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El dilema de las estrellas en el paddock de la Fórmula 1: ¿Tom Cruise o Jackie Stewart?
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EXPECTACIÓN Y POLÉMICA

El dilema de las estrellas en el paddock de la Fórmula 1: ¿Tom Cruise o Jackie Stewart?

Nunca ha habido en una carrera de Fórmula 1, tantas celebridades por metro cuadrado como en el pasado GP de Miami. Pero el precio a pagar levanta algunos resquemores

Foto: Tom Cruise y Shakira fueron algunas de las muchas celebridades presentes en el Gran Premio de Miami. (Gtres)
Tom Cruise y Shakira fueron algunas de las muchas celebridades presentes en el Gran Premio de Miami. (Gtres)

No hubo un sitio en el planeta el pasado fin de semana que superara al Gran Premio de Miami para aquellos a los que les gusta el salseo. Está claro que Liberty Media sabe muy bien qué teclas tocar para que el público tradicionalmente ajeno a la competición le preste atención, aunque sea de forma momentánea. Y para captar el interés masivo, nada como la presencia de celebridades. Lo del famoseo en los circuitos, especialmente durante el GP de Mónaco, no es algo nuevo. Pero aquí hablamos de una cantidad y calidad no antes vista. Una impresionante nómina de celebridades.

El rapero y actor LL Cool J presentó antes de la carrera a los pilotos como si fueran boxeadores antes de subir al ring. Todos los que no estaban presentes en Miami ya pudieron percibir que en la Fórmula 1 actual el espectáculo y el negocio son tan importantes como el propio deporte en sí. Esta circunstancia incomoda cada vez más al sector más purista y tradicional de los aficionados, pero los datos son incontestables. El espectacular boom que vive la competición en la actualidad se debe a la llegada masiva de aficionados no nativos, es decir, un tipo de público que jamás había tenido contacto con la especialidad cumbre del automovilismo. Lsa series de Netflix, el excelente trabajo de redes sociales y, por supuesto, la presencia de celebridades abren los ojos a gente que jamás habría mostrado por Max Verstappen, Fernando Alonso o Lewis Hamilton el mínimo interés.

Que Liberty ha logrado semejante poder de convocatoria en Estados Unidos el pasado fin de semana tiene doble mérito. Era coincidente en fechas con el derby hípico de Kentucky, una de las pruebas emblemáticas del calendario deportivo en Norteamérica. Algunos de los nombres que se citan a continuación puede que no sean excesivamente conocidos en España, pero son nombres muy poderosos en el mercado número uno del mundo, Estados Unidos. Como decía Steve McQueen en la película Le Mans, "eso es dinero".

Un poder de convocatoria espectacular

La presencia del fundador de SpaceX, CEO de Tesla y propietario de Twitter, Elon Musk; el fundador de Amazon, Jeff Bezos; el CEO de Apple, Tim Cook; o Larry Ellison, propietario de Oracle, ya dan una idea del poderío empresarial presente en la carrera de Miami. Atraer a los principales líderes empresariales es el objetivo soñado en cualquier deporte, pero es una tarea nada fácil. Sólo el fútbol, y en situaciones muy puntuales como una final de Champions, es capaz de atraer al palco a personalidades de este nivel. Es gente con acceso a lo que les venga en gana y no tienen ninguna necesidad ni compromiso en acudir al evento deportivo que se tercie. Salvo que se tenga una afición concreta, la presencia en un evento como es la Fórmula 1 en Miami ocurre simplemente porque el espectáculo y el ambiente les atrae. Y ese es el mérito de Liberty Media.

También estuvieron Tom Cruise, Vin Diesel, Shakira, los raperos Queen Latifah, Ludacris y Wycleef Jean, J Balvin y Maluma. Esto por hablar de los más conocidos, porque la lista de celebridades de este sector era enorme. Algo parecido cabe decir de la presencia de estrellas del deporte en activo o retiradas. Por supuesto estaban las grandes estrellas del futbol americano, de forma especial los del equipo local, los Miami Dolphins, puesto que la carrera se celebra en su estadio. Y hubo una nutrida representación de estrellas del tenis con las hermanas Venus y Serena Williams, Juan Martín del Potro y Roger Federer.

El enorme feo a una leyenda

Roger Federer tuvo un incidente que simboliza a la perfección el dilema que tiene Liberty entre cuidar a las estrellas ajenas de la Fórmula 1 y no dejar de lado a las leyendas de la competición que promueve. Hubo un momento que Martin Brundle, de la televisión británica Sky, quería entrevistar a Federer. Pero el cordón de seguridad se lo impidió. Ni corto ni perezoso, Jackie Stewart se saltó el cordón de seguridad y a empujones pudo llegar al tenista para reclamarle que se acercara a Brundle para ser entrevistado por él. Esta es la gran esquizofrenia: ¿una de las máximas leyendas vivas de la Fórmula 1 tiene que saltarse un cordón de seguridad porque no tiene acceso a zona VIP? ¿Se imaginan al propio Federer en Wimbledon sin acceder a una zona reservada donde está haciéndose fotos Lewis Hamilton? Claramente, toda esta situación necesita un replanteo.

Si se aplauden los méritos de Liberty Media a la hora de haber sido capaz de atraer a toda una nueva audiencia, deben asumir también las feroces críticas recibidas a cuenta de la incómoda situación de un anciano Jackie Stewart con los guardias de seguridad. Es cierto que el tricampeón mundial es famoso por abusar de su condición de mito del automovilismo y utiliza desde hace décadas el paddock como plataforma de sus negocios y relaciones públicas personales. Pero con las grandes leyendas de tu deporte (y Stewart indiscutiblemente es una de ellas), tienes que tener cierta vista gorda, a pesar de que a menudo el mito escocés se mueva por los circuitos como si fueran su cortijo particular. Es un peaje obligado para la Fórmula 1, como lo sería en el golf para Jack Nicklaus, en el esquí para Jean Claude Killy o en el ciclismo con Bernard Hinault.

Dio un poco de rabia ver como estaba Mika Hakkinen, limitado a ejercer de cicerone de Jeff Bezos. Aunque sea un encargo que el bicampeón mundial finlandés lo haga encantado y con suma profesionalidad, no se puede nunca olvidar que es uno de los grandes de la historia de la Fórmula 1. A la hora de configurar listas de invitados y protocolos VIP, Liberty debe percatarse de que tiene una obligación moral con los nombres que han hecho grande al automovilismo. Pero, al mismo tiempo, elevando a las grandes estrellas del automovilismo, dándoles el protagonismo y cariño que merecen, también se está ayudando a su negocio. De esa forma, no vas a tener alienada a esa parte de la afición más tradicional, que detesta y sobre todo, no va a perdonar que se le dé más importancia a un rapero que a una leyenda del automovilismo. Tom Cruise y Jackie Stewart deben de convivir en el paddock de igual a igual. Como mínimo.

No hubo un sitio en el planeta el pasado fin de semana que superara al Gran Premio de Miami para aquellos a los que les gusta el salseo. Está claro que Liberty Media sabe muy bien qué teclas tocar para que el público tradicionalmente ajeno a la competición le preste atención, aunque sea de forma momentánea. Y para captar el interés masivo, nada como la presencia de celebridades. Lo del famoseo en los circuitos, especialmente durante el GP de Mónaco, no es algo nuevo. Pero aquí hablamos de una cantidad y calidad no antes vista. Una impresionante nómina de celebridades.

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