Fernando Alonso en México o la disparidad entre los resultados y el cariño de su afición

La 'Alonsomanía' tiene siempre dos citas a lo largo de la temporada. Una, como no podía ser de otra forma, es durante el Gran Premio de España, en el Circuit de Barcelona-Catalunya, y la otra es el Gran Premio de México. Es realmente curioso, porque, aunque la grandeza del piloto asturiano es evidente, la afición del país americano no pudo verle en sus años de gloria. Desde 2015, Fernando Alonso ha corrido seis veces en el autódromo Hermanos Rodríguez y el botín no puede ser más magro: un noveno puesto es su mejor clasificación hasta la fecha. Igual que ocurre con el refrán en su referencia al agua, algo tendrá Alonso para que los mexicanos le adoren como lo hacen.

Para el que dude de esta pasión de los mexicanos por el bicampeón mundial, basta con ver el impresionante recibimiento que hicieron a Fernando en un acto promocional de Hugo Boss en un centro comercial del centro de Ciudad de México. A pesar de que el comienzo del acto estaba estipulado para las 16:00 horas, la gente comenzó a llegar desde las 8 de la mañana. Una concentración multitudinaria que colapsó los accesos a la zona y que desbordó la previsión de los organizadores. Y no fue por una mala gestión. Simplemente, nadie podía imaginar una avalancha de cuatro mil aficionados. De los cientos de eventos que los pilotos celebran con patrocinadores a lo largo de la temporada, ninguno se le puede comparar ni de lejos.

Cuando disputó en 2015 su primer Gran Premio en la ciudad azteca, Fernando ya se dio cuenta de lo muy querido que era al otro lado hispano del Atlántico. "Siempre me he sentido muy querido aquí. Incluso en la gente que me sigue en las redes sociales, cuando vemos los estudios y las estadísticas, la Ciudad de México es donde tengo más seguidores, incluso más que en España. Quiero dar un buen espectáculo para ellos". Ese espíritu luchador y de no rendirse nunca a pesar de las dificultades, quizá sea una de las claves. Es muy mexicano ese enfoque positivo de la vida a pesar de las muchas piedras que tengan en su camino.

Al igual que Fernando Alonso, Carlos Sainz también es muy querido en México. Los datos no engañan y, del mismo modo que en España Checo Pérez es el piloto extranjero más querido según datos de la consultora Personality Media, los españoles son los más valorados allí después de él. Nada que ver la realidad con esa película que a veces se vende de que los mexicanos detestan a los gachupines. En las redes sociales, Carlos va algo por delante de Fernando en seguimiento, pero se trata solo de una parte de la película. Desde siempre, está claro que el seguimiento del piloto de Aston Martin entre la afición mexicana es descomunal.

Ya desde la misma primera carrera que Alonso corrió en Ciudad de México, se ganó el cariño de la afición local. En aquella prueba, a pesar de tener su coche un fallo eléctrico irreversible, quiso tomar la salida "por respeto a los aficionados", como declaró en su momento. Otra ocasión donde pudo verse esa conexión especial entre fans y piloto fue en 2018, cuando nada menos que 30.000 aficionados se pusieron una máscara con su imagen como muestra de admiración y cariño. Allí de nuevo la carrera fue otro desastre, pues en la quinta vuelta tuvo que abandonar por avería mecánica.

Pero la culminación de sentir el cariño de la afición en los momentos más duros, se vivió la temporada pasada. Después de 41 vueltas extenuantes donde se veía que el ovetense iba muy por encima de las posibilidades de su Alpine, tuvo que sufrir la enésima avería de un coche con una fiabilidad desastrosa. Después de un carrerón, se esfumaba un sexto o un séptimo puesto. Era ya demasiado y, al bajarse del coche, Fernando ya no pudo contener más la rabia y dio un puñetazo al aire. La ovación de la afición en ese momento de máximo abatimiento es de esas que te llega el corazón.

Un podio para la afición

Nada le gustaría más al asturiano que brindar un buen resultado y, por qué no, un podio a sus fieles seguidores. No es el mejor momento de la temporada para los Aston Martin, que han perdido gran parte de su magia, pero el rendimiento en carrera en el pasado Gran Premio de Estados Unidos en Austin invita a la esperanza. Las novedades que incorporaba al coche solo pudieron dar juego una vez que fueron probadas entre el sábado y el domingo: "Decidimos cambiar la configuración y arrancar desde el pit-lane. El ritmo fue una combinación de optimizar lo que nuestros rivales tenían en una sesión de libres".

El buen ritmo de Lance Stroll en Austin, con el nuevo paquete de piezas, es un síntoma alentador para las posibilidades de Aston Martin. En todo caso, aunque Alonso se muestre esperanzado, en las declaraciones de la rueda de prensa de los jueves previo al Gran Premio quiso mantener cautela: "Este es un circuito completamente diferente, con diferentes necesidades, así que utilizaremos todos los libres. Ahora estamos más relajados y más contentos de tener los tres entrenamientos libres para optimizar las cosas".

Fernando defendió el trabajo realizado por su equipo en el cómputo global de la temporada, seguro que muy consciente de que su batalla está ya en 2024 y muchos de los objetivos de la presente temporada ya cumplidos: "Tenemos una fábrica nueva, gente que viene de fuera y 200 puntos más que el año pasado. Sé que esto es como el fútbol y solo parece que cuente el último resultado, pero no debemos olvidar de dónde venimos y estoy muy orgulloso de esta temporada. Espero que podamos terminar con un buen resultado, que podamos hacer otro podio antes de que termine el año", concluyó el bicampeón mundial, deseoso de poder ofrecer por fin a esa afición mexicana que le adora ese gran resultado que hasta ahora resultó esquivo.