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Ferrari vuelve a las andadas y falla en la estrategia: ¿el problema era Mattia Binotto?
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ERRORES GRAVES DESDE BOXES

Ferrari vuelve a las andadas y falla en la estrategia: ¿el problema era Mattia Binotto?

El equipo italiano sigue teniendo en el apartado estratégico un talón de Aquiles que no consigue solucionar desde hace décadas. Bajo presión, se precipitan y cometen fallos

Foto: Frederic Vasseur tiene un problema crítico a solucionar con la estrategia en Ferrari. (Reuters/Lisi Niesner)
Frederic Vasseur tiene un problema crítico a solucionar con la estrategia en Ferrari. (Reuters/Lisi Niesner)

Para muchos, la suerte de Mattia Binotto como jefe de equipo de Ferrari empezó a estar echada desde el momento en que Charles Leclerc se subió a sus barbas. Hay que remontarse hasta hace justo un año, cuando en el pasado GP de Mónaco se cometieron errores estratégicos en la escudería italiana. A aquel rifirrafe, le siguió otro en Silverstone donde el compañero de equipo de Carlos Sainz consideraba que aquellas decisiones de equipo le habían privado de la victoria. Entre bastidores, circula la versión de que fue propio Leclerc quien maniobró con su mánager, Nicolas Todt, para que la cúpula de Ferrari despidiera a Binotto y pusieran en su lugar a Frederic Vasseur.

Independientemente de lo sucedido, cuya oficialidad quizás nunca se conozca, es innegable que se creó un estado de opinión en contra de la continuidad de Mattia Binotto en Ferrari. Ese clamor fue (de manera conveniente) amplificado por la prensa italiana más combativa. Charles Leclerc nunca apareció a defender la labor de su jefe, optando por un silencio no exento de complicidad con el golpe de estado. Es fácil sacar conclusiones. Se exigía no sólo la cabeza de Mattia Binotto, sino también la del director de estrategia, Iñaki Rueda.

Y así, llegamos un año después, al mismo punto de partida que en 2022: jefe de equipo nuevo, responsable estratégico nuevo, pero repetición de los mismos errores incomprensibles desde el muro de boxes. Es inevitable preguntarse si el problema no está en las personas, sino en la idiosincrasia del equipo. Lo vivido este fin de semana pasado en las calles del Principado, en el que Leclerc y Sainz acabaron en sexto y octavo lugar, exige desde luego explicaciones. Un resultado tan por debajo de las posibilidades reales que ofrecía su coche, no puede achacarse en exclusiva a sus pilotos. Indudablemente, parte de culpa tuvieron, pero las decisiones estratégicas resultaron tanto o más decisivas que los errores de pilotaje.

placeholder Aquel apercibimiento a de Mattia Binotto a Charles Leclerc por ventilar públicamente los errores del equipo, probablemente acabó costándole el puesto (F1TV)
Aquel apercibimiento a de Mattia Binotto a Charles Leclerc por ventilar públicamente los errores del equipo, probablemente acabó costándole el puesto (F1TV)

Por debajo de sus posibilidades

El SF23 a tenor de lo violento de sus reacciones en los baches y curvas de Mónaco, evidenciaba a la vista cuanto de difícil resulta de conducir. Pero que se trata de un coche rápido y capaz de obtener como mínimo un lugar en el podio, es una realidad. ¿Qué sucedió para que no uno, sino los dos pilotos, estuvieran tan por debajo de su potencial? Siendo justos, todos los equipos cometen errores. Aston Martin se equivocó con Alonso y malogró una posible victoria. Red Bull también tuvo sus fallos especialmente en el caso de Pérez. En definitiva, quien más, quien menos, todos yerran a la hora de tomar en cuestión de segundos decisiones críticas. Sobre Ferrari siempre pende un escrutinio mucho más severo que sus rivales, pero no hay excusas. Ser el equipo más legendario y con mayor número de seguidores en todo el mundo significa mayor presión. El autoboicoteo estratégico de Ferrari es, a todas luces, excesivo.

La gran paradoja reside en que Mattia Binotto aparecía ante la opinión pública a menudo como un jefe incompetente, incapaz de gestionar bien las decisiones estratégicas. Sin embargo, lo que muchos ignoraban es que trataba así de erradicar el señalamiento público a sus subordinados. La cultura de la culpa, siempre ha sido uno de los principales problemas de trabajar en Ferrari. Binotto como buen conocedor de la casa que era, actuaba como esos entrenadores que buscan atraer para sí todos los palos en las ruedas de prensa. Técnica de manual de liderazgo para liberar de presión y señalamiento a su grupo. Pero de nada sirvió. Había que buscar un culpable y acto seguido buscar un salvador en la persona de Frederic Vasseur.

Pero el histórico miedo a fallar que atenaza a los de Maranello no lo soluciona de la noche a la mañana nadie, por muy brillante que sea. Es una cuestión que cuesta años erradicar y cuando los Domenicalis, Arrivabenes y Binottos de turno trabajaban en ello, las urgencias tiraron siempre el trabajo por los suelos y los devolvía a la casilla de salida. Ese miedo a ser señalado, o peor aún, a perder su empleo, provoca ir siempre mucho más de amarrategui que el resto. Lo mismo cabe decir de la tendencia a tomar decisiones equivocadas y a destiempo. ¿Alguien entendió la inútil primera parada a cambiar neumáticos de Sainz? La nueva jefatura Ferrarista ha reforzado la unidad estratégica satélite de Maranello, que comparte datos con el muro de boxes en tiempo real. También se ha sustituido a Iñaki Rueda por un físico de origen indio llamado Ravin Jain. ¿Y para este viaje tanta alforja Messieur Vasseur?

El actual jefe de equipo de Ferrari, defiende como puede que el riesgo de mantenerse en neumáticos de seco cuando la pista estaba ya totalmente mojada, no les costó ninguna posición. Pero la verdad... su argumento no convenció a casi nadie. El equipo italiano mantuvo incomprensiblemente a ambos coches en pista mientras sus rivales inmediatos ya habían parado. Es cierto que la responsabilidad última del trompo de Carlos Sainz en esos momentos, recae sobre el piloto, pero seguramente, nunca hubiera ocurrido de calzar los neumáticos adecuados cuando la lluvia cada vez arreciaba con más fuerza.

placeholder Ferrari falló claramente en la dirección estratégica en el Gran Premio de Monaco (EFE /EPA /CHRISTIAN BRUNA)
Ferrari falló claramente en la dirección estratégica en el Gran Premio de Monaco (EFE /EPA /CHRISTIAN BRUNA)

Errores en cadena

Y como un error a menudo te lleva a otro error, justo después se veían obligados a parar los dos coches simultáneamente, favoreciendo de ese modo que Pierre Gasly se colara entre Leclerc y Sainz. Las decisiones sí costaron posiciones. "Esperábamos que la pista no estuviera tan mojada", se excusaba Vasseur, viniendo a decir que no eran los únicos que les pilló de sorpresa la lluvia fuerte, pues Aston Martin cayó en la misma trampa. Pero el asunto justamente es ese: todos se equivocan, pero Ferrari aparece con demasiada frecuencia en ese territorio y poco en el de los aciertos.

Menos creíble resulta aún el argumento de que se hizo esa incomprensible decisión por asumir riesgos. Como decía un frustrado Carlos Sainz, su primera parada fue demasiado temprana y la segunda demasiado tardía. Equivocarse una vez se acepta, hacerlo dos veces en la misma carrera chirría más. Lo mismo sucede con la excusa de equivocarse a la primera por excesivo conservadurismo y volver a equivocarse en la segunda por excesivo riesgo.

Lo único que ha cambiado desde que despidieron a Mattia Binotto a final de la temporada 2023 es que ahora tienen un coche menos competitivo. Los males permanecen. Y mientras se señalen a las personas y no al problema cultural de erradicar el pánico a fallar, desgraciadamente Ferrari seguirá en las mismas.

Para muchos, la suerte de Mattia Binotto como jefe de equipo de Ferrari empezó a estar echada desde el momento en que Charles Leclerc se subió a sus barbas. Hay que remontarse hasta hace justo un año, cuando en el pasado GP de Mónaco se cometieron errores estratégicos en la escudería italiana. A aquel rifirrafe, le siguió otro en Silverstone donde el compañero de equipo de Carlos Sainz consideraba que aquellas decisiones de equipo le habían privado de la victoria. Entre bastidores, circula la versión de que fue propio Leclerc quien maniobró con su mánager, Nicolas Todt, para que la cúpula de Ferrari despidiera a Binotto y pusieran en su lugar a Frederic Vasseur.

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