El reproche de Verstappen al GP de Las Vegas y a su público: "Yo también puedo ir a Ibiza y acabar 'mamado'"

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El Gran Premio de Las Vegas de Fórmula 1 parecía estar abocado al desastre. Este pasado domingo 19 de noviembre tuvo lugar el GP de Las Vegas Strip, en un circuito urbano que llevaba desde 1982 sin celebrar una carrera de Fórmula 1. Ya en los entrenamientos libres sucedió un accidente, en el que una cubierta de hormigón de una alcantarilla se levantó y dañó el Ferrari de Carlos Sainz, dejando su coche inutilizado.

Para empañar más la experiencia, muchos pilotos, como Leclerc, Sainz y Verstappen, declararon en la rueda de prensa antes de la carrera del domingo que este circuito y todo lo que conllevaba no era de su agrado. El que fue más duro con sus palabras fue Verstappen. El neerlandés admitió que le encantaba “Las Vegas, pero no para conducir un monoplaza de Fórmula 1”.

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Jorge García González

“Por supuesto que el elemento del espectáculo es importante”, declaraba el piloto de Red Bull en relación con la puesta en escena de la apertura del GP al más puro estilo Super Bowl. Pero, lo que más le importa a Verstappen es "la emoción" del deporte. "Para mí, cuando era pequeño, se trataba de la emoción del deporte, de lo que me enamoraba y no del espectáculo. Es el deporte que lo rodea porque, como auténtico piloto, lo otro realmente no debería importar", explicaba.

Un circuito que no está a la altura

En relación con el circuito urbano de Las Vegas Strip, el piloto tampoco estaba conforme. "Un coche, en primer lugar, un coche de carreras, un Fórmula 1, en cualquier caso, en un circuito urbano, creo que realmente no cobra vida. No es tan emocionante", afirmaba el piloto. Como explicó a los periodistas, él prefiere circuitos como Spa-Francorchamps o Monza, ya que le aportan "mucha emoción y pasión".

El neerlandés admitió que ver a la afición en las gradas de esos circuitos "es increíble" y le "encanta conducir por este tipo de circuitos". A su vez, se ponía en la piel de los aficionados que acudieron a Las Vegas, entendiendo que ellos tal vez "necesiten algo que hacer", pero no vio con buenos ojos que muchos acudiesen “de fiesta, a beber, ver a un DJ o actuar”.

“Eso puede hacerlo todo el mundo. Yo puedo ir a Ibiza y ponerme completamente 'mamado' y pasarlo bien", puso como ejemplo el piloto de Red Bull. Su sensación era que el público no trató de "entender lo que estamos haciendo o lo que arriesgamos". "Crecimos queriendo ser campeones del mundo", recordaba el piloto, haciendo hincapié en que le gustan mucho más "los circuitos de la vieja escuela".