Carlos Sainz o cuando una orden de equipo en contra puede acabar favoreciéndote
Aunque no haya acabado por delante de su compañero de equipo, el madrileño sale de Canadá reivindicado ante los 'tifosi' respecto a Charles Leclerc. Y Frederic Vasseur lo sabe
Se le pueden dar todos los rodeos que se quiera al asunto, pero, cuando por dos veces el muro de boxes de Ferrari le dijo por la radio a Charles Leclerc "Carlos no te va a atacar", es evidente que hubo una clara orden de equipo. Podrá interpretarse por algunos como señal de que el español es el segundo piloto del equipo y está al servicio del monegasco, pero en Ferrari las cosas no siempre funcionan bajo la misma lógica que en el resto de equipos. Si hasta ahora los tifosi y la alta cúpula directiva consideraban a Leclerc como el elegido respecto a Sainz es porque daban por descontada su superioridad. Si esa primacía se evidencia que no es tal, en Italia se pasa del calor al frío más rápido que en cualquier sitio.
Cuando Carlos fue preguntado al término de la carrera sobre el mensaje, el madrileño no quiso levantar polémicas y sacó su versión más conciliadora: "Es algo que entiendo. Estábamos intentando alargar el stint (el primer relevo antes del cambio de neumáticos) y sí que es verdad que podía ir muy rápido con los medios y podía incluso haberlo extendido, pero al final el equipo ha hecho lo correcto. Hemos acabado cuarto y quinto, que era el objetivo final". Habrá quien considere a Sainz blando por no alzar la voz ante una decisión perjudicial para sus intereses, pero el madrileño lleva tiempo suficiente en Ferrari para saber cómo plantear allí las batallas.
La carrera resuelta
"Estoy contento porque he ido rápido, me he sentido cómodo. La verdad es que he resuelto unos problemas que tenía el viernes en el coche y en carrera iba perfecto, así que estoy contento porque he tenido muy buen ritmo con los neumáticos medios y con los duros. Tampoco había mucho que hacer (después del cambio), porque la carrera estaba resuelta, pero me he sentido cómodo y he podido ir apretando en todas las vueltas". Esas palabras dicen mucho más de lo que aparentemente sugieren, porque resultó obvio que, si no atacó a su compañero, es porque hubo una decisión del equipo, no porque no pudiera. Cuartos y quintos ya era un gran resultado para Ferrari viniendo desde muy atrás en la parrilla y no había ganas ni necesidad de líos.
Charles Leclerc está negociando ahora mismo seguir o no en Ferrari, y no es tampoco casual el timing en el que estas órdenes de equipo aparecen. Es importante resaltar el peculiar detalle de que a la mesa negociadora se sientan Nicolas Todt como mánager del piloto y Frederic Vasseur como jefe de equipo. Y decimos peculiar porque ambos han sido socios durante muchos años y, en realidad, si no lo siguen siendo, es por evitar un conflicto de intereses. De hecho, es bastante creíble la teoría de que el despido de Mattia Binotto y la llegada de Vasseur se debe a las presiones del dúo Todt-Leclerc con el presidente de Ferrari, John Elkann. Ahora bien, si el ingeniero francés quiere tener autoridad y de verdad busca lo mejor para el equipo, va a tener que enfrentarse a quien en cierto modo debe el puesto. Y, si es preciso, lo hará.
En este tipo de situaciones, siempre delicadas en Ferrari, es mejor que nadie subestime el papel de Frederic Vasseur. Aparte de unas cualidades sobradamente demostradas como gestor de equipos, no es la típica persona que trague con cualquier cosa con tal de mantenerse en su puesto. Si en su día les cantó las cuarenta a sus compatriotas de Renault, hará lo mismo en Ferrari en su empeño de llevarle a la victoria de nuevo. Puede que, como les ha ocurrido a sus antecesores en el puesto, no le den tiempo y le despidan antes de esperar a ver los resultados de su trabajo, pero lo que es casi seguro es que no se va a arredrar cuando toque ser firme.
Vasseur sabe escoger bien las batallas, y abrir ahora un melón con Charles Leclerc no es conveniente ni para él ni, desde luego, para el equipo. Pero es muy significativo que, después de que Leclerc culpara veladamente al equipo por no haber pasado a la fase definitiva de la clasificación, horas más tarde reculara y, además de disculparse con la escudería, asumiera su cuota de errores. Raramente hace esto un piloto, si no es porque el jefe te ha leído la cartilla y te obliga a salir a la palestra. Por tanto, ahí tenemos un indicador clarísimo de que Vasseur no permite a Leclerc que se comporte como el dueño del cortijo.
"Thanks for the support, I know it’s not easy but I think we are getting better." 🌶️❤️
— Scuderia Ferrari (@ScuderiaFerrari) June 18, 2023
Carlos’ message after the #CanadianGP pic.twitter.com/JPeoWVxKry
Los tifosi mandan mucho
Son dos carreras en las que Leclerc no ha pasado a la fase final de la clasificación, y Sainz sí lo ha hecho. Son dos carreras consecutivas también donde el español demuestra más ritmo de carrera que el monegasco. Y es ya una tendencia clara que, picos de velocidad aparte, Sainz está ofreciendo mucha más consistencia en este campeonato que Leclerc. Y aquí viene la explicación al nerviosismo del de Mónaco. Los tifosi, tarde o temprano, acaban detectando cuándo a un piloto de la Scuderia se le está protegiendo y cuándo se le está perjudicando. Sin ir más lejos, basta recordar cómo pasaron de adorar a Sebastian Vettel a criticarle en cuanto Leclerc demostró ser en ocasiones más rápido que él. Y los tifosi mandan en Ferrari mucho más de lo que se cree. La prensa italiana tiene el olfato de lo que sienten y, a partir de ahí, si la grada defiende a Sainz y no a Leclerc, hasta el propio presidente John Elkann tendría que envainársela.
La carrera de Canadá, a pesar de que el resultado podría haber sido mejorable, ha sido un buen espaldarazo a la gestión de Frederic Vasseur. El equipo italiano siempre es criticado por amarrategui y por ir a remolque en las estrategias, y aquí no solo arriesgaron, sino que lo hicieron mucho mejor que el resto. Los coches también mejoran y, en determinadas fases de la carrera, demostraron ser tan rápidos o más que el Red Bull del ganador Max Verstappen. Por esta razón, un Carlos Sainz rápido y consistente es mucho mejor aliado de Frederic Vasseur de lo que pudiera parecer. En primer lugar, tienes argumentos para decirle a Leclerc que no se sienta imprescindible porque el otro piloto del equipo se está ganando mejor el sueldo. Y, por supuesto, si este domingo se le ha protegido, también hay argumentos para que en la siguiente ocasión donde se reproduzca el dilema se actúe si se quiere de forma diferente.
Leclerc sabe que a Carlos Sainz le pararon en la vuelta 39 para protegerle. A pesar de que el madrileño todavía tenía fuelle en sus neumáticos de compuesto medio y estaba rodando muy rápido, es obvio que evitaron que se mantuviera en pista más tiempo que el monegasco y le adelantara después de la visita a boxes. A tenor del habitual alto índice de desgaste de las ruedas en los Ferrari, esta situación fue una cierta sorpresa y demuestra que los progresos, como recalcaba el propio Sainz, van en la dirección correcta. Hay mucha temporada aún por delante y luchar por el título está descartado, pero la tendencia positiva del equipo va a hacer mucho también por la cotización de Sainz en el mercado de pilotos. Tanto dentro como fuera de Ferrari.
Hay regalos que con el tiempo pueden envenenarse y las órdenes de equipo favoreciendo a Leclerc en detrimento de Sainz podrían ser un claro ejemplo. De mantener esta línea, donde el español no solo no está por debajo del monegasco en rendimiento, sino que habitualmente es capaz de superarle, lo vivido este domingo en Canadá, lejos de perjudicarle, puede acabar favoreciéndole.
Se le pueden dar todos los rodeos que se quiera al asunto, pero, cuando por dos veces el muro de boxes de Ferrari le dijo por la radio a Charles Leclerc "Carlos no te va a atacar", es evidente que hubo una clara orden de equipo. Podrá interpretarse por algunos como señal de que el español es el segundo piloto del equipo y está al servicio del monegasco, pero en Ferrari las cosas no siempre funcionan bajo la misma lógica que en el resto de equipos. Si hasta ahora los tifosi y la alta cúpula directiva consideraban a Leclerc como el elegido respecto a Sainz es porque daban por descontada su superioridad. Si esa primacía se evidencia que no es tal, en Italia se pasa del calor al frío más rápido que en cualquier sitio.
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