Las confesiones de Andy Soucek, quien se fue a hacer las Américas al circuito más europeo de todo EEUU

"En los próximos días hará un año que ya estoy aquí y cada día vengo más feliz que el anterior a trabajar", así de claro se expresa Andy Soucek a El Confidencial. El que fuera piloto de pruebas del equipo Virgin de Fórmula 1, en la actualidad ostenta en la actualidad una alta responsabilidad como Vicepresidente de Motorsports en el Circuito de las Américas (COTA), que es el nombre oficial de la pista texana. Cualquiera que haya tenido ocasión de visitar la instalación, comprobará, desde luego, que en pocos autódromos de América se va a sentir más en casa que allí.

Aunque Austin es la capital del estado de Texas, que en sí es el estado epítome de lo norteamericano, se trata en realidad de un lugar mucho más parecido a España de lo que habitualmente asociamos a Estados Unidos. El clima y la influencia hispana sin duda tiene mucho que ver en ello, pero el hecho de ser una ciudad cuyo gran crecimiento es de tiempos recientes, le da ese aire cosmopolita que tanto atrae a nacionales y extranjeros. Austin ahora mismo es la segunda ciudad de mayor crecimiento del país y una de las mejor calificadas en cuanto a su calidad de vida.

"El Estado de Texas es sin duda un aliado fantástico para nuestro trabajo de desarrollo de negocio del circuito. -explica Andy-. A nuestros clientes les gusta venir a un circuito como el nuestro, que es de los mejores del mundo, pero les encanta también poder disfrutar de un lugar con todo el atractivo que tiene Austin como ciudad, con sus buenos restaurantes, su infinita oferta musical en vivo, etc". Y es que es cierto que el circuito encaja perfectamente con la propuesta de valor de la ciudad, Podría decirse que es el más internacional de todos los circuitos de Norteamérica. Sus instalaciones y trazado no tienen nada que enviar a ninguna otra pista del mundo.

“Para mí es un orgullo trabajar aquí, -reconoce Soucek-, porque somos el único circuito del mundo que tenemos en nuestro programa Fórmula 1, Nascar, MotoGP y el WEC (mundial de resistencia). Cuando el Circuito de las Américas se incorporó al calendario en 2012, la Fórmula 1 llevaba cinco años sin estar presente en Estados Unidos. Afortunadamente, la especialidad está creciendo aquí, y ahora hay otros grandes premios en Miami y Las Vegas, pero seguimos siendo el único circuito permanente de todos. De hecho, somos el primer circuito del país pensado y homologado para la Fórmula 1”.

Una oportunidad irrepetible

El piloto español aceptó en el otoño de 2022 la oferta que le realizó el Consejero Delegado y propietario del circuito, Bobby Epstein para desarrollar el negocio relacionado con la gestión de la pista y actividades de competición fuera de los tres grandes acontecimientos. "Es un trabajo muy bonito y para mí una forma inmejorable de realizar la transición de piloto a ejecutivo en una empresa. Comparto mi rol junto a Reid Atherton que tiene mucho conocimiento del mercado en Estados Unidos y yo aporto mis años de experiencia en competición internacional, por lo que nos complementamos de maravilla. No quiere decir que vaya a dejar de correr del todo, de hecho, se ve con buenos ojos que siga en activo porque es algo que suma al circuito y me mantiene en contacto con equipos y promotores. Pero mi foco está totalmente centrado aquí. Los resultados están siendo muy positivos y el futuro es muy prometedor, por lo que no puedo pedir más".

No siempre es facil desde luego ese momento de transición de la actividad profesional de cualquier deportista, a la vida civil, pero el excampeon del mundo de Fórmula 2, sintió que estaba ante una oportunidad irrepetible: "Una de las razones que me motivó tanto venir aquí, fue que no solo se trataba de gestionar y mejorar en lo posible lo existente, sino el ambicioso plan que hay a futuro con la instalación. Están en fase de desarrollo un espacio de entretenimiento para los aficionados y las familias, así como un desarrollo inmobiliario que permita a los propietarios de coches tener aquí su garaje con su espacio personal junto al circuito. Hay también en desarrollo un hotel y un campo de golf. Es una gran oportunidad y responsabilidad pero estoy disfrutando y aprendiendo mucho de la gran dedicación y profesionalidad de mis compañeros" concluye Andy.

La tormenta perfecta

Las cosas últimamente es cierto que van muy bien para el circuito texano, pero el camino hasta aquí no fue en absoluto fácil y sólo el tesón de Bobby Epstein, uno de los fundadores y actual accionista mayoritario del circuito junto a su equipo, lograron capear el temporal. Pocos daban un duro por la continuidad del Gran Premio de Estados Unidos allí, pero después de superar multitud de tribulaciones, en febrero del año pasado se anunció la renovación del contrato con la Fórmula 1, como mínimo hasta 2026. El momento más crítico se produjo en 2015, apenas tres años después de su inauguración, cuando la pista de Austin sobrevivió a lo que podría denominarse literalmente como una tormenta perfecta.

Después de unos alentadores comienzos, el Gran Premio poco a poco comenzó a perder espectadores una vez pasado el habitual efecto novedad. Pero en 2015, el huracán Patricia, casi arrasó de forma definitiva el proyecto. Al final, de milagro pudo celebrarse el Gran Premio, pero las pérdidas económicas fueron catastróficas y lo que es peor, a futuro, la sufrida experiencia del público asistente no auguraba nada bueno. Para añadir sal a la herida, por razones logísticas, el renacido Gran Premio de México regresaba ese año al calendario y lo hacía justo una semana después. Multitud de espectadores mexicanos que debido a la proximidad cruzaban la frontera para asistir a la carrera de Fórmula 1 dejaban de venir. Una situación ciertamente difícil.

Pero no se vayan todavía, porque aún hay más. El circuito y el Gran Premio recibían de un contrato de diez años firmado con el estado de Texas, una aportación aproximada de unos 25 millones de dólares, pero de repente el gobierno estatal decidió cerrar el grifo. Ese cambio de reglas en mitad del partido y justo en mitad de la tormenta financiera, era casi la puntilla que necesitaba el circuito para ir de la UVI al cementerio. Pero afortunadamente, después de la tempestad vino la calma y con los años el Gobierno de Texas reconoció la enorme aportación del circuito a la economía local. Según datos del propio circuito 600 millones de dólares el último ejercicio.

Un modelo pionero

Es importante precisar que la carrera de Austin fue pionera en los modelos de financiación pública de los Grandes Premios. La aportación de las arcas estatales no estaba basada en ningún regalo o concesión arbitraria, sino que los 250 millones de euros repartidos a lo largo de la década, procedían de haber sido generados como mínimo en esa cantidad en impacto económico. Es decir, que sin los impuestos adicionales que el estado recaudara por la actividad económica del circuito no habría fondos. Los fundadores de COTA se la jugaron con esa arriesgada apuesta y por eso lucharon con fiereza para defender sus derechos.

La Fórmula 1 ahora está en pleno boom, al igual que lo está la propia ciudad de Austin. Pero nadie regala nada en este mundo. Había que tener hace 15 años visión y audacia para invertir 500 millones de euros para crear de la nada un circuito y una organización modélicos. Afortunadamente, Herrmann Tilke tuvo uno de sus buenos días cuando diseñó esta pista, y los problemas de bacheado que sobre todo afectan a MotoGP, están cerca de ser subsanados gracias a un innovador sistema de inyección de sustrato subterráneo. El futuro es de los que se arriesgan, como Andy Soucek, que dejó una cómoda vida en Barcelona y se llevó a toda su familia al otro lado del Atlántico. Al menos, él ya sabía que de todos los circuitos de Estados Unidos, la pista texana era la que más le iba a hacer sentirse en casa.