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Fernando Alonso (3º) sobrevive al caos de Australia: desolación para Carlos Sainz
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La carrera más divertida de la temporada

Fernando Alonso (3º) sobrevive al caos de Australia: desolación para Carlos Sainz

Con polémica y tensión, el piloto asturiano logra un nuevo podio por detrás de Verstappen y Hamilton. Una durísima sanción a Carlos Sainz le pasa del cuarto puesto al duodécimo

Foto: Fernando Alonso celebra su podio. (Reuters/Darrian Traynor)
Fernando Alonso celebra su podio. (Reuters/Darrian Traynor)

Accidentes, llamas, adelantamientos, piques, espectáculo, sanciones y, sobre todo, mucha polémica. El circuito de Albert Park acogió un soberbio Gran Premio de Australia. La carrera más divertida de la temporada. Caos total. Café para todos los públicos. De Melbourne se marcha Max Verstappen con su primera victoria en tierras australianas en un podio al que regresó Lewis Hamilton como segundo y Fernando Alonso como tercero. Nuevo cajón para el asturiano que sufrió hasta el final en una “media hora de confusión”. Por unos minutos, Alonso había perdido su podio después de un choque con Carlos Sainz en la tercera (sí, tercera) salida a cuatro vueltas del final. La tercera bandera roja de la madrugada permitió al español conservar su posición. Peor suerte corrió Sainz, que pasó de ser cuarto a duodécimo después de una durísima y severa sanción de la dirección de carrera.

La batalla comenzó con una preciosa salida coral. Los Mercedes confirmaron su brillante clasificación en las dos primeras curvas de Melbourne. Zarpazo a la par de Hamilton y Russell para ponerse por delante del Red Bull de Verstappen. Hacía tiempo que no se veía a la escudería alemana ofreciendo una imagen de poderío ante el equipo de bebidas energéticas. El transcurso de la carrera acabaría por confirmar que era un espejismo: el Red Bull de Max sigue siendo el mejor en todo. Pero la salida del neerlandés no fue buena. A punto estuvo de sufrir otra pérdida de posición más a manos de Carlos Sainz, que exhibió su faceta más salvaje en Australia.

placeholder Una travesía sin premio para Sainz. (Reuters/Simon Baker)
Una travesía sin premio para Sainz. (Reuters/Simon Baker)

Si el español fue la cara para Ferrari, la cruz se la llevó Charles Leclerc. Nuevo abandono del monegasco. Esta vez, a las primeras de cambio: intentó pasar por el exterior a los Aston Martin, Stroll defendió su posición y Leclerc acabó en la gravilla. "Es el peor inicio de temporada posible", confirmaría el de Ferrari ante los micrófonos de DAZN, no sabía lo que le venía por delante a su equipo. Fernando Alonso no pudo aprovechar las circunstancias y perdió posición ante Sainz.

La primera bandera roja

Después de un fin de semana magnífico para su Williams, Alex Albon se despidió de Melbourne antes de tiempo con accidente incluido. Se marchó largo, fue a la gravillla y tocó las protecciones. En el rebote, su monoplaza regresó a pista en una curva rápida, pero por suerte sus rivales pudieron esquivarlo y no hubo mayores problemas. Las radios comenzaron a funcionar. Russell mandaba en el Gran Premio por delante de Hamilton y Verstappen. Sainz, por su parte, acechaba al líder del Mundial. Ferrari y Mercedes tomaron la decisión al unísono. A boxes para tratar de ir a una parada… Y no pudo salir peor. Apenas pasaron unos segundos desde las paradas para que dirección de carrera avisase que había bandera roja. No parecía para tanto el accidente de Albon, pero las protecciones acabaron dañadas y tenían que ser reparadas por protocolo.

Adiós a las estrategias con Verstappen, Hamilton y Fernando Alonso como grandes beneficiados de las decisiones de Ferrari y Mercedes. No era tan arriesgado, pero la jugada salió mal. El resto de pilotos tuvieron parada gratis y optaron por neumáticos para hacer la carrera a la larga. Se reanudó con una nueva salida después de quince minutos de parón.

placeholder Verstappen se impuso en Australia por primera vez. (Reuters/Jaimi Joy)
Verstappen se impuso en Australia por primera vez. (Reuters/Jaimi Joy)

Russell, que había dominado la carrera hasta la aciaga bandera roja, comenzó a remontar desde la salida. Pero, apenas unas vueltas más tarde, la mala suerte se cebó con el británico. Su monoplaza comenzó a perder potencia, notó que algo iba mal… y el coche comenzó a arder. Abandono y susto importante para Russell.

No cesaron las noticias negativas para Mercedes. Verstappen adelantó a Hamilton y ya nada cambiaría en el liderato de la carrera. Apenas la cámara enfocó al dos veces campeón del mundo, no tenía sentido: iba a rodar solo. Las siguientes 20 vueltas, un paseo para el holandés. Mucho más bonito fue el duelo protagonizado entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso, con Carlos Sainz al acecho.

La bandera roja que lo cambió todo

Cuando apenas faltaban cinco vueltas para el final de la carrera y casi todo parecía sentenciado… llegó el caos. El caos total. Kevin Magnussen chocó contra el muro y su rueda derecha trasera salió despedida. No hubo, por suerte, que lamentar nada en el accidente. Después de unos minutos de bandera amarilla… llegó la roja. "¿Qué?", contestó Fernando Alonso cuando se lo comunicaron por radio. Exactamente la misma reacción que Verstappen o Hamilton. Nadie entendía por qué dirección de carrera tomaba dicha decisión. El exceso de trozos de chapa fue el argumento expuesto.

En la vuelta 54, con solo cuatro más por disputarse, se volvió a salir. Tercera salida del día. Iba a ser la más polémica. Esta vez Verstappen sí salió como debía. El problema llegó para Carlos Sainz. El piloto español salía por la zona sucia como cuarto clasificado, y veía opciones de hacer podio. En su intento por conseguirlo apretó de más y acabó sacando a Fernando Alonso de pista. Por detrás, los Alpine acabaron destrozados por un choque entre ambos. Otra vez bandera roja. En ese momento, el asturiano estaba fuera de la carrera. En plena tensión, la radio del bicampeón propuso cordura: "Qué regla tan estúpida. No hemos completado una vuelta, como pasó en Silverstone, deberíamos aguantar la posición".

La situación era delicada. Dirección de carrera tenía que decidir cómo se iba a terminar la carrera. Con las posiciones previas a la última bandera roja, es decir, con Fernando Alonso tercero, o con las posiciones posteriores, con Carlos Sainz en el podio. La lógica se acabó por imponer, ni siquiera se había completado el primer sector del circuito cuando se impuso la bandera roja. La carrera terminaría con el safety car, sin posibilidad de competir, y con las posiciones previas, salvo para los Alpine, al no poder salir a pista.

Pero el drama no había terminado. Dirección de carrera impuso una sanción de cinco segundos a Carlos Sainz por el accidente con Fernando Alonso. Es la más baja que baraja el reglamento, pero al terminar la carrera siguiendo al coche de seguridad, estos cinco segundos supusieron que el español pasase de cuarto clasificado a duodécimo. Fuera de los puntos. Ni uno para Ferrari. La desolación de Sainz fue total: "Esto es inaceptable". Durísimo y arbitrario por parte de la dirección, que interpretó un incidente de carrera propio de una salida a cuatro vueltas del final como un error manifiesto del español.

Por si fuera poco, las redes sociales se inundaron de una supuesta infracción de Max Verstappen en la tercera salida de la carrera. Su monoplaza estaba sobre el cajetín blanco. El reglamento es tibio al respecto. Toto Wolff explicaría después que, para desgracia de Hamilton, no había nada que reclamar.

Accidentes, llamas, adelantamientos, piques, espectáculo, sanciones y, sobre todo, mucha polémica. El circuito de Albert Park acogió un soberbio Gran Premio de Australia. La carrera más divertida de la temporada. Caos total. Café para todos los públicos. De Melbourne se marcha Max Verstappen con su primera victoria en tierras australianas en un podio al que regresó Lewis Hamilton como segundo y Fernando Alonso como tercero. Nuevo cajón para el asturiano que sufrió hasta el final en una “media hora de confusión”. Por unos minutos, Alonso había perdido su podio después de un choque con Carlos Sainz en la tercera (sí, tercera) salida a cuatro vueltas del final. La tercera bandera roja de la madrugada permitió al español conservar su posición. Peor suerte corrió Sainz, que pasó de ser cuarto a duodécimo después de una durísima y severa sanción de la dirección de carrera.

Fernando Alonso