Es noticia
El día de furia de Carlos Sainz: choque con Fernando Alonso, remontada y frustración
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
Por qué dio un paso adelante pese a todo

El día de furia de Carlos Sainz: choque con Fernando Alonso, remontada y frustración

El piloto español tuvo el mordisco de los grandes, ese colmillo que a veces se le echa en falta, pero la mala suerte y una sanción con demasiado castigo acabaron por dejarle derrotado

Foto: Carlos Sainz, en el GP de Australia. (EFE/Joel Carrett)
Carlos Sainz, en el GP de Australia. (EFE/Joel Carrett)

La alargada sombra de Fernando Alonso en el automovilismo español a menudo diluye los logros de Carlos Sainz. El piloto de Ferrari fue uno de los grandes protagonistas en el Gran Premio de Australia. Siempre a contrapié, siempre remando. Todo lo que podía salir más para el español, salía mal. Cuando trataban de adelantarse al resto de equipos con una estrategia a una parada, la bandera roja penalizó la jugada. No se vino abajo Sainz, más directo y seco que nunca en la radio: esta vez quería sacarse la espina y demostrar que el avance de Ferrari no son solo sensaciones. Y remontó hasta luchar por el podio... hasta la dichosa bandera roja por el accidente de Kevin Magnussen.

La carrera se relanzó con una tercera salida a dos vueltas del final. Es decir, emoción absoluta para el aficionado y terror para los pilotos, conscientes de que todo se podía tirar por la borda en cuestión de segundos. Pero la Fórmula 1 es un deporte donde (normalmente) se premia la valentía y ahí salió Sainz con el cuchillo entre los dientes. ¿Demasiado ímpetu? Sí. Pero si algo se le ha achacado como piloto es la falta de colmillo y en Australia quería dar un golpe sobre la mesa. Por fortuna, el toque con Fernando Alonso no tuvo consecuencias para el Aston Martin, que no sufrió daños reseñables. El asturiano, que no era consciente de que había sido su compatriota el que le sacó de pista en dicho momento, ni siquiera cargó contra el autor del golpe, sino contra la "estúpida norma" de volver a salir a dos vueltas de terminar la carrera. Estaba claro que algo iba a pasar.

Foto: Carlos Sainz, furioso en el momento de que le comunicaron su sanción por la radio en el Gran Premio de Australia. (Reuters/Simon Bake)

Mientras dirección de carrera diseñaba cuál era el plan de actuación, aunque la lógica apuntaba a que las posiciones que contasen fueran las previas a la bandera roja, como finalmente fue, Carlos recibió por radio el mensaje más doloroso que ha experimentado en su monoplaza. "Tienes una penalización de cinco segundos". "¡No puede ser! Es un castigo demasiado duro. Tenéis que hacer algo, por favor, hay que hacer algo, es injusto". La carrera terminaría con safety car y esos cinco segundos eran, básicamente, un destrozo. Pasar del cuarto puesto al duodécimo. La inconsistencia de la FIA es lo que más molesto a Ferrari y al español. "Tenía hueco suficiente para evitar el contacto", argumentó la resolución de la investigación. Es cierto. Sainz tenía hueco por la derecha en el momento de la acción. Al igual que la gran mayoría de "incidentes de carrera" que se quedan sin sanción en las salidas. Cuando existen tantos condicionantes y ambigüedades en una toma de decisión, es que algo no está funcionando en el sistema.

El enfado mayúsculo de Sainz

"Prefiero no hablar, sinceramente. Voy a esperar a hablar con los comisarios, que me expliquen la decisión que han tomado. Ya cuando hable con ellos, haré alguna declaración. Ahora mismo, lo que diga, no va a estar bien, así que prefiero esperar. No merece la pena. Luego vuelvo y hablo, porque si no igual me ponen otra penalización si voy a la prensa primero". Es la primera vez en su carrera que Carlos Sainz rechaza hacer comentarios a la prensa —algo establecido por riguroso protocolo en la Fórmula 1—. Su esperanza era que los comisarios de carrera, ante sus alegaciones, le retirasen la sanción. No sucedió.

placeholder Sainz, en una imagen del Gran Premio. (EFE/James Ross)
Sainz, en una imagen del Gran Premio. (EFE/James Ross)

Sainz no habló, solo hizo un escueto comentario en redes sociales, optando por rebajar la tensión y no meterse en más problemas. "Buena salida y remontada tras la mala suerte con la primera bandera roja. Carrera positiva, pero la sanción lo ha arruinado todo y no la comparto. Es muy difícil de digerir, pero me quedaré con lo bueno y a pensar en la próxima carrera". Las cosas no andan bien en Ferrari, pero aunque la frustración lo devoró todo, la actuación del español fue un paso adelante en la compleja temporada de Maranello.

La alargada sombra de Fernando Alonso en el automovilismo español a menudo diluye los logros de Carlos Sainz. El piloto de Ferrari fue uno de los grandes protagonistas en el Gran Premio de Australia. Siempre a contrapié, siempre remando. Todo lo que podía salir más para el español, salía mal. Cuando trataban de adelantarse al resto de equipos con una estrategia a una parada, la bandera roja penalizó la jugada. No se vino abajo Sainz, más directo y seco que nunca en la radio: esta vez quería sacarse la espina y demostrar que el avance de Ferrari no son solo sensaciones. Y remontó hasta luchar por el podio... hasta la dichosa bandera roja por el accidente de Kevin Magnussen.

Carlos Sainz
El redactor recomienda