó a Oracle como title sponsor a cambio de 100 millones anuales durante tres temporadas.

Red Bull ya pisa los talones a Ferrari después de crecer un 13% aupado por el negocio comercial

McLaren recupera terreno, pero sigue en números rojos

Del resto de equipos, destaca por encima del resto el salto de McLaren. La escudería de Woking incrementó su cifra de negocio de tal manera que ya vuelve a amenazar el Top-3 de ingresos de la Fórmula 1. El equipo británico pasó de facturar 218,7 millones de libras en 2021 (251 millones de euros), a 338,6 millones de libras (387 millones de euros) en 2022.

Ahora bien, la cifra aún es ligeramente inferior a la de 2020, cuando tomó la decisión de desprenderse de su histórica fábrica a cambio de 170 millones de libras (196 millones de euros). Pese a ello, McLaren sigue lejos de la rentabilidad y cerró el curso pasado con unas pérdidas de 57,8 millones de libras (66,3 millones de euros). A finales de junio, el fondo soberano de Bahréin, Mumtalakat, se hizo con la participación que el Fondo de Inversión Pública saudí (PIF) y Ares Management poseían en la escudería de Fórmula 1, aumentando así su control en el equipo del que ya poseía la mayoría accionarial.

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Sin embargo, la operación corporativa más sonada del paddock se produjo a finales de junio, cuando RedBird Capital, Otro Capital y el fondo de inversión del actor Ryan Reynolds lideraron una operación en la que adquirieron el 24% de Alpine, por 200 millones de dólares (183,5 millones de euros). La escudería francesa, liderada en 2022 por Fernando Alonso en el asfalto, incrementó su facturación un 24% interanual hasta 249 millones de libras (284 millones de euros) y alcanzó la rentabilidad por segunda temporada consecutiva con unos beneficios de 26,2 millones de libras (30 millones de euros), un 10% menos interanual.

El piloto asturiano dejó la estructura de Enstone el pasado año y firmó por Aston Martin como líder de un proyecto que quiere situar a la escudería al frente de la F1. Si ya en su primera temporada ha obtenido resultados deportivos en forma de podio, el pasado año incrementó sus ingresos un 31%, hasta 227,18 millones de libras (259 millones de euros).

El equipo cuenta en su accionariado con Lawrence Stroll, padre del piloto Lance Stroll, quien adquirió el 16,7% de la compañía por 182 millones de libras (201 millones de euros). Su entrada se produjo en un momento en el que el proyecto todavía está muy lejos del break even. Aston Martin aumentó un 22% sus números rojos en 2022, hasta 52,9 millones de libras (60,7 millones de euros), lo que supone un agujero de 176,21 millones de libras (202,2 millones de euros) desde 2019, a causa de inversiones millonarias en proyectos como el de la nueva fábrica en Silverstone. La pasada semana, el fondo norteamericano Arctos Sports Partners se hizo con una participación minoritaria en la escudería en lo que supuso la primera desinversión de Stroll.

*Artículo publicado originalmente en 2Playbook.com