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Carlos Sainz o la táctica de mejor una vez rojo que cien colorado en Ferrari
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UN FRÍO BAÑO DE REALISMO

Carlos Sainz o la táctica de mejor una vez rojo que cien colorado en Ferrari

El piloto español no se ha andado con paños calientes a la hora de describir la situación competitiva de su equipo. No cree que la solución sea evolucionar, sino cambiar el concepto

Foto: Carlos Sainz, a su llegada al circuito de Albert Park, en Melbourne. (Reuters/Darrian Traynor)
Carlos Sainz, a su llegada al circuito de Albert Park, en Melbourne. (Reuters/Darrian Traynor)

"Cuando alguien tiene una ventaja tan grande como la que tiene Red Bull, se confirma que es un problema de concepto. Ellos (Red Bull) han acertado y nosotros no". Así de crudo y descriptivo fue el resumen de Carlos Sainz acerca del decepcionante comienzo de Ferrari en 2023. Unas declaraciones así de duras, difícilmente saldrán de la boca de alguien tan prudente como es el piloto madrileño si no tienen el beneplácito del jefe del equipo, Fred Vasseur. De ser así, podría interpretarse esta llamada a la realidad como una forma de ganar tiempo. O de liberar la presión para los técnicos en Maranello.

Es interesante también profundizar en el matiz de concepto mencionado por el piloto español. ¿Radica el problema de Ferrari verdaderamente en una cuestión conceptual del SF23? Como es conocido, una de las primeras víctimas de la reestructuración llevada a cabo por Frederic Vasseur, fue la marcha del ingeniero David Sánchez, que oficialmente ostentaba el cargo de jefe de Concepto de vehículo. Ahora bien, aunque sea un mensaje que pueda calar bien a priori entre los aficionados y la prensa más partisana, resulta difícil creer que todos los problemas de Ferrari tuvieran su origen en Sánchez. Y que las soluciones vengan de buscarle un sustituto lo antes posible. Hasta el propio argumento de error de concepto es incluso discutible.

Un problema de concepto

"Nuestro coche se comporta un poco como el del año pasado, que fue muy rápido a ritmo de una vuelta", continuó Sainz en su argumentación. "Al final de la temporada pasada ya podíamos ver que el ritmo de carrera estaba un paso por detrás de los Red Bull. Este año, con los cambios en la regulación, está claro que ha sido peor para nuestro concepto, y probablemente tengamos que buscar en otro lugar". Es posible que, efectivamente, el fondo del asunto sea haber insistido en una cuestión conceptual, algo parecido a lo que ha sucedido en Mercedes. Lo que sucede es que estos últimos sí que tenían un coche llamativamente diferente a los Red Bull, pero el Ferrari no parece ser tan radicalmente distinto como para que hablemos de un problema de concepto del coche.

Es cierto que no sólo se puede juzgar las características de un coche por su apariencia externa, porque a menudo sus virtudes o carencias no están a la vista. Ahora bien, siguiendo el argumento del propio Sainz, la diferencia se fue acentuando la pasada temporada entre Red Bull y Ferrari, como admitió Mattia Binotto. Mientras en la escudería italiana se paró la evolución del coche a mitad de año, sus rivales siguieron evolucionando y gastando dinero a manos llenas. Veremos a ver qué pasa este año, si no tenemos nuevas sorpresas con las sanciones por pasarse de los límites presupuestarios. Pero parece que había más de falta de evolución que de errores de concepto en el monoplaza. Lo mismo cabría decir respecto al coche de esta temporada, porque con el despido de Mattia Binotto nada más acabar la última carrera de 2022, se perdieron dos meses preciosos en el desarrollo del nuevo chasis. No es descartable, por tanto, que el problema sea también de procesos y no sólo conceptuales.

Como ha podido comprobarse en las dos primeras carreras de la temporada, el Ferrari SF-23 sigue siendo un coche muy rápido a una vuelta, pero en ritmo de carrera su rendimiento baja de forma alarmante. Se trata básicamente de un problema de equilibrio del coche donde la carga aerodinámica está descompensada entre la parte delantera y la trasera. Cuando todas las condiciones son óptimas, el coche responde a los buenos datos ofrecidos en el túnel de viento. Sin embargo, el problema aparece en cuanto no se puede rodar a la altura ideal, al surgir el temido efecto rebote. Básicamente, el mismo problema que tantos dolores de cabeza ha provocado a los ingenieros de Mercedes. La cuestión es que en cuanto el eje delantero y trasero no trabajan al unísono viene el sobrecalentamiento de los neumáticos y, con ello, la dramática bajada en rendimiento.

placeholder El inicio de temporada para Ferrari no ha sido el esperado. (Reuters/Hamad I Mohammed)
El inicio de temporada para Ferrari no ha sido el esperado. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Detalles críticos

Resulta increíble, pero basta elevar cinco milímetros un coche para que su comportamiento pueda resentirse de forma notable. Esa nimia diferencia es la que hace que el flujo del aire se desplace a los lados y no al centro del eje trasero como es lo deseado. La introducción de un nuevo suelo en el coche en Arabia Saudí tenía el objetivo de corregir los mencionados problemas de Ferrari, al evitar teóricamente que una buena parte del flujo de aire se perdiera hacia el exterior. Sin embargo, parece ser que esta nueva especificación se descartó posteriormente al no resultar útil. Era una señal evidente de que en Maranello no tienen del todo claro la solución al problema y andan sumergidos en métodos de prueba y error.

"Estamos un poco desconcertados porque pensamos que el año pasado habíamos dado en el clavo", explica Sainz. "Pero claramente la capacidad de desarrollo de Red Bull ha ido en mejor dirección que nuestro proyecto. Esto nos ha puesto a la defensiva. Ahora tenemos que reaccionar y tenemos que hacerlo rápido. Si no, van a ser inalcanzables". Está claro que definir la frontera entre lo que es un concepto erróneo del coche y un proceso evolutivo equivocado en su dirección es muy difícil de discernir. Da igual que sea Sainz o cualquier otro técnico de su equipo. Lo que está claro es que sin David Sanchez, y por supuesto sin Mattia Binotto, va a ser muy difícil encontrar solución a los problemas. Y más aún que los remedios sean inmediatos. Si en las dos primeras carreras traes mejoras y ambas no dan los resultados esperados, es inevitable pensar que se ha producido un serio lost in translation.

"En este momento, el Red Bull es superior en todas partes", admitió con cierta resignación Sainz. "Es superior en clasificación, en ritmo de carrera, en velocidad en línea recta, en curvas de velocidad media/baja, son superiores con la gestión de los neumáticos, superiores sobre los bordillos y baches... Por tanto, esto claramente indica que necesitamos cambiar algo". No se sabe si ese algo significa sacar una versión b del coche como se rumorea que va a hacer Mercedes. Pero sea lo que sea ante un panorama como el descrito, es obvio que van a pasar varias carreras. Y quién sabe incluso si toda la temporada para que el equipo italiano esté de nuevo en condiciones de luchar por la victoria. Para evitar más presión hacia su equipo, es probable que Sainz haya optado por pintar una cruda realidad y pensar que en Ferrari es mejor estar una vez rojo que cien colorado.

"Cuando alguien tiene una ventaja tan grande como la que tiene Red Bull, se confirma que es un problema de concepto. Ellos (Red Bull) han acertado y nosotros no". Así de crudo y descriptivo fue el resumen de Carlos Sainz acerca del decepcionante comienzo de Ferrari en 2023. Unas declaraciones así de duras, difícilmente saldrán de la boca de alguien tan prudente como es el piloto madrileño si no tienen el beneplácito del jefe del equipo, Fred Vasseur. De ser así, podría interpretarse esta llamada a la realidad como una forma de ganar tiempo. O de liberar la presión para los técnicos en Maranello.

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