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Por qué la venta de Aston Martin tiene sentido y nada cambia para Fernando Alonso
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Un MOMENTO PROPICIO

Por qué la venta de Aston Martin tiene sentido y nada cambia para Fernando Alonso

Los rumores de venta de Lawrence Stroll del equipo de Fórmula 1 al fondo soberano de Arabia Saudí tienen fundamento si se analizan los intereses en juego de los protagonistas

Foto: Lawrence Stroll y Fernando Alonso. (EFE/EPA/Ali Haider)
Lawrence Stroll y Fernando Alonso. (EFE/EPA/Ali Haider)

A menudo se cree que el equipo de Fórmula 1 donde actualmente pilota Fernando Alonso y la marca de coches Aston Martin son la misma cosa, pero la realidad es muy distinta. Aunque compartan nombre, colores y una estrategia de marketing absolutamente alineada, se trata de entes completamente distintos. La caída libre en rendimiento y ánimo de Lance Stroll de un tiempo a esta parte, podría hacer pensar a su padre Lawrence que es un buen momento para vender el equipo. El magnate canadiense compró Racing Point (originalmente Jordan Grand Prix) hace cinco años y apenas un año después lideró un consorcio para rescatar a la moribunda Aston Martin de la quiebra.

Es muy posible que esta supuesta venta de Stroll padre del equipo Aston Martin de Fórmula 1 sea una forma de clarificar una situación que presenta para él un notorio conflicto de interés. La compañía de coches paga anualmente al equipo de competición un total de 30 millones en concepto de patrocinio. Por mucho que sea una interesante herramienta de marketing y que, además, esté funcionando de maravilla, los accionistas de la compañía británica no dejan de estar financiando el negocio particular de uno de sus socios. Stroll Sr. es accionista mayoritario en la compañía de coches pero no el dueño absoluto, como sí es el caso del equipo de carreras.

Hay unos movimientos recientes que invitan a pensar que la operación de venta del equipo pudiera estar en marcha. Aunque desde el equipo lo desmientan de forma oficial, el propio Lawrence Stroll no contribuyó a despejar las dudas: “No está planeada la venta del equipo en este momento. La Fórmula 1 es un deporte y un negocio que está en plena ebullición en este momento. Pero es verdad que se han acercado a nosotros mostrando interés” Las palabras de Stroll tienen una fácil traducción: Si viene alguien con la oferta adecuada, se vende. A fin de cuentas, comprar bien y vender mejor, es lo que ha hecho toda su vida y así es como ha labrado su fortuna.

Movimientos reveladores

Hace menos de un mes, Stroll Sr. ha recuperado la posición de accionista mayoritario de Aston Martin, ostentando en la actualidad el 25 por ciento de la compañía. Su incremento en la participación del fabricante británico de vehículos de lujo, indica una motivación empresarial clara de permanencia. Si su hijo decide que el sueño de ser campeón del mundo de Fórmula 1 es inviable, podría ser el momento perfecto para deshacerse de la inversión que realizara con Racing Point en 2020 y obtener unas importantes plusvalías. Es cierto que por el camino ha soportado perdidas en los primeros ejercicios cercanos a los 100 millones de dólares y que en la creación de la nueva fábrica ha invertido cerca de otros 300 millones de euros, pero difícil será que en caso de que se realice la venta, se obtengan menos de 800 millones. El boom de la especialidad ahora juega a su favor.

El millonario nacido en Montreal, puede que sea el típico ejemplo de padre que quiere ver reflejado en su hijo sus ambiciones personales incumplidas. Ya que él no pudo ser un campeón automovilístico, puso todo lo que hiciera falta para que un descendiente suyo triunfara como piloto de carreras. Desde niño, Lance Stroll, vio como su padre le construía pistas de karts, compraba equipos de competición y contrataba a los mejores especialistas del ramo para que su progresión hacia la Fórmula 1 fuera imparable. De todos los activos se fue deshaciendo a medida que el joven Lance progresaba y ahora ya sólo queda la pieza más grande como es el equipo de Fórmula 1. Si el hijo tira la toalla, para el padre la inversión pierde gran parte del sentido para el que fue realizada en su día.

El reciente anuncio de que la compañía automovilística, no el equipo de carreras, va a regresar a las 24 horas de Le Mans con el modelo Valkyrie, es otro elemento que apoya la teoría del cambio de rumbo de los intereses de Lawrence Stroll. En primer lugar, se trata de una apuesta decidida por potenciar directamente el producto que venden en los concesionarios. En segundo lugar, podría ser un excelente refugio profesional de su hijo fuera de la Fórmula 1. Ambos estarían liberados de la presión que suponen las acusaciones de nepotismo como freno a la progresión del equipo.

La respuesta se llama PIF

Una vez vendida la escudería y con su hijo trasladado a otras labores, ya es cuestión del resto de accionistas el decidir o no apoyar la continuidad del patrocinio en Fórmula 1. A Lawrence Stroll le resuelve un claro conflicto de interés y le permite centrarse en su sueño de conseguir que Aston Martin rivalice en unos años con Ferrari. El aliado crucial para que todas las piezas del puzzle encajen, es el fondo soberano de Arabia Saudi. PIF (Public Investment Fund) que es como se conoce a nivel bursátil, junto al constructor chino Geely comparte la segunda posición en el accionariado de la marca de Gaydon con un 16% cada uno.

El fondo soberano saudí, es propietario a la vez de Aramco, el patrocinador principal de Aston Martin F1. No es ninguna sorpresa que se postule como el más probable comprador de la escudería con sede en Silverstone. Las monarquías de la península arábiga, vienen invirtiendo con fuerza en el mundo del deporte y de hecho, el propio fondo hizo una oferta a principios de año a Liberty, para comprar la Fórmula 1 en su totalidad. Para Arabia Saudí la operación a nivel estratégico tiene todo el sentido, porque Aramco, como lider petrolífero global, tiene que posicionarse bien en el futuro de los combustibles sostenibles. Estar en Fórmula 1 en estos momentos de cambio reglamentario con el objetivo de cero emisiones en 2030, adquiere una importancia capital.

Podría verse en cierto modo que ese conflicto de intereses que tenía antes Lawrence Stroll, ahora podría trasladarse al fondo soberano saudí. Sin embargo, hay unos matices importantes que lo diferencian. En primer lugar, ya no hay una cuestión familiar de por medio con el hijo del dueño compitiendo en el equipo donde llega el patrocinio. Por otro lado, Aramco es el principal patrocinador de la operación, aportando 100 millones de euros anuales a las arcas del equipo. Y last but not least, la gigantesca deuda que tiene que absorber poco a poco la compañía de coches necesita de la liquidez de los petrodólares. Aston Martin como marca de coches progresa adecuadamente, pero no hay que olvidar que su salida de la UVI es muy reciente.

Es una cuestión formal que de aquí a un tiempo Lawrence Stroll y el fondo soberano de Arabia Saudí hagan el intercambio de cromos. Al equipo de Fórmula 1 no le va a faltar el dinero necesario para triunfar, Lawrence Stroll, por su parte, tendrá manos libres para ocuparse en exclusiva de convertir a Aston Martin en un coloso del sector de los automóviles de lujo. La pelota está en el campo de Lance Stroll hasta que decida que quiere hacer con su futuro profesional. El visible sufrimiento del piloto canadiense en el pasado Gran Premio de Qatar puede que suponga el punto de inflexión de toda esta historia y que todas las piezas del puzzle finalmente encajen.

A menudo se cree que el equipo de Fórmula 1 donde actualmente pilota Fernando Alonso y la marca de coches Aston Martin son la misma cosa, pero la realidad es muy distinta. Aunque compartan nombre, colores y una estrategia de marketing absolutamente alineada, se trata de entes completamente distintos. La caída libre en rendimiento y ánimo de Lance Stroll de un tiempo a esta parte, podría hacer pensar a su padre Lawrence que es un buen momento para vender el equipo. El magnate canadiense compró Racing Point (originalmente Jordan Grand Prix) hace cinco años y apenas un año después lideró un consorcio para rescatar a la moribunda Aston Martin de la quiebra.

Fernando Alonso Fórmula 1